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viernes, 17 de febrero de 2012

VINDICACIÓN DE DOLINA, LUEGO DE HABERLO DEFENESTRADO EN UN POST ANTERIOR


Me abrazo a la contradicción, como Fernando Niembro al comentar un partido de fútbol, y hago un encomio de Dolínades:

El machismo del rechazado:

Cuando son rechazados por una mujer: “algunos tipos –y también volvemos al machismo- sienten indignación, y eso no está bien. Uno siente tristeza, en cierto modo humillación, ¿pero indignación? Y reclaman: “¿Cómo me decís que no a mí?” (..) Y hay una pequeña exhibición hasta curricular. A mí que soy tal cosa, a mí que tengo una camioneta 4 x 4, a mí que vivo en tal lado, a mí que te pagué veintiséis copetines… Otra cuestión es la de buscar una razón casi externa del rechazo: “me rechazó porque ella está muy influida por las amigas; me rechazó porque sabe que soy muy mujeriego; me rechazó porque tiene miedo de enamorarse o de involucrarse…” Cuando en realidad las mujeres que te rechazan lo hacen por una simple razón: no le gustás, no le producís nada. Y sin embargo, cuando un hombre busca motivos para el rechazo, no da la única razón valedera”.

Hasta aquí Dolina. Ahora bien, ¿qué significa decir que amar a quien no nos ama es “trágico”?

En la antigüedad griega se dio una competencia entre la curiosidad teórica, representada por la filosofía, y el arte de la tragedia. Si leen la República de Platón, notarán su desprecio hacia el arte de la tragedia, más allá de que el tipo quiso ser un poeta trágico cuando era joven ¿Por qué? Pues porque la sabiduría de la tragedia se cifra en dejar ciertas cosas en la oscuridad o en la indecisión.

En la tragedia no hay posibilidad de "síntesis". El amor es trágico porque, hasta cierto punto, el fracaso amoroso no es culpa "de nadie".

Ejemplo: en “Antígona” de Sófocles tiene razón tanto Creonte como Antígona. Un filósofo como Platón no puede aceptar que ambos tengan razón, porque eso implicaría negar que exista una verdad, y la posibilidad de distinguir bien de mal.

Como no existe una ciencia del amor es que el arte se vuelve mucho más eficaz para abordarlo. La ciencia trata de producir enunciados con cierto nivel de universalización. El arte, toda vez que la experiencia estética se produce, te interpela de modo personal.

Decir que la extinción del amor no es culpa “de nadie” no quiere decir que una relación no deba ser alimentada con trabajo y dedicación, sino afirmar que una vez que la llama se apaga, o si nunca estuvo encendida, es inútil tratar de avivar un fuego que no existe.

El amor como dador de sentido:

Quien tiene un porqué para vivir, soporta casi cualquier cómo. Estoy convencido de que el amor es lo que da sentido a la existencia. Es más sencillo crecer como persona si todo lo que uno emprende está motivado por el deseo de ser querido.

Objeción previsible: hay que aprender a no ser querido, pues si uno pretende caerle bien a todo el mundo, es imposible que no ejerza la demagogia o la hipocresía. Ok, haciendo esta salvedad (tu mente ya estará progresando), prosigo:

Si amar a alguien implica darse en alimento, y a su vez ser alimento de ese alguien, entonces querremos ser mejores para tener algo mejor para dar.

En cierto modo, todo esto lo aprendí del níga Dolina, a quien le pegué al comentar sus primeros libros, pues me parecen muy berretas. ¿Por qué la vindicación? No es ningún sentimiento de culpa, sino que lo hago porque soy un loco bárbaro, un rebelde (?)

En cada entrevista, el tipo más o menos dice siempre lo mismo, pero eso no quita que muchas veces tenga razón.

Por ejemplo, podemos tomar el reportaje que le hicieron en Duro de Domar:

http://www.youtube.com/watch?v=Ns1uscLAW7c&feature=related

El público se renueva, dijo Mirtha Legrand. Tal vez por eso Dolínades no teme repetirse. Frase típica suya: “el amor sucede”.

“No hay nada que moleste más a una mujer, que un tipo que no es y hace fuerza por ser (…) Si no aparece inicialmente esa llama que permite el incendio, nos quedamos sin fuego”.

Vale decir: hay casos dudosos, pero en otra ocasiones decimos "a esta/este no la/lo toco/tuca/porro ni con un palo". Esa situación es INSALVABLE. No hay chamuyo ni mérito ni forma de ser que haga que Lita de Lázzari se vuelva Geraldine Neumann.

Borges contaba que el pintor americano Whistler estaba cierta vez en un café de París y, como la gente discutía el modo en que la herencia, el ambiente, la situación política y cosas por el estilo influían en el artista, el tipo dijo: “Art happens” (“el arte sucede”). Vale decir: en el arte, y en el amor, hay mucho de misterio. Sabemos lo que es el amor como sabemos lo que es la poesía, aunque no podamos dar una definición precisa. Así también somos incapaces de definir de una vez y para siempre el sabor del café, el color rojo o una puesta de sol.

Angelus Silesius: “La rosa es sin porqué, florece porque florece/ No cuida de sí misma / No pregunta si uno la ve”. Die Rose ist ohne Warum. / Sie blühet, weil sie blühet. / Sie achtet nicht ihrer selbst, / fragt nicht, ob man sie siehet”.

Si somos hiper racionalistas diremos que lo que llamamos misterio o magia no es más que la ignorancia de la compleja maquinaria de la causalidad. Leeremos estudios de científicos y botánicos que se ocuparán de analizar las propiedades químicas de la rosa y etcétera. Sin embargo, existe la indecibilidad del origen: “Las cosas no tienen significación: tienen existencia. Las cosas son el único sentido oculto de las cosas”. Fernando Pessoa.

Eso es lo que quería decir hoy, para que no crean que creo que creen que le tengo bronca a Dolínades. Tá todo bien vieja, somos todos ricoteros, no pasa nada!!

miércoles, 10 de agosto de 2011

FRANZ KAFKA Y ALEJANDRO DOLINA

La vida y la obra de Franz Kafka desmienten esa frase-fórmula que muchos gustan citar, supuestamente fruto de la inteligencia de Alejandro Dolina (1): "todo lo que hace el hombre es para levantarse minas". Como casi todas las formulitas que pretenden condensar, cual jugo Suin, la complejidad de lo real -"el hombre es el único animal que ríe", "el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra", "el hombre es el único animal que sabe su muerte"- , la frase me parece bastante más precaria de lo que se suele reconocer. Algo así como que el Dogor estaba pensando en enamorar a la Claudia cuando le pintó hacerle un golazo a los ingleses en el mundial de México '86, y así sucesivaméntek. Es obvio que, como toda frase que haya prendido en la sensibilidát popular, encierra un componente verdadero.


La visión de la mujer en Kafka está bastante alejada de dos modelos muy remanidos: la madre y la prostituta.

Los Diarios y las Cartas a Felice Bauer nos muestran un Kafka que declara no tener interés alguno por la literatura, simplemente porque dice consistir en literatura: "no soy ninguna otra cosa ni puedo serlo". Alguna vez leí que dijo que le aburría todo lo que no fuera literatura, incluso las conversaciones sobre literatura.

Hay varios pasajes donde le confiesa sus sentimientos a Felice Bauer, su prometida-imposible:

"Con frecuencia he pensado que la mejor forma de vida para mí, consistiría en encerrarme en lo más hondo de una vasta cueva con una lámpara y todo lo necesario para escribir".

Meses más tarde radicaliza todavía más su postura:

"Para escribir necesito apartarme, no 'como un ermitaño', eso no sería suficiente, sino como un muerto. En este sentido, escribir es un sueño más profundo, es decir: muerte, y de igual modo que a un muerto no se le saca ni se le puede sacar de su tumba, tampoco a mí de mi escritorio durante la noche".

En abril de 1913 le tira un "todavía no has comprendido suficientemente que la creación literaria constituye la única posibilidad de existencia interior que tengo".

Uno supone que Felice debe haber sufrido mucho leyendo las cartas de semejante muchacho... en un fragmento le dice:

"No es inclinación por la escritura, querida Felice, no es inclinación, sino yo mismo. Una inclinación se puede arrancar o reprimir. Pero esto soy yo mismo".

Otros pasajes varios redundan sobre la imposibilidad  que siente Kafka de compaginar la oficina con la literatura, la imposibilidad de casarse, la imposibilidad de quedarse soltero... Alguna vez escribió:

"(...) vivo entre tres imposibilidades: la imposibilidad de no escribir, la imposibilidad de escribir en alemán y la imposibilidad de escribir de otra manera. Y casi podría agregar una cuarta: la imposibilidad de escribir, porque esta desesperación no se atenúa escribiendo".

Incluso llega a escribirle al padre de Felice, para explicarle los motivos por los cuales él sería un marido muy malo para su hija:

"Todo mi ser está orientado hacia la Literatura, es una dirección que he establecido con precisión antes de cumplir los 30 años; si algún día la abandono, dejaré de vivir. Todo lo que soy y lo que no soy se desprende de ello. Soy silencioso, insociable, malhumorado, egoísta, hipocondríaco y, de hecho, enfermizo (...) ¿Podría vivir junto a un hombre así su hija, cuya naturaleza, la de una chica sana, la predestina a una verdadera felicidad conyugal? ¿Soportaría llevar una vida monacal junto a un hombre que sin duda la quiere como nunca podrá querer a nadie, pero que, debido a su inalterable destino, pasa la mayoría del tiempo en su habitación o incluso caminando solo por ahí? (...) ¿Lo soportaría? ¿Y por qué? ¿En aras, por ejemplo, de la Literatura, extremadamente descutible a sus ojos, y quizá incluso a los míos?"

Pocas veces he leído a un escritor para quien realidad, ficción y sueño se confunden tan estrechamente. Hay dos libros que tratan todas estas cuestiones de vida y literatura que son excelentes: "El otro proceso de Kafka" de Elias Canetti y "Kafka: los años de las decisiones" de Reiner Stach. Si alguno quiere leer dos obras que ejemplifican maravillosamente bien la obsesión bilardista de Kafka por la escritura y la literatura, hagalón y disfrutelón.

Otro librazo es la biografía de Kafka escrita por Klaus Wagenbach. 

Post Scriptum: Tiempo antes de conocer a Felice, Kafka visitó con su amigo Max Brod la casa de Goethe en Weimar, donde conoció una chica muy hermosa con quien flirteó, aunque la mina no le dio tanta pelota porque estaba interesada en otros estudiantes. Sin embargo le escribe a Brod una carta diciendo:

"Pues aunque no le resulto desagradable, de hecho le soy tan indiferente como una olla. Pero, entonces, ¿por qué me escribe, tal como lo deseo? ¿Será que a las muchachas se las puede atrapar con la sola escritura?".

La interpretación de la frase puede hacerse tanto desde el evidente ego personal y el interés erótico hacia la mina como desde la importancia que Kafka le daba a la escritura literaria. Para finalizar, arrojo una obviedad: la personalidad y la obra de Kafka es completamente impermeable a todo tipo de interpretación unilateral.

(1) La frase pertenecería a Alexis Dolínades, un personaje del "Negro" Caloi, amigo de Dolina. El tipo retoma la frase en Lo que me costó el amor de Laura (1998): "Se ha dicho que el hombre hace todo lo que hace con el único fin de enamorar mujeres".

Lo aclaro para que no bufen los eunucos. Abrazo de Gaulle!!