Para Simone Weil, el castigo era una "necesidad vital del alma humana". Este artículo está en función de éste.
La filósofa francesa decía:
La filósofa francesa decía:
Por el crimen el hombre se coloca fuera de la red de obligaciones eternas que ligan a cada ser humano con todos los demás. Sólo pueden reintegrarse por el castigo, plenamente si hay consentimiento de su parte, si no imperfectamente. Así como el único modo de testimoniar respeto al que sufre hambre es darle de comer, el único medio de testimoniar respeto al que se ha colocado fuera de la ley es reintegrarlo a la ley sometiéndolo al castigo que ella prescribe.
La necesidad de castigo no se satisface allí donde, como ocurre en la mayoría de los casos, el código penal es sólo un procedimiento de coacción por el terror.
(...) Para las faltas como para los crímenes el grado de impunidad debe aumentar no al subir sino al descender en la escala social. De otro modo los sufrimientos infligidos se sienten como violencia o aun como abusos de poder, y no constituyen castigo".
Aclaremos que Weil es una especie de "santa". No hay la menor posibilidad de concretar el tipo de sociedad que ella desea, cuantimenos en sociedades urbanizadas y donde viven millones de habitantes. La política es un barro necesario donde crece la vida; pero está mezclado con mierda (negociados, mafias, intereses). Sin embargo, sus palabras y su testimonio de vida sirven como ideal regulador para pensar cuán alejados estamos de sus concepciones. Naturalmente, no hay porqué compartir sus ideas, pero siempre es importante leerla, porque sus palabras nos interpelan en lo más íntimo.