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viernes, 17 de febrero de 2012

VINDICACIÓN DE DOLINA, LUEGO DE HABERLO DEFENESTRADO EN UN POST ANTERIOR


Me abrazo a la contradicción, como Fernando Niembro al comentar un partido de fútbol, y hago un encomio de Dolínades:

El machismo del rechazado:

Cuando son rechazados por una mujer: “algunos tipos –y también volvemos al machismo- sienten indignación, y eso no está bien. Uno siente tristeza, en cierto modo humillación, ¿pero indignación? Y reclaman: “¿Cómo me decís que no a mí?” (..) Y hay una pequeña exhibición hasta curricular. A mí que soy tal cosa, a mí que tengo una camioneta 4 x 4, a mí que vivo en tal lado, a mí que te pagué veintiséis copetines… Otra cuestión es la de buscar una razón casi externa del rechazo: “me rechazó porque ella está muy influida por las amigas; me rechazó porque sabe que soy muy mujeriego; me rechazó porque tiene miedo de enamorarse o de involucrarse…” Cuando en realidad las mujeres que te rechazan lo hacen por una simple razón: no le gustás, no le producís nada. Y sin embargo, cuando un hombre busca motivos para el rechazo, no da la única razón valedera”.

Hasta aquí Dolina. Ahora bien, ¿qué significa decir que amar a quien no nos ama es “trágico”?

En la antigüedad griega se dio una competencia entre la curiosidad teórica, representada por la filosofía, y el arte de la tragedia. Si leen la República de Platón, notarán su desprecio hacia el arte de la tragedia, más allá de que el tipo quiso ser un poeta trágico cuando era joven ¿Por qué? Pues porque la sabiduría de la tragedia se cifra en dejar ciertas cosas en la oscuridad o en la indecisión.

En la tragedia no hay posibilidad de "síntesis". El amor es trágico porque, hasta cierto punto, el fracaso amoroso no es culpa "de nadie".

Ejemplo: en “Antígona” de Sófocles tiene razón tanto Creonte como Antígona. Un filósofo como Platón no puede aceptar que ambos tengan razón, porque eso implicaría negar que exista una verdad, y la posibilidad de distinguir bien de mal.

Como no existe una ciencia del amor es que el arte se vuelve mucho más eficaz para abordarlo. La ciencia trata de producir enunciados con cierto nivel de universalización. El arte, toda vez que la experiencia estética se produce, te interpela de modo personal.

Decir que la extinción del amor no es culpa “de nadie” no quiere decir que una relación no deba ser alimentada con trabajo y dedicación, sino afirmar que una vez que la llama se apaga, o si nunca estuvo encendida, es inútil tratar de avivar un fuego que no existe.

El amor como dador de sentido:

Quien tiene un porqué para vivir, soporta casi cualquier cómo. Estoy convencido de que el amor es lo que da sentido a la existencia. Es más sencillo crecer como persona si todo lo que uno emprende está motivado por el deseo de ser querido.

Objeción previsible: hay que aprender a no ser querido, pues si uno pretende caerle bien a todo el mundo, es imposible que no ejerza la demagogia o la hipocresía. Ok, haciendo esta salvedad (tu mente ya estará progresando), prosigo:

Si amar a alguien implica darse en alimento, y a su vez ser alimento de ese alguien, entonces querremos ser mejores para tener algo mejor para dar.

En cierto modo, todo esto lo aprendí del níga Dolina, a quien le pegué al comentar sus primeros libros, pues me parecen muy berretas. ¿Por qué la vindicación? No es ningún sentimiento de culpa, sino que lo hago porque soy un loco bárbaro, un rebelde (?)

En cada entrevista, el tipo más o menos dice siempre lo mismo, pero eso no quita que muchas veces tenga razón.

Por ejemplo, podemos tomar el reportaje que le hicieron en Duro de Domar:

http://www.youtube.com/watch?v=Ns1uscLAW7c&feature=related

El público se renueva, dijo Mirtha Legrand. Tal vez por eso Dolínades no teme repetirse. Frase típica suya: “el amor sucede”.

“No hay nada que moleste más a una mujer, que un tipo que no es y hace fuerza por ser (…) Si no aparece inicialmente esa llama que permite el incendio, nos quedamos sin fuego”.

Vale decir: hay casos dudosos, pero en otra ocasiones decimos "a esta/este no la/lo toco/tuca/porro ni con un palo". Esa situación es INSALVABLE. No hay chamuyo ni mérito ni forma de ser que haga que Lita de Lázzari se vuelva Geraldine Neumann.

Borges contaba que el pintor americano Whistler estaba cierta vez en un café de París y, como la gente discutía el modo en que la herencia, el ambiente, la situación política y cosas por el estilo influían en el artista, el tipo dijo: “Art happens” (“el arte sucede”). Vale decir: en el arte, y en el amor, hay mucho de misterio. Sabemos lo que es el amor como sabemos lo que es la poesía, aunque no podamos dar una definición precisa. Así también somos incapaces de definir de una vez y para siempre el sabor del café, el color rojo o una puesta de sol.

Angelus Silesius: “La rosa es sin porqué, florece porque florece/ No cuida de sí misma / No pregunta si uno la ve”. Die Rose ist ohne Warum. / Sie blühet, weil sie blühet. / Sie achtet nicht ihrer selbst, / fragt nicht, ob man sie siehet”.

Si somos hiper racionalistas diremos que lo que llamamos misterio o magia no es más que la ignorancia de la compleja maquinaria de la causalidad. Leeremos estudios de científicos y botánicos que se ocuparán de analizar las propiedades químicas de la rosa y etcétera. Sin embargo, existe la indecibilidad del origen: “Las cosas no tienen significación: tienen existencia. Las cosas son el único sentido oculto de las cosas”. Fernando Pessoa.

Eso es lo que quería decir hoy, para que no crean que creo que creen que le tengo bronca a Dolínades. Tá todo bien vieja, somos todos ricoteros, no pasa nada!!

jueves, 9 de febrero de 2012

LUIS ALBERTO SPINETTA (1950-2012)




Hay canciones o fragmentos de la lírica del Flaco que son impenetrables como la ignorancia de una vieja. También hay partes muy sencillas: “vos no me dejaste nena, vos no me dejaste, tampoco yo a vos”; “si no canto lo que siento, me voy a morir por dentro”; “justo que pensaba en vos, nena, caí muerto”; “lo peculiar de nuestro gran calabozo, es esta especie de terror por el bosque”; “se queda oyendo, como un ciego frente al mar”; “deja tu miedo atrás, alguien te sonreirá… abre tu mente al sol, todo irá mejor”; “y hoy que enloquecido vuelvo, buscando tu querer, no queda más que viento”; “yo te entrego, mi rosa más negra, nena nena boba era verde turquesa”.
Hace algunas semanas, mi tío murió de cáncer de estómago. Tenía más o menos la edad de Spinetta. Quizá porque no nos veíamos casi nunca, me entristeció su pérdida, pero no lloré. Sin embargo, ni bien me enteré de la desaparición física del “Flaco”, se me saltaron las lágrimas. ¡No pude parar de llorar por alguien que no me conoció nunca!


Fabián Casas decía, medio en broma y medio en serio, que un amigo suyo había inventado una teoría estética que dividía al mundo en dos: personas a quienes les gustaba el Flaco y a quienes no. En mi caso, no es sencillo que alguien que adore escuchar canciones de Almendra, Invisible o Pescado Rabioso, me caiga torcido.


Cualquiera que me confiese su pasión por Spinetta, suma puntos inmediatamente. Es cierto que semejante prejuicio no debe tomarse muy en serio, porque la identidad es pluridimensional y la hijadeputez es como el ser aristotélico: se dice de muchas maneras. Se puede ser un spinettiano convencido y al mismo tiempo un canalla o un idiota, aunque no deja de parecerme una flagrante contradicción. 


Sé de amigos que se aburren escuchando “El jardín de los presentes” de Invisible, no soportan la música de Pink Floyd, creen que Riquelme no es más que un “pecho frío” y/o que Messi debe ser suplente en la selección argentina. Y sin embargo, los quiero.


La verdadera experiencia, y el arte auténtico, tienen esto en común: siempre son mayores que nuestra comprensión. En medio de tanto fascismo de la ignorancia, las canciones del flaco fueron una especie de antídoto contra la estupidez. El tipo te abría la ventana para que ingreses a un mundo nuevo: los textos de Artaud o Nietzsche, la poesía surrelista, Bataille, Led Zeppelin, las teorías foucaultianas...


Cuando somos chicos, el mundo de la experiencia no tiene nombre: vagamos por él en un estado de perplejidad y asombro, con la cabeza llena de balbuceos e intuiciones. Los libros que leemos, las letras que escuchamos, nos ayudan a nombrar un objeto, un momento de gozo, angustia o desesperación. No importa si las vivencias preceden al acto de nombrar: a veces la experiencia ocurre primero, y años después nos reconocemos en un fragmento lírico que nos representa mejor que nosotros mismos. Otras veces se da la situación inversa, y es la experiencia la que arroja luz sobre una letra que teníamos guardada en la memoria:


No terminé de comprender en toda su dimensión la parte de Muchacha donde Spinetta susurra un “sueña un sueño despacito entre mis manos, hasta que por la ventana suba el sol”, hasta el momento en que tuve mi primera experiencia amorosa con una mujer de la que estaba enamorado.

En la adolescencia solía ir a ver una banda de rock donde era guitarrista uno de mis mejores amigos -actual creador de Colder Than Diablo- que tocaba todos temas propios, salvo algún que otro cover. Entre los pocos temas ajenos recuerdo tres: uno era "El tren de las 16" de Pappo, y los otros dos eran de Spinetta:“Post Crucifixión” y “Rutas argentinas”. Cada vez que sonaba el temazo de Pescado Rabioso, el ambiente se sacudía.

“En el mar, naufragó, una barca que nunca zarpó”: es reconocida la capacidad del Flaco para seguir buscando lenguajes nuevos a lo largo del tiempo. El tipo parecía impermeable a la nostalgia: "mañana es mejor". El barco de Spinetta estaba siempre listo para zarpar a otros puertos; en ese sentido era nietzscheano (1), porque rompía permanentemente con el lastre del pasado, lo cual le permitía moverse con libertad en territorios poco explorados:

LA DICTADURA MILITAR


Hölderlin decía que donde abunda el peligro, crece lo que salva. Sobre todo a partir de marzo de 1976, civilizar fue suprimir toda disidencia, exterminar, fomentar el exilio. En los regímenes dictatoriales, la perversión del lenguaje es inexorable: las palabras se cansan o alteran su sentido. Las confusiones semánticas se multiplicaban como manchas de aceite: el régimen secuestraba a cientos de personas, las internaba en campos de concentración o las volaba con explosivos, y esos secuestros los presentaba como “desapariciones”. Se llamó "guerra" a lo que era matanza de civiles desarmados, "recuperación" a la tortura, "seguridad nacional" al terrorismo de Estado. La palabra “Patria” comprendía inundar el mercado de productos extranjeros, y nacionalizar la totalidad de la deuda externa.


Quienes vivieron a pleno esa época aseguran que la resistencia provenía, en gran medida, de la música rock, con Charly y Spinetta como valores inestimables. En la actualidad, hablar de libertad, amor en las calles, caminar sin documentos, nos parece ingenuo; en ese entonces era subversivo. La opresión puede ser la madre de la metáfora: muchas letras se disfrazaban para no atraer a la censura.


En los 90’s, cuando ser un nabo estaba de moda, al Flaco no le permitían grabar un disco más o menos a la medida de sus aspiraciones:


"Leer basura daña la salud, lea libros" fue el mensaje del cartel con el que Spinetta salió en la tapa de la revista Gente durante su romance con Carolina Peleritti. Sin embargo, esa postura, pasada de rosca, muchas veces desembocaba en un hermetismo que a veces se confundía con el elitismo, la solemnidad o la pose intelectual. Como si la carga simbólica de Spinetta se hubiese desplazado de su extraordinaria música a su estereotipo (el Artista Complejo, el defensor de la Cultura, el Poeta, es decir, Luis Almirante Brown). En ese sentido, el recital de las Bandas Eternas fue un acto de justicia y una revelación. Spinetta reunió a 40.000 personas en una cancha de fútbol y se reconcilió con su veta popular, aquella que hace que hoy todos estemos llorando, intentando escribir o decir o recordar esa frase de ese tema que sintetice todo lo que sentimos y no podemos expresar” (Il Corvino).


Mientras escribía este post, recibo un mensaje de texto de mi hermano: "Hola amigo! Ayer me fui a laburar moqueando como un nene por lo de Spinoza (es la manera que tenemos con mi hermano de aludir a Spinetta, tal vez para sentirnos más "exclusivos"). Ese tipo sí que era un jazmín lleno de gracia".
El post termina y siento que no dije lo que quería decir. Escucho Dime la forma y reparo en la letra: "ríe para vivir, solo sirve y ríe para vivir". El tipo no habla de "vivir para reír", como un bufón, sino de la risa como motor de la existencia. Gracias a él, vivir es una experiencia mejor.


A estos hombres tristes : Salva tu piel, la ciudad te llevó el verano. / Ponte color, que al morir los hombres son blancos/ más blancos / que al volar sin volver, / sin volver, que al volar sin volver. / Tú tienes pies y tienes manos pero no se ven. / Si tus pies hoy nacieron viento déjalos correr /y si tus manos con las plantas, /déjalas crecer. /Vive de azul, porque azul /no tienes domingos / Ríete al fin, que llorar / trae tanto frío / Mas frío, que olvidar como ver, / como ver, que olvidar, como ver. /Una vez vi que no cantabas / y no se porqué / si tienes voz , tienes palabras / déjalas caer / cayéndose suena tu vida / aunque no lo creas. / Cuanta ciudad, cuanta sed / y tu un hombre solo. / Cuanta ciudad, cuanta sed/ y tu un hombre solo. / Cuanta ciudad, cuanta sed / y tu un hombre solo. / Cuanta ciudad, cuanta sed /y tu un hombre solo. / Cuanta ciudad, cuanta sed / y tu un hombre solo.


Nota:


(1)“Sólo hay una forma de honrar a nuestros clásicos, y es la siguiente: proseguir buscando con su mismo coraje y en su mismo espíritu y no cansarse de hacerlo. Colgarles, en cambio, el vocablo “clásicos”, que es una palabra que tanto incita a reflexionar: ir a buscar en sus obras cosas “edificantes”, es decir, entregarse a esas lacias y egoístas emociones que nuestros teatros y nuestras salas de concierto prometen a todo el que paga la entrada, y además erigirles acaso estatuas y dar su nombre a asociaciones y a festividades –todas esas cosas son únicamente pagos a cuenta hechos en moneda contante y sonante, pagos mediante los cuales busca el cultifilisteo llegar a un arreglo con los clásicos, para así no conocerlos más y, ante todo, para no verse obligado a imitar su ejemplo y continuar buscando. Pues la consigna del filisteo reza así: no está permitido seguir buscando” (Nietzsche, Consideraciones intempestivas I).

miércoles, 8 de febrero de 2012

MURIÓ EL FLACO SPINETTA


FUNERAL BLUES

Detengan los relojes

desconecten el teléfono

dénle un hueso al perro

para que no ladre.


Callen los pianos y con ese

tamborileo sordo

saquen el féretro...


Acérquense los dolientes

que los aviones

sobrevuelen quejumbrosos

y escriban en el cielo

el mensaje...

él ha muerto.

Pongan moños negros

en los níveos cuellos de las palomas

que los policías usen guantes

de algodón negro

(...)


Creí que el amor perduraría

por siempre.

Estaba equivocado.

No precisamos estrellas ahora...

Apáguenlas todas

Envuelvan la luna

desarmen el sol.


Desagüen el océano y

talen el bosque

porque de ahora en adelante

nada servirá.

W. H. Auden

martes, 17 de enero de 2012

SPINETTA, EL PUNK Y LA RESTAURACIÓN CONSERVADORA

Aclaración: este post guarda relación con éste link. Dicho esto, comienzo:

Hay una idea interesante que Alejandro Dolina rescató a su vez de Jorge Wagensberg, según la cual el interés por la lectura de un texto se basa, en cierto modo, en la comunión entre dos conciencias parecidas, de tal modo que si la lectura es demasiado compleja para quien lee, sobreviene una falta de interés parecida al aburrimiento; si, por el contrario, el libro nos parece demasiado simple, nos suele producir cierto desdén. Algo similar podría decirse respecto al artista en general -músico, pintor, etc.,- y al receptor de la obra.

A mí modo de ver, se trata de una idea demasiado “racionalista” –no hay un nexo causal necesario entre emoción y entendimiento-, pero guarda cierto grado de verdad.

Digresión: interpreto que la idea de Wagensberg no implica su reducción a una cuestión de conocimiento o posesión de cierto “espíritu elevado”. Si uno analiza el humorismo "refinado" y "culto" de Borges o Bioy Casares con mayor detenimiento, verá que ambos se divertían mucho inventando y citando letrillas y poemas groseros como por ejemplo:

“No paso mis días penando, en todo imito al conejo, que vive alegre y fifando, hasta morirse de viejo”. O este otro: “las hermanas Pérez y sus hijas, comunican al público y al clero, que han abierto un taller de chupar pijas, en la calle Santiago del Estero”. (Lean el “Borges” de Bioy Casares y lo comprobarán por ustedes mismos).

LA HERENCIA DE SPINETTA

Muchos consideran que las canciones de Spinetta son soporíferas, que su poesía no se entiende una mierda, que es música para esnobs... A riesgo de que me tilden -a mi juicio erróneamente- de elitista o conservador, pienso que la música y la lírica no tienen porqué mantenerse accesibles y sin pretensiones, al menos no como principio rector.

Cada tanto me gusta citar una frase del periodista y escritor vienés Karl Kraus:

"El secreto de la demagogia es parecer tan tonto como su audiencia, para que esta gente se piense a sí misma tan inteligentes como el demagogo".

Es claro que uno puede caer en el peligro de considerarse el portavoz de "la vanguardia iluminada”. Sin embargo, bajo el supuesto afán “democratizador”, ¿no se esconde cierto “fascismo de la ignorancia” que empobrece mucho más de lo que libera?

Hace poco leí con interés una discusión que se produjo a raíz de un post de Oscar Cuervo. Les pego el link y rescato algunos fragmentos como para motivar el debate:

http://www.tallerlaotra.blogspot.com/2009/12/las-caras-que-asoman-la-ventana-quieren.html

Encadenado al ánima es una de las cumbres del rock. Y ojo que no dije: rock nacional, digo rock, sin más (…)

Fue editado en 1975, unos meses después estallaría en el mundo un movimiento (que acá tardaría aún varios años en llegar): el punk, para el cual un tema como este, de estructura irregular, con nueve partes distintas, con cortes rítmicos que interrumpen los intentos de danza, con cambios armónicos desconcertantes... esto es lo que los punks aborrecerían.

Yo creo que el punk, que apareció en ese momento como una irrupción liberadora, fue al cabo una restauración de los valores más conservadores de la cultura pop, fue una ofensiva de la derecha del rock. Esta música se había tomado demasiadas libertades, se había vuelto imprevisible, había que volver a los temas radiables de dos minutos y medios, había que volver a los tres tonos, y allí fueron los dóciles Pistols y los dóciles Ramones, a preparar el terreno para el triunfo neo-conservador del pop plástico de los 80.

Hoy vuelvo a escuchar a Invisible y creo que esta música se está tocando mañana, que está muy bien que les joda a todos los que apuestan a que el rock es entertainment. Invisible lo hizo, pero nuestras orejas aún no terminaron de acostumbrarse.

Que la sigan mamando!

Cuervo

nacho dijo...

cuan equivocado estás oscar. ¿el punk para abonar el terreno del triunfo neo-conservador del pop plastico de los 80?

Nos estas cargando, solo pensa cual es el origen social de los que oyen pop music (incluido el igualitarismo punk en UK de la década de 1970) y quienes oyen el refinamiento sinfonico. ¿Será la diferencia ente el 'hacelo vos mismo' y la musica culta?

Distinción que, desde el vamos, ya es conservadora y que demustra un desprecio elitista y romantico no solo por el primitivismo, sino por lo pop(ular).

¿Me vas adecir que los consideras alienados? ¿Quien sos vos para ponerte en ese lugar? ¿TW Adorno? Creia que tenias una refelixon mas interesante sobre la productividad estetica y la cultura.

3 de diciembre de 2009 13:57

Oscar Cuervo dijo...

Nacho:

yo soy un oyente, un rockero, alguien que va a recitales y escucha discos desde mi más tierna adolescencia. ¿Hace falta más para hablar? También soy alguien aue fui profundamente marcado por estas canciones, las que me vieron crecer y las que me hicieron comprender mi lugar en el universo. Estas canciones me abrieron la cabeza, no como diletante, alguien que aprende los nombres del bajista de tal formación, sino el valor del arte como una posición existencial, l alibertad que se abre paso de manera inexorable, dónde están los caretas, dónde está la sensibilidad, la imporatncia del amor. Creer que todo eso es música culta es una pelotudez que tiene que ver con el populismo demagógico (y por ende conservador) del punk.

El "hacelo vos mismo" tiene una apariencia democratizadora, el "cualquiera puede cantar" también, pero en el fondo son consignas profundamente opresoras, porque están destinadas a borrar el arte como diferencia, a borrar la diferencia. Y no hay nada más opresor que la indiferencia. Claro que se pueden hacer canciones maravillosas con dos tonos, Lennon las hizo, algunos otros tambie´n, pero lo cierto es que el 99 % de lo que se hizo bajo esa consigna es pura mierda. El punk es música uniforme tocada por tipos uniformados, es reacción a lo desconocido y perpetuación de lo mismo.

El tema del origen social del punk es una falacia: de hecho fue una música de ciertos sectores populares en GB del 77, pero fue muy rápidamente adoptado por la industria, quedó a cargo de diseñadores de moda y fotógrafos que hicieron castings de modelos. El punk es un movimientos de peluqueros. La vuelta a las canciones de 2 minutos y medio fueron un triunfo de los criterios radiales. Y en un par de años le habían preparado el terreno a la new wave, que pronto se iba a convertir en los corbatines y las melodías pegajosas. Hoy la banda de sonido del sistema es el punk básico, no tiene que ver con la clase social sino con la pereza mental que se niega a someterse a experiencias artísticas libres y desafiantes. El punk fue desafío... durante quince minutos, y desde entonces hasta hoy es repetición del mismo gesto idiota.

No es música culta INvisible, es una sensibilidad implacable; no hacen falta academias (ni Spinetta Pomo y Macchi fueron a la academia ni tampoco su público) es arrojo artístico.

sigan mamando!!!

3 de diciembre de 2009 15:21

HAGAMOS UN POCO DE HISTORIA:

Los procesos históricos -y la historia del rock no es la excepción- siempre dan lugar a cierta tensión entre opuestos, a cierta acción que motiva una reacción. Dicho brutalmente: momentos y lugares donde al predominio del “arte comprometido” se le responde con la vindicación del “arte por el arte”; a la Ilustración se le responde con el Romanticismo, y así. El rock and roll de los inicios -Elvis Presley, Little Richard- reaccionaba contra cierto acartonamiento, cierta sobre-racionalización y pretenciosidad que lo precedía. Luego viene el período más rico en la historia del rock (1965-1973), al que le sigue una nueva reacción contra la “pretensiosidad” y la “sobre-elaboración” que da lugar al punk, y así siguiendo. A la vitalidad y ebullición de ciertos períodos fundacionales le sucede una fase de anquilosamiento. El mercado capitalista deglute la rebeldía crítica y la transforma en marketing. Está clarísimo que estoy simplificando en extremo para darme a entender.

Ahora bien, ¿queda alguna duda respecto a que el período más rico en la historia del rock se da entre 1965 y 1973? Un año más o menos, las fechas pueden llegar a ser arbitrarias, pero no demasiado. La lista de bandas y solistas que surgieron o maduraron artísticamente en ese período es apabullante: The Beatles, The Who, Pink Floyd con Barrett y sin él (incluyendo el álbum “Dark side of the moon”), Rolling Stones, Velvet Underground, Led Zeppelin, Frank Zappa, Bob Dylan, Cream y Eric Clapton, Jimi Hendrix, The Byrds, Leonard Cohen, Jeff Beck, Yarbirds, The Small Faces, Jefferson Airplane, The Doors, The Stooges, Black Sabbath, Deep Purple, Alice Cooper, David Bowie, Genesis, Yes, Focus, Emerson Lake and Palmer…

Y en nuestro país es la época de los Gatos, Spinetta (Pescado Rabioso, Almendra y los comienzos de Invisible), Charly García (Sui Generis), Manal, Pappo, Los Beatniks…

Vale decir: creo que los lectores del post de Oscar Cuervo deben tener en cuenta que el punk formó parte de una reacción a un período que, sin dudas, fue el más maravilloso de la historia del rock.

Sin embargo, quizá el segundo período más interesante de la música rock se da entre 1978 y 1984, en lo que podría denominarse globalmente como “post-punk”.

Frente a estos dos períodos, el punk ni califica, mal que le pese a los amantes de bandas como Ramones, The Clash y Sex Pistols. Y ojo, que a mí me gustan esas bandas.

POST PUNK

Afanándole descaradamente a Simon Reynolds, diré que hacia 1977, el punk se había convertido en una parodia de sí mismo. En ese momento comienza a fracturarse cierta unidad que el punk había logrado entre la clase obrera y la clase media.

El post-punk queda dividido en dos:

1) De un lado quedaron los punks “verdaderos”, populistas (que después habrían de evolucionar hacia los movimientos Oi! y hardcore). Estos tipos creían que la música debía mantenerse accesible y sin pretensiones, como vehiculización de la rabia en las calles;


2) Del otro lado estaba la vanguardia que había de conocerse como postpunk, que encontró la posibilidad de establecer una ruptura con la tradición.

Ese segundo movimiento, en mi opinión, es muy superior al punk “puro”: bandas como Talking Head, Joy Division, Throbbing Gristle, Contortions, Scritti Politti -que toma su nombre de los escritos de Gramsci- , etc.


Un alto porcentaje de músicos postpunk provenía de las escuelas de arte. La escena No Wave en Nueva York estaba formada por pintores, cineastas, poetas… bandas como Cabaret Voltaire, Gang of Four, The Raincoats, The Fall. Muchos estaban influenciados por la obra de tipos como el cinesta Godard, William Burroughs, J. G. Ballard, Philip Dick, el dadaísmo, la Bauhaus, Alfred Jarry.

Para mí no debería asemejarse el punk con el postpunk, que en mi opinión ha sido una corriente artística muy superior. Obviamente, es toda una cuestión de gustos. Por ejemplo, para mí, Spinetta (Invisible, Almendra y Pescado Rabioso) es mucho mejor que el "rock chabón". Mis músicos favoritos de la escena nacional son Charly García (y sus bandas), Spinetta (y sus bandas), el Indio Solari y los Redondos.

Y paro acá porque esto se está haciendo interminable. Otro día la sigo en un segundo y último post.

EL “ELITISMO”, EL GUSTO Y LA ENTROPÍA ESTÉTICA


En el próximo post que estoy escribiendo, quiero discutir acerca de la herencia de Spinetta, que a mi juicio es mucho más rica que la de cientos de temas del rock chabón, punk y rolinguero.


Mi intención es recrear una discusión muy interesante que leí hace poco en el siguiente link:

http://www.tallerlaotra.blogspot.com/2009/12/las-caras-que-asoman-la-ventana-quieren.html

Se dice que la lírica y la música del flaco es “elitista” y “pretenciosa”, y más aburrida que chupar un clavo. Por eso, antes de postear mi opinión sobre la discusión que provocó Oscar Cuervo, quiero aclarar algunos aspectos que me parecen pertinentes:

La democracia moderna, para Claude Lefort, es inseparable de la indeterminación de sus fundamentos, de la infigurabilidad del poder, de la ley y del saber. La democracia implica el desvanecimiento de los referentes últimos de la certeza. Esto no implica relativismo, pues la democracia es esa forma de sociedad que convierte la búsqueda sin garante, sin término, de identidad, en una forma de identidad. Todo esto se conecta con el proceso de desencantamiento del mundo, con el desarrollo del sujeto autónomo y la mar en coche que da como resultado la producción de artistas que deciden cagar, enlatar su propia mierda y exponerla en un museo como obra de arte. Otros hacen arte aplicándose cirugías estéticas sobre su propio cuerpo. En fin...

ELITISMO:


Según Terry Eagleton, “es un error confundir jerarquía con elitismo. El término “elite” es lo suficientemente nebuloso que a veces se lo confunde con “vanguardia” (se esté de acuerdo o no con las vanguardias), que es algo bastante diferente. El elitismo es una creencia en la autoridad de unos pocos selectos, lo que en términos culturales suele sugerir que los valores son o deben ser preservados por un grupo privilegiado, elegido por sí mismo o de otra manera, cuya autoridad deriva de cierto status además de su formación cultural (su origen social o religioso, por ejemplo) o sólo su barniz cultural”. (Las Ilusiones del posmodernismo, capítulo 5: "Falacias").


El término “jerarquía”, en sentido amplio, nos remite a cierto orden de prioridades, con lo cual si bien no todo el mundo es “elitista”, el mundo es necesariamente jerárquico. La democracia no implica la ausencia de ranking, sino privilegiar los intereses del pueblo como un todo por sobre los intereses de los grupos poderosos y antisociales.

Como es obvio, no se puede pensar sin discriminar: si Messi nos parece tan buen jugador como Cellay no somos democráticos, sino personas que miran el fútbol con dos fetas de salame en los ojos. O quizá lectores compulsivos de Olé, o televidentes convencidos de que el contenido de los programas de Fernando Niembro o Alejandro Fantino nos revelan la verdad de la milanga futbolera por medio del análisis de cuántos quilómetros recorrió Xavi o por qué tal o cual jugador no grita el himno con la mano en el pecho.

LA ENTROPÍA ESTÉTICA

Hoy en día, la cultura estética es más rica y compleja que cualquiera que la humanidad haya vivido en el pasado: nuestro mundo está cada vez más constituido estéticamente, y somos atravesados por el discurso y las imágenes de infinidad de medios de comunicación, información e intercambio. A nadie se le escapa que estamos inundados por redes de información que crecen en progresión geométrica, y nos abruman con una inmensa cantidad de datos que afectan e incluso anestesian nuestros sentidos.

La enorme dificultad e incapacidad del juicio estético para argumentar con fundamentos teórico-conceptuales en relación con el arte contemporáneo, no se debe tanto a estolidez o endeblez mental, sino a un cierto estado de entropía estética, motivada en parte por el agotamiento de las diversas neovanguardias. Y ni hablemos del rock, donde ya todo nos suena a “pastiche” de música que ya se ha hecho (lo cual no quiere decir que uno no la pueda llegar a disfrutar mucho). ¡Hemos visto, escuchado y leído demasiado acerca del rock (y acerca de casi todo)!

Como bien nota el filósofo catalán Gerard Vilar, hubo un tiempo en que cualquiera sabía qué era el arte, cuál era su lugar y para qué servía. Incluso en plena Edad Media, el campesino más analfabeto de un valle perdido en los Pirineos podía reconocer un Pantocrátor, un San Pedro o al Tentador e interpretar los acontecimientos de la historia sagrada o los símbolos a los que aludían los frescos, los retablos o los altorrelieves de la pequeña iglesia local. El arte narraba una historia sagrada cuya referencia era clara. “Como el arte era algo tan obvio, pocos o ninguno se preguntaban por su existencia, su naturaleza y su razón de ser” (G. Vilar)

Para un campesino de la Edad Media, el siguiente fragmento acerca de la utilidad de la literatura escrito por Georges Bataille sería ininteligible:

“Lo que a menudo distorsiona el asunto es la preocupación por ser útil que tiene un escritor débil.

Cada hombre debe ser útil a sus semejantes, pero se vuelve su enemigo si no hay nada en él más allá de la utilidad.

La caída en la utilidad por vergüenza de uno mismo, cuando la divina libertad, lo inútil, acarrea la mala conciencia, es el comienzo de una deserción. Se les deja el campo libre a los arlequines de la propaganda.

(…) No puede ser útil porque es la expresión del hombre-de la parte esencial del hombre- y lo esencial en el hombre no es reductible a la utilidad. A veces un escritor se rebaja, harto de soledad, dejando que su voz se mezcle con la multitud. Que grite con los suyos si quiere –mientras pueda-, si lo hace por cansancio, por asco de sí mismo, sólo hay veneno en él, pero les comunica ese veneno a los demás: ¡miedo a la libertad, necesidad de servidumbre! Su verdadera tarea es la opuesta: cuando revela a la soledad de todos una parte intangible que nadie someterá nunca. A su esencia le corresponde un solo fin político: el escritor no puede sino comprometerse en la lucha por la libertad anunciando esa parte libre de nosotros mismos que no pueden definir fórmulas, sino solamente la emoción y la poesía de obras desgarradoras”.

Hay muchas formas de definir al hombre (o al “ser humano”, para decirlo de un modo más contemporáneo): el animal que ríe, el animal que sabe su muerte, el animal racional...

Según Vilar: “hay otras especies que juegan, que tienen lenguajes, que en algún sentido trabajan, que hacen herramientas, que son altruistas, etc., pero ninguna crea nada ni remotamente parecido a las obras de arte. Es algo único de la especie humana que nos diferencia auténticamente del resto de la naturaleza, acaso lo único que nos separa realmente de las demás especies”.