miércoles, 24 de agosto de 2011

POLÍTICA Y VIOLENCIA: LUCHA ARMADA EN LOS 70's (PRIMERA PARTE)

Este post y dos más que pienso escribir responden a cierta indignación de mi parte a partir de lo que considero giladas dichas por Tomás Abraham en una nota que salió en Perfil (editorial que suele ser una cagada también de frente). Aclaración: me cae bien TA, me parece un tipo macanudo, sólo que no acuerdo con la mayoría de sus análisis acerca de la coyuntura política.

Voy a tratar de despejar diversos malentendidos, afanándole varias ideas al artículo de la politóloga Pilar Calveiro aparecido en la revista Lucha Armada (número 4) y que está basado en un libro que recomiendo fervorosamente: Política y/o violencia. Una aproximación a la guerrilla de los años 70.Entre

Antes de ir a la descripción histórica de esos años -cosa que haré en un próximo post- , creo importante complejizar algunos conceptos y contextualizar algunas cuestiones:

MEMORIA: los argumentos que siguen a frasecitas del tipo "se cuenta la mitad de la historia" o "tenemos una memoria mutilada" tienden a ser medio pelotudos. Aquí y aquí puse algo sobre "la memoria". No hay "dos mitades" de la historia, ni tres ni cuatro ni siete: LA MEMORIA NO ES UN LEMON PIE. Sintéticamente: la memoria = recuerdo + olvido. La memoria siempre es una suerte de mezcla entre olvido y recuerdo de momentos vividos, libros leídos, manipulaciones políticas varias, etc. Para recordar mejor hay que saber olvidar. Quien recuerda cada detalle como un Funes el memorioso no puede pensar: quien para contar una película de hora y media emplea tres días porque es un prodigio de la memoria no sabe abstraer lo esencial de lo accesorio; quien no recuerda casi nada del contenido de la película no puede contar qué le pareció.

Así como no podemos hablar de identidades en singular, sino que existen identidades diversas que se superponen ya sea en una persona, un grupo social o una nación; no existe la memoria en singular, sino memorias siempre plurales, diversas y contradictorias.

De ahí que me suela parecer una pelotudez cuando personas mayores tiran frases del tipo: "yo esa historia la viví, no me la contaron, no me vengas con...". LA MEMORIA ES PLURAL, LA CONCHA DE TU MADRE!! Si dos pelotudos no nos ponemos de acuerdo en quién fue la figura de tal partido de fútbol, ¿como carajo pretender clausurar el debate sobre un período tan complejo desde tal o cual vivencia  personal?

¿Para qué la memoria? Entre otras cosas para establecer "puentes de sentido" que vinculen aquella forma de entender la política y la violencia con las prácticas actuales, para iluminar una con la otra, para descifrar el pasado desde miradas renovadas por una experiencia más amplia pero también para decodificar el presente desde la distinción, que permite afirmarlo como otro a la vez que reconoce las posibles conexiones.

Así como el dinero llama al dinero, la memoria llama a la memoria: todo acto de memoria convoca a otros actos de memoria que lo convalidan, lo cuestionan, lo discuten, lo desmienten.

Según Calveiro: "Cuando se habla de memoria se suele restringir la peculiaridad de la experiencia a una especie de relato sensible, incluso sensiblero, poco elaborado y encerrado en una historia individual, casi autónoma de lo social.

En oposición a esta idea, considero que la memoria no implica la suspensión de la racionalidad analítica, ni mucho menos la complejidad del análisis".


CONTEXTO INTERNACIONAL: El siglo XX fue seguramente el más sangriento en la historia de la humanidad. 1) Primera Guerra Mundial (10 millones de muertos aprox.), 2. Entreguerras y ascenso de los totalitarismos; 3. Segunda Guerra Mundial (54 millones de muertos aprox.), 4. Guerra Fría.

La Guerra Fría, dentro de la que se inscribió nuestra "guerra sucia", no fue un período de pacificación sino de desplazamiento del conflicto y de sus costos, de los países centrales hacia los países del entonces llamado Tercer Mundo. Dado el desarrollo de la tecnología nuclear, un posible enfrentamiento de las potencias entre sí hubiese implicado la destrucción del mundo mismo, por ello se lo dividió en dos campos enfrentados y en disputa, un mundo bipolar, a pesar de todos los esfuerzos terceristas.

En los años setenta, nos recuerda Calveiro, la bipolaridad comprendía la lucha entre dos modelos de hegemonía con pretensiones igualmente mundiales: el capitalista y el socialista, que se asumían no como adversarios sino como enemigos antagónicos. Ambos tenían rasgos extraordinariamente comunes: ponían el acento en la determinación de lo económico y en la centralidad del Estado.

En síntesis, según Calveiro "las lógicas de ambos antagonistas, que permearon la organización mundial de las relaciones de poder, en primer lugar, eran económicas y estadocéntricas; su racionalidad era binaria y su froma de expansión y de defensa, la guerra"

GUERRILLA URBANA Y TERRORISMO NO SON SINÓNIMOS: Calveiro: "El terrorismo se caracteriza por tratar de generar terror social con el objeto de producir una parálisis tal que le permita imponer una determinación política. Para ello destaca actos de violencia que deben ser indiscriminados, de manera que cualquiera pueda sentirse blanco de los mismos. El ataque a un enemigo militar es la figura de la guerra; el ataque a un enemigo de clase es la revolucion, pero si ese "enemigo" es suficientemente difuso, la lucha en su contra puede alcanzar a cualquiera. El terrorismo es indiscriminado y hace blanco principalmente sobre la población civil. Las organizaciones armadas argentinas no realizaron ataques de este tipo. Sus acciones se orientaban principalmente a obtener recursos económicos y militares, realizar propaganda armada mediante repartos de alimentos, medicinas y otros bienes, asesinar a miembros del aparato represivo, en particular involucrados en la represión y la tortura. Sobre todo en la primera época, previa a 1973, existía un especial cuidado en la planificación militar de las operaciones armadas, con el objeto de evitar cualquier daño sobre civiles. La colocación de explosivos, por lo regular, se realizaba con fines de propaganda y cuidando que no hubiera víctimas. Las formas de la violencia recrudecieron a partir del enfrentamiento con la AAA y, ciertamente, se hicieron más indiscriminadas, pero siempre sobre personal represivo, aunque de rango y responsabilidad menores. Hubo operativos que, siendo contra miembros de las Fuerzas Armadas involucrados en la represión, alcanzaron sin embargo a inocentes, como fue el caso de la hija del Almirante Lambruschini, pero existió solo un par de operaciones militares -realizadas con posterioridad al golpe de 1976- que podrían considerarse francamente terroristas, ya que cobraron indiscriminadamente la vida de civiles. Creo que es importante hacer esta distinción porque considerar cualquier accionar armado como terrorista es una forma de desechar, sin más trámite, a la mayor parte de los procesos revolucionarios de la historia y a muchas de las formas de resistencia".

VIOLENCIA Y ESTADO: En "Para una crítica de la violencia..." Walter Benjamin nos muestra a la violencia como elemento fundante no sólo del Estado sino del derecho que éste configura en torno suyo.

"Fundacion de derecho equivale a fundación de poder y es, por ende, un acto de manifestación inmediata de la violencia". En consecuencia, la legalidad no representa una suspensión de la violencia sino su consumación. Cuando el Estado se erige en detentador monopólico de la violencia legítima no la cancela sino que se la apropia utilizándola para preservar el orden establecido. El uso de la violencia por otros actores políticos comporta el cuestionamiento de este monopolio, que puede ocurrir para la fundación de un nuevo orden y un nuevo derecho. Así, se pueden identificar dos violencias, simétricas en sus fines aunque no necesariamente en sus formas ni en su potencia: violencia que conserva derecho y la que trata de fundar un nuevo derecho.

En los 70 se discutía el monopolio de la violencia del Estado como ilegítimo y se consideraba legítimo, por el contrario, el uso de la violencia para instaurar un nuevo orden, definido como más "justo". Se oponían así la violencia estatal y la revolucionaria. Se hablaba de "guerra antisubversiva", por un lado, y de "guerra popular y prolongada", por el otro. No fueron ni una cosa ni otra, nos dice Pilar Calveiro: "La 'guerra popular y prolongada' no pasó de ser guerrilla urbana o rural, en algunos casos, y la 'guerra anti-subversiva' no fue más que una política represiva de estado basada en el terror".

GUERRA SUCIA: Siempre según Calveiro, "la expresión latinoamericana de la Guerra Fría fueron las llamadas "guerras sucias", es decir la desaparición de personas, involucradas en proyectos políticos alternativos, armados y no armados, como parte de una política de Estado. En este contexto se inscribieron tanto el Plan Cóndor, en los años setenta, como las guerras en Centroamérica, en particular Guatemala y Nicaragua, durante los ochenta.

Como es bien sabido, en la distribución bipolar del mundo, América latina 'pertenecía' al Occidente capitalista, con la excepción de Cuba. (...) El control de América latina dentro del capitalismo occidental (por parte de Estados Unidos) fue una precondición para conquistar la hegemonía planetaria.

Se instrumentó entonces la tan conocida política de seguridad nacional, que remitía cualquier conflicto nacional a la confrontación global entre capitalismo y socialismo. Se la aplicó en todos los países a través de los aparatos represivos del Estado, apoyados por los servicios de inteligencia norteamericanos.

La organización bipolar del mundo se 'clonó' hacia dentro de las fronteras nacionales y estructuró la lucha política en campos separados y enemigos. Por una parte, los Estados, en la defensa del statu quo occidental y por otra un sinfín de organizaciones, partidos de izquierda y movimientos que pugnaban por modelos alternativos, genéricamente definidos como socialistas, de corte nacional popular y que se planteaban adueñarse del aparato del Estado para establecer un orden nuevo, mediante un proceso revolucionario.

Si la palabra clave del escenario internacional fue la guerra, la palabra clave de la política latinoamericana fue revolución, pero también aquí los antagonistas giraban en torno al control del Estado, reproduciendo la visión estadocéntrica predominante en el terreno internacional.

La idea de la Revolución, así, con  mayúsculas, se ha ido expulsando del imaginario político. Sin embargo, en los años setenta era parte nodal de la propuesta de la mayor parte de los grupos disidentes. Hacer la revolución era tomar el aparato del Estado para abrir un proyecto que prometía ser radicalmente nuevo, nacional, aintiimperialista y, en consecuencia, de ruptura con el orden capitalista. Un proyecto que prometía transformar las relaciones del espacio público y privado y crear un hombre nuevo: una especie de milagro. Esa gran revolución convocaba, en primer lugar, a la acción.

El tema de la acción se ha malinterpretado con frecuencia. El énfasis en ella no implica, necesariamente, la falta de teoría ni mucho menos de racionalidad o reflexión. Por el contrario, tanto la acción como el discurso son inseparables de la política. Decía Hanna Arendt, de indiscutible filiación republicana, en un texto que se tradujo al español precisamente en los años setenta:

'Dejados sin control, los asuntos humanos no pueden más que seguir la ley de la mortalidad... La facultad de la acción es la que interfiere en esta Ley... El lapso de vida del hombre en su carrera hacia la muerte llevaría inevitablemente a todo lo humano a la ruina y la destrucción si no fuera por la facultad de interrumpirlo y comenzar algo nuevo, facultad que es inherente a la acción... La acción es la única facultad humana de hacer milagros, como Jesús de Nazaret... el nacimiento de nuevos hombres y de un nuevo comienzo es la acción... Sólo la plena experiencia de esta capacidad puede conferir a los asuntos humanos fe y esperanza' (Hanna Arendt, La condición humana)

Finalizo con una idea de Calveiro que me parece muy importante: "La 'espiral de violencia', como una especie de tornado, se traga primero y antes que nada al más débil. Entre la insurgencia y el Estado, puestos a desafiarse en el terreno de la fuerza, gana el Estado. Sólo hay un lugar desde el que la insurgencia puede triunfar y éste es la lucha política. Los cubanos no le ganaron a Batista por su potencial militar, le ganaron políticamente".

Termino con dos reflexiones de Alejandro Kafuman que son bastante complejas de interpretar en todos sus matices:

"La llamada teoría de los dos demonios presumía una simetría entre dos contendientes. ¿Pero en qué consistía esa simetría? Contra lo que se suele suponer, la simetría alegada no es la referida a la violencia recíproca (esta es la versión más vulgar y estólida de la teoría de los dos demonios), sino al carácter de ilegalidad que concernía a ambos términos de la ecuación. En tiempos institucionalmente democráticos de los setenta, y también antes en la medida en que se apostaba por la revolución y no por la mera restauración constitucional durante gobiernos militares, los actores revolucionarios habrían actuado en forma ilegal. Habrían actuado como asociaciones ilícitas insurrectas, transgresoras de la constitución nacional y el código penal, y por lo tanto eran acreedoras de un castigo por parte de las fuerzas de la ley. El problema aquí no era el de la represión, ya que eso es lo que correspondía, sino el carácter ilegal que asumió la represión en la dictadura del 76. Si hubiera actuado en los términos del código penal, sólo hubiera restado un demonio: el de los subversivos. Es de eso de lo que tanto se han lamentado intelectuales, políticos y ciudadanos en estos últimos treinta años. ¿Cómo no fusilaron a los insurrectos, reprimieron de alguna otra forma legítima a esos delincuentes? (...)"

Como bien sugiere Kaufman, es intelectualmente pobre especular sobre lo que hubiera pasado si la guerrilla hubiese triunfado. Esas pelotudeces del tipo "si  los montoneros hubiesen ganado seríamos Cuba (????)" son nefastas. Quienes estaban comprometidos con formas de la debilidad, sabían -creían- que iban a morir como lo saben todos aquellos que no ignoran que la justicia siempre está del lado de los vencedores.  No es una afirmación soberbia sino más bien de amargura trágica. No experimentan AHORA una revelación que YA SABÍAN.

En el próximo post resumo algunos acontecimientos históricos. Me parecía importante hacer estas aclaraciones antes, como para clarificar -o en rigor complejizar- un poco el panorama, sobre todo porque al leer la nota de Abraham y los comentarios de los lectores me pareció que se decían muchísimas pelotudeces.

Aquí la segunda parte.

6 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo lo primero es tratar de contextualizar y esclarecer los usos de la memoria.
    Acá te paso un link sobre un libro excelente que se llama: Las Fosas de la memoria. La orden ya fue ejecutada.Roma, las Fosas Ardeatinas, la memoria. De Alessandro Portelli.
    A mi me gustó mucho, es sobre los usos de la memoria colectiva.
    http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.375/pr.375.pdf
    La memoria es un arma de doble filo, quienes están cerrados a entender que es lo que realmente sucedió , es porque depositan en la construcción gran parte de su identidad.
    Como me interesa mucho estudiar la memoria, también te paso este link:
    http://www.redesparalaciencia.com/4154/redes/redes-78-el-cerebro-no-busca-la-verdad-sino-sobrevivir.
    Un beso grande!!!.

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  2. es un tema complicado, muchono entiendo pero esta muy bueno el post.. beso

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  3. Fetivaméntec Luchi, es un período engorroso.
    Beso!

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  4. Se olvidan que la memoria del horror y de la lucha de tantos que murieron perfectamente en vano y sin haber hecho mas daño que pensar diferente, fue constituyente de este nuevo estado de cosas. Pretender que no sea conflictivo o querer borrarlo todo con un olvido que no se desde que postura superada se plantea es sencillamente una necedad, como lo es cargar contra madres y abuelas de desaparecidos en tanto que tales, cuando durante años muchos exibieron una suerte de filiacion moral que los ponia del lado de los buenos y justos. la bajeza humana a veces no tiene limites, pero de un modo u otro asi es como se piensa el futuro, el rio de la estupidez nos arrastra a todos un poco, saludos

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  5. David, no estoy seguro de haberte entendido. Si pudieras aclararme un poco tu postura respecto del tema te podría tratar de responder.
    Gracias por pasar!

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