domingo, 16 de octubre de 2011

ENTREVISTA DE JORGE LANATA A RAFAEL CORREA


Para decirlo de modo contundente: cierta "subjetividad colonizada" que tenemos muchos argentinos hace que entre nosotros exista una tendencia a la completa ignorancia y al desinterés acerca de la realidad política de América latina.

Sencillo: ¿cuánto cine yanqui han visto a lo largo de su vida y cuántas películas/libros relacionados con Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia conocen? Ok, si eso no es "subjetividad colonizada" entonces traten de pilotear su respuesta. ¡Ojo! Podrán notar si leen el blog que yo consumo muchísima cultura, arte y pensamiento de Europa y Estados Unidos. Sigo:

Personalmente me joden quienes comparan -implícita o explícitamente- nuestros gobiernos con una idea platónico-celestial-escandinava de democracia, para terminar concluyendo que todos los neo-populismos (por llamarlos de algún modo) son cuasi fascistas, autoritarios, perseguidores paranoicos de la “prensa libre”, etc. También me indigna la falta de información y la tergiversación de las medidas políticas de los presidentes vecinos por parte de la mayoría de los medios privados.

Aquí les dejo la entrevista de Jorge Lanata al presidente de Ecuador, Rafael Correa (Guayaquil, 1963), y luego la voy a contextualizar. Advertirán que muchos de los prejuicios de Lanata hacia cierta idea de “ataque a la libertad de prensa de presidentes populistas autoritarios” pueden extrapolarse, con muchos matices, a nuestro país.

Parte 1:


Parte 2:


Parte 3:


HAGAMOS MEMORIA:

Para que no parezca que Correa cayó del cielo, voy a contextualizar un poco su aparición refritando párrafos del muy buen libro de José Natanson: La nueva izquierda. Triunfos y derrotas de los gobiernos de Argentina, Brasil, Bolivia, Venezuela, Chile, Uruguay y Ecuador:

Desde 1997, Ecuador inició un ciclo de fuerte inestabilidad política, que lo llevó a batir el récord regional de gobiernos cortos, con ocho jefes de Estado en menos de diez años.

En agosto de 1996, el impresentable Abdalá Bucaram –hijo de una influyente familia de la costa, ex atleta olímpico- ganó las elecciones con un discurso mesiánico y antipolítico que conquistó el apoyo de los ciudadanos, decepcionados por la crisis económica y la incompetencia de los viejos partidos. Sus primeras medidas como presidente fueron: el anuncio de que grabaría un disco con el grupo Los Iracundos, la decisión de no mudarse al palacio presidencial con el argumento de que carecía de una cancha de fútbol, el intento de contratar a Diego Maradona por un millón de dólares y la invitación a Carlos Menem para que cantaran tangos a dúo en la VI Cumbre Iberoamericana en Santiago de Chile. Además, claro, de un paquete de medidas económicas que incluyó un severo ajuste fiscal y un incremento de tarifas y que, junto a una corrupción desaforada, fue generando una creciente indignación en las clases medias y en el poderoso movimiento indígena.

Apenas seis meses después de su asunción, el Congreso apeló a una curiosa figura –“incapacidad mental”- y separó a Bucaram del cargo.

Resumo: acordaron reformar la Constitución, le dieron más poder al Ejecutivo y así le quitaron poder al Legislativo. En julio de 1998 asume Jamil Mahuad. Cae el precio del petróleo, lo cual en parte pone en jaque las cuentas públicas. El presidente intenta frenar la corrida contra el sucre y, tras declarar un largo feriado bancario, anunció la incautación de los depósitos. En enero de 2000, anuncia la dolarización de la economía.
Lo más notable de la dolarización no fue la decisión en sí, sino la manera inconsulta. Una medida de semejante peso, la más importante de la historia económica reciente de Ecuador, se adoptó de un día para el otro, sin hacer ningún estudio de impacto ni un análisis de las posibles consecuencias. Corolario: todavía están pagando las consecuencias. Lo digo sobre todo para los “honestistas” que creen que la política se reduce a quién roba y quién no roba. Les recuerdo también la debacle que propició el gobierno de De la Rúa al no devaluar a tiempo.

Ultrasintetizo: grupo de indígenas marcha por las calles en protesta por la dolarización de la economía y la crisis social, son apoyados por un grupo de militares, asume Lucio Gutiérrez (de 2003 a 2005). El tipo asumió el poder con un discurso levemente izquierdoso pero al toque se dio cuenta de que la cosa era difícil y no pudo cumplir una parte de sus promesas de campaña. La economía no lograba recuperarse y el clima político seguía crispado.

Gutiérrez ensayó un cambio de rumbo mediante la firma de un acuerdo con el FMI y un acercamiento a Estados Unidos y Colombia. Como era de esperar, el movimiento indígena le retiró su respaldo, y Gutiérrez no tuvo mejor idea que buscar una alianza con Bucaram, que aún controlaba un importante bloque parlamentario y con quien negoció un definitivo golpe de timón: en diciembre de 2004 ordenó la salida de todos los integrantes de la Corte Suprema y designó jueces amigos cuyo primer fallo consistió en anular las denuncias de corrupción contra Bucaram.

Corolario: líos, manifestaciones, Gutiérrez acusa de “forajidos” a los manifestantes, que le responden “que se vayan todos” (¿LES SUENA ESA FRASE?), etc.

El tipo ordenó la represión, las fuerzas policiales se negaron, pierde autoridad, etc.

Sigo la ultrasíntesis: emerge la importancia del movimiento indígena, de modo más o menos similar a lo ocurrido en Bolivia con Evo Moralez, aunque los ecuatorianos no tienen un líder claro. El vice Alfredo Palacio reemplazó a Gutiérrez. Temeroso de la ira social, Palacio designa una serie de técnicos y académicos apartidarios, entre los que sobresalía su joven ministro de Economía y Finanzas: Rafael Correa.

Correa nació en el barrio humilde de Pedro Carbo, en Guayaquil, en el seno de una familia de clase media baja de origen ultracatólico. Al terminar sus estudios secundarios viajó con un grupo de curas lasallistas a Zumbahua, un pequeño poblado indígena de Cotopaxi, para enseñar matemáticas en la precaria escuela local. Ahí aprendió nociones de quechua, lo que luego le fue útil en su posterior campaña política.

En fin, miren la entrevista y en un próximo post pongo más acerca de quién fue y es Correa. Para que no nos quedemos con la "mirada TN/La Nación" acerca de los presidentes de América latina.

Antes que me olvide: fíjense la queja de este amable defensor de la república y lector de La Nación respecto a las escandalosas (?) entrevistas de Filmus a presidentes de América latina.

6 comentarios:

  1. Ese tipo es un groso! Buen post

    ResponderEliminar
  2. Hola, te acerco un pdf, no se si lo leiste pero me parecio bastante interesante por los cruces que podrian hacerse con nuestra actualidad, saludo http://www.4shared.com/file/y11VD4k_/Rozitchner_Leon_-_Moral_burgue.html

    ResponderEliminar
  3. Gracias David! Quiero leer más textos de León Rozitchner. Voy a ver si me compro "La cosa y la cruz".
    Saludos!

    ResponderEliminar
  4. Voy a volver a ver la entrevista. La vi hace un tiempo y el recuerdo que tengo es el de Correa explicándole a Lanata sobre el agua caliente (para citar un maradonismo).

    Este eurocentrismo, que persiste todavía en aquellos que orgullosamente comparan a la Ciudad de Buenos Aires con París, nos alejó de la posibilidad de entender las distintas realidades latinoamericanas. Para colmo hay mucho hippie chic que piensa que Bolivia es el Titicaca y Perú Macchu Picchu, por poner dos ejemplos.

    Abrazo.

    PD: gracias por tu comentario en AP.

    ResponderEliminar
  5. Ricardinho, ustéc sabe que lo banco a full! Soy su fan.

    Abrazo

    ResponderEliminar
  6. Hola,preciosas letras van desnudando la integral belleza y pureza de este blog, si te va la palabra elegida, la poesía,te invito al mio,será un placer,es,
    http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
    gracias, buen día, besos entrometidos...

    ResponderEliminar