¡Seamos serios! A lo largo de una
década se deben pedir dos, tres y a lo sumo cuatro gustos diferentes en nuestra
heladería artesanal amiga.
Si salís con una mina que pide un gusto distinto
cada semana, te es infiel. No hace falta ser Julieta Pink para darse cuenta que
si además pide tiramisú y chocolate cobertura o granizado, es trolísima. Si pedís un quilo,
como MUCHO, tres gustos distintos. El que pide cinco es una mierda de persona, y además tiene tendencia a ahogarse en un vaso de agua.
El
que pide sambayón y mousse de algo, votó a Macri. El que pide crema del cielo, es
recontra cursi y escucha a Montaner (y sus dos películas preferidas son "The Notebook" y "500 days of summer").
El gusto de helado es como el
equipo del cual sos hincha: ¡una vez que te decidís lo aguantás hasta el final
de tus días!