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sábado, 13 de agosto de 2011

"EL EXTRANJERO" DE ALBERT CAMUS

A menudo las mascotas se nos parecen, así nos dan la primera insatisfacción; esas que se menean con nuestros gestos, echando mano a cuanto hay a su alrededor. Mascota, deja ya de ladrarle a la pelota...

Y sí, muchos perros terminan por parecerse a sus dueños: conozco una vecina que es igual en forma y contenido a su desagradable perrito pekinés.

Anyway: terminé de leer por segunda vez El extranjero, de Albert Camus, y me gustó mucho. La había leído de purrete y no la recordaba.

Albert Camus (1913-1960) tenía una pinta de Humphrey Bogart y una capacidad intelectual y simpatía que muy esperablemente le habrá acarreado éxito con las minas de su época. Si tenemos en cuenta que salió con una actriz tan bella como María Casares, está todo dicho.

Entre otras cosas, de la novela me llamó la atención el personaje de Salamano, vecino de Mersault, el protagonista.

Al enviudar, el tal Salamano vivía desde hacía ocho años con un sabueso que estaba hecho mierda. Mersault cuenta -la novela está narrada desde la visión del protagonista- que lo tenía desde cachorro, pero como los perros viven menos tiempo, terminaron por envejecer juntos. El rrope tenía “una enfermedad en la piel, creo que sarna, que le hace perder casi todo el pelo y lo cubre de placas y costras oscuras. A fuerza de vivir con él, solo los dos en una pequeña habitación, el viejo Salamano ha concluido por parecérsele. Tiene costras rojizas en el rostro y pelo amarillo y escaso. A su vez el perro ha tomado del amo una especie de andar encorvado, con el hocico hacia adelante y el cuello extendido. Parecen de la misma raza y, sin embargo, se detestan. Dos veces por día, a las once y a las seis, el viejo lleva el perro a pasear. Desde hace ocho años no han cambiado el itinerario. Puede vérseles a lo largo de la calle de Lyon, el perro tirando del hombre hasta que el viejo Salamano tropieza. Entonces pega al perro y lo insulta. El perro se arrastra de terror y se deja arrastrar. Y el viejo debe tirar de él. Cuando el perro ha olvidado, aplasta de nuevo al amo y de nuevo el amo le pega y lo insulta. Entonces quedan los dos en la acera y se miran, el perro con terror, el hombre con odio. Así todos los días. Cuando el perro quiere orinar, el viejo no le da tiempo y tira; el sabueso siembra tras sí un reguero de gotitas. Si por casualidad el perro hace en la habitación, entonces también le pega. Hace ocho años que ocurre lo mismo”.

El viejo Salamano no había sido feliz con su mujer, pero se acostumbró a su presencia como luego de su muerte se habituó a la presencia del perro. Al final el perro se fugó y el viejo terminó por extrañarlo, aunque todo el tiempo le pegase y lo tratara de "carroña" y "basura". El otro vecino de Mersault era igualmente despreciable: un boxeador proxeneta que le pegaba a su mujer. El Extranjero fue publicada en 1942, época en la que Argelia era colonia francesa, y se desarrolla en la Capital: Argel.

El pensador palestino Edward Said criticó alguna vez la mirada "colonialista" y eurocéntrica de Camus. En mi opinión, Said tiene razón: los personajes europeos, por más despreciables que sean, tienen matices; al referirse a "los árabes", en cambio, la visión de Camus es monocorde. Suele referirse a los personajes bajo la etiqueta "los árabes", y los piensa cual si fueran más o menos la misma mierda con parecido olor.

Un muy lindo libro. Si pueden lealón. Se puede relacionar con el existencialismo sartreano de La náusea y contrastar con El proceso de Kafka, que también trata de un juicio.