Respuesta del politólogo canadiense Pierre Ostiguy, en setiembre de 2008, que en cierta forma se relaciona con el post sobre Lanata que había puesto aquí.
Si quieren leer la entrevista completa, vayan al siguiente link:
¿Qué correlación encuentra usted entre el peso político
que adquiere el issue "corrupción" con la situación económica? Dicho
en otros términos ¿los argentinos creemos con facilidad que "roban pero
hacen"?
Ahí entra claramente, a nivel de la discursividad política,
mi diferenciación alto y bajo. Todo el discurso “alto” enfatiza, constantemente
y fuertemente, la corrupción, la honestidad, la ética, la transparencia,
etc. El “roba pero hace” es un lema discursivo típicamente populista. Fue un tema de
Adhemar en Brazil, pero uno se lo puede imaginar fácilmente en bocas peronistas
en la Argentina.
Ahora, hay que poner una fuerte advertencia, para no caer
preso del discurso “alto” (pues aquí se habla de discurso, y no necesariamente
de prácticas).
Guillermo O’Donnell me hizo notar, hace ya 7 años, que
muchos políticos “altos” hablan en contra de la corrupción, pero la practican
abundamente. Uno puede pensar en el escándalo que involucró al gobierno de De la
Rúa y que llevo “Chacho” Alvarez a renunciar. Es decir, lo que choca y
contrasta es más bien—otra vez a nivel discursivo—la franqueza descarada del peronista
(bajo) Barrionuevo, para decir en publico cosas inadmisibles. Y de un cierto modo,
eso es el peronismo: decir y hacer en publico cosas “que no se hacen”. Y no es
que la gente discursivamente “alta” nunca lo hace, pero tienen la llamada
“decencia” de guardarlo en lo privado.
A nivel de recepción, igual creo que el asunto de la
corrupción es más molesto para sectores educados de clase media. Para gente
empobrecida, es normal que el “hacer” y el “cumplir” sea más vital e importante.
Además, hay códigos de clase muy distintos, me parece. Creo que guardar las apariencias
importa menos
en los sectores sociales bajos.
¿Considera Ud. que mejoras sustanciales en la
distribución del ingreso podrían modificar las prácticas
"clientelares" o de "territorialización" de la política que
se registran en la Argentina?
Sí. No cabe la menor duda de eso. Sería interesante para los
argentinos estudiar como objeto histórico (y no como modelo) lo que
pasó a principio de siglo en EEUU con los progresistas, cuando quisieron romper
las “political machines” o aparatos clientelares del Partido Demócrata en las
grandes ciudades del país, con la gente necesitada. EEUU tambien tuvo su
“peronismo”, aún si fue sin grandes lideres carismáticos.
Igual, creo que hay diferencias muy grandes, en cuanto a
“particularismo de intercambio”, entre un “favor” personal de parte de un
puntero, como lo describe Javier Auyero, y una política más general que afecte
económicamente y especificamente como objeto a los sectores empobrecidos de la
población, como por ejemplo el “Zero Fome” en Brazil. Y eso, sin hablar por
supuesto de una política impositiva que realmente redistribuya el ingreso, o de
políticas nacionales que redistribuyan rentas extraordinarias.