Supongo que la discusión acerca de en qué medida el capitalismo surge de un egoísmo pre-existente y en qué medida lo favorece es, en última instancia, indecidible.
En cierto sentido, el egoísmo es tan viejo como la humanidad. Sin embargo, salvo necedad e ignorancia -o consumo compulsivo de textos de Alejandro Rozitchner- , pocos dudan de que la cultura y la sociedad inciden sobre la proliferación de actitudes y sentimientos aparentemente "naturales".
En cierto sentido, el egoísmo es tan viejo como la humanidad. Sin embargo, salvo necedad e ignorancia -o consumo compulsivo de textos de Alejandro Rozitchner- , pocos dudan de que la cultura y la sociedad inciden sobre la proliferación de actitudes y sentimientos aparentemente "naturales".
Ejemplo: hace no mucho tiempo, Balzac aconsejaba "nunca comience su matrimonio con una violación". ¿Qué sugiere esto? La similitud socialmente "naturalizada" entre "violación de la mujer" y "matrimonio".
Los ejemplos podrían multiplicarse ad infinitum: el "instinto maternal", que Badinter demostró que está culturalmente condicionado, etc.
El especialista en prehistoria Jean Courtin, un francés director de investigación en el CNRS, aporta datos valiosos acerca de la solidaridad humana. En Córcega, hace 8 mil años, se exhumó el esqueleto muy bien conservado de una mujer muerta a los 35 años, enterrada con sus adornos y recubierta de ocre rojo. Se comprobó que en el curso de su vida -tal vez producto de una caída desde altos peñascos- había tenido un accidente que le paralizó el brazo izquierdo, producto de diversas fracturas. Corolario: la mina sólo podía desplazarse con dificultad, y una parte de su mandíbula inferior había sido destruida por una osteítis, lo que limitaba su alimentación a papillas.
En ese entonces se vivía de la caza, la pesca y la recolección de moluscos, por tanto cada miembro de la sociedad era dependiente de los suyos. Sin embargo, la alimentaron, la cuidaron y ayudaron a vivir muchos años.
Según Courtin, esos rasgos de solidaridad se detectan incluso entre los hombres de Néandertal, contemporáneos del Homo Sapiens, cuya especie se extinguió.
Otros casos: en sepulturas neandertalianas de 60 mil u 80 mil años atrás, se descubrieron restos de individuos gravemente impedidos que, sin embargo, habían sobrevivido durante muchos años gracias a la ayuda mutua del grupo: el hombre de Shanidar, por ejemplo, exhumado en una gruta de Kurdistán al norte de Irak, o ese otro individuo que había tenido la pierna quebrada y la mandíbula rota en el curso de su adolescencia.
Vale decir: el egoísmo es tan connatural al ser humano como la solidaridad. Lo que hace el capitalismo y la cultura hiper-consumista es sobredimensionar un aspecto de nuestra identidad por sobre otros.
EL MIEDO
Además del egoísmo, otro de los sentimientos básicos que estructuran nuestras sociedad moderna es el miedo. Podemos ir a los documentales de Michael Moore, entre tantos, para ver cómo el miedo ha tenido un papel decisivo en la conformación de la nación estadounidense.
Jean Delumeau (1978), en su obra La Peur en Occident, demostró que, pese a la omnipresencia del temor al dolor y al sufrimiento, en el pensamiento clásico el miedo fue condenado por aquellas sociedades que valoraban las hazañas militares y lo asociaban a la cobardía en oposición al coraje y la valentía. El miedo "era 'evidencia de un nacimiento bajo', según la fórmula de Virgilio que fue retomada luego por pensadores que atribuían a los pobres una propensión a la cobardía y contribuían de este modo a legitimar su dominación. Fue necesario esperar hasta la Revolución Francesa para que los sectores populares adquirieran el derecho a la valentía, por el cual también se transformaron en un objetivo privilegiado de temor para la burguesía.
Según la hipótesis de Delumeau, a partir de sus estudios sobre la historia de la Iglesia, cuando se sienten amenazados, los poderes son más propensos a escoger enemigos -externos pero sobre todo internos- para que, en consecuencia, resulte imperioso controlarlos, someterlos o, lisa y llanamente, eliminarlos. En contraposición, en períodos de mayor sosiego, se morigera la construcción de un otro peligroso.
No voy a extenderme en la historización del miedo, para no hacer más largo el post. Rescato una cita de Gabriel Kessler:
"Para Hobbes, el miedo a la muerte está en el origen de la política, por cuanto no habría política sin miedo. El temor al otro, a ser violentados por el prójimo, es lo que lleva a firmar el contrato originario de adscripción al Leviatán y es la base de su poder absoluto. Hobbes, según Roberto Espósito, imprime dos puntos de inflexión en la filosofía política: por un lado, logra que el miedo se transforme de sentimiento vergonzoso en primer motor de la actividad política y, por otro, lo ubica en el origen no de las formas más defectuosas del Estado sino de las más legítimas y positivas. Así, dicho miedo no aparece confinado al universo de la iranía y el despotismo, sino al lugar fundacional del derecho y la moral; no sólo engendra fuga y aislamiento, sino también es constructivo y generador de comunidad".
Otra forma del miedo muy común entre nosotros es el "miedo al negro villero", ejemplificado en la publicidad de Puertas Pentágono. Es loco el término "Pentágono". Si nos pusiéramos a analizar los asesinatos perpetrados, justamente, por el Pentágono en los Estados Unidos, podríamos escribir un libro.
Y sí, nadie ignora que el miedo, además de ser un mecanismo de control es, entra otras cosas, un negocio.
PD: Le podría poner más onda al post, pero ando sin ganas... Lean si pueden el libro de Kessler que está güenísimo!!
BIBLIOGRAFÍA
La más bella historia de amor, de Dominique Simonnet, Buenos Aires, FCE, 2004.
El sentimiento de inseguridad, Gabriel Kessler, Buenos Aires, SXXI, 2009.