A la noche, bajo las luces de la gran ciudad, es cuando suele dejarse ver la basura del mundo. La oscuridad es el territorio de la incertidumbre, donde todo puede suceder y no hay modo de saber qué pasará a continuación. La incertidumbre es amiga de la impotencia y del miedo. Bertold Brecht decía que no hay peor fascista que un burgués asustado. Las urbes capitalistas modernas y desiguales fomentan el ver al prójimo como amenaza más que como promesa. La miseria y la crueldad no mejoran a quienes la padecen de cerca, y es utópico pedirles que encima se hagan querer.
“Por la noche salen todos los animales: putas, pordioseros, sodomitas, travestidos, maricones, drogadictos, toxicómanos. Todo es asqueroso y venal. Algún día, una lluvia de verdad se llevará toda esta basura de las calles”.
El fragmento anterior podría ser la reflexión de un taxista que labura en el conurbano bonaerense, pero se trata de lo que siente y observa Travis Bickle (Robert De Niro), un ex combatiente de Viet Nam que decide hacerse “taxi driver” nocturno para aprovechar su insomnio y ganar unos mangos, desafiando los peligros que acechan en barrios neoyorkinos como The Bronx o Harlem.
Travis “quería encontrarle sentido a la vida”, ser útil a la sociedad, pero no era ningún freudiano: le parecía obsceno dedicarse al análisis morboso de uno mismo. Insomnio+miseria+explotación+incomprensión+soledad+prostitución infantil+noche+Nueva York+Viet Nam = bomba de tiempo.
Recorriendo las calles se enamora de Betsy (Cybill Shepherd), una rubia muy linda que milita para Palantine, candidato a alcalde de la ciudad, cuyo eslogan es “We are the people”.
Travis logra seducirla, y la invita al cine a ver una película sueca que resulta ser una condicionada. Como era de esperar en una rubia medio concheta, que se ve a sí misma sentada y rodeada de negros proletarios que miran escenas de sexo explícito en la pantalla, reacciona mal: "¿por quién me tomaste?", etc. Corolario: se evapora la chance de sostenerse en un anclaje, en una isla que lo redima de la violencia, la miseria, el egoísmo y el sinsentido.
Durante uno de sus viajes pasa por una calle donde chicos de color -de color marrón- le tiran piedrazos al auto. En la parada varios taxistas cuentan anécdotas relacionadas con el sexo y la muerte.
En su trabajo de taxista se topa varias veces con una nena de doce años y medio llamada Iris Steensma (Jodie Foster), que resulta ser una prostituta que mantiene con su cafishio una relación de amor/dependencia.
Mientras acumula odio y asco, y sintiéndose cada vez más solo e impotente, decide comprarle armas a un traficante de mercancías robadas, quien además de revólveres le ofrece marihuana, hachís, cocaína, mescalina, depresivos, anfetaminas, barbitúricos, hidrato de cloral, anfetamina en polvo, óxido nitroso y hasta un Cadillac. Travis sólo quiere las armas para limpiar la ciudad, no ensuciar su cuerpo con sustancias tóxicas.
El tipo no logra establecer una comunicación auténtica con nadie, ni siquiera Iris lo entiende: en una parte se hace pasar por un cliente y sube al departamento con la nena, quien al principio no acepta que él quiera sacarla del mundo de la prostitución, porque piensa que sus verdaderas intenciones pasan por irse a vivir con ella. Quedan en verse al día siguiente.
Se encuentran y Travis la invita a desayunar. La nena está absolutamente acostumbrada a lidiar con personas que sólo la perciben como un objeto sexual. En el transcurso de la charla, le reprocha que no sepa nada sobre la "líbido femenina". Un intercambio dialéctico entre un adulto idealista que da consejos sobre moral a una niña hipersexualizada, desencantada y cínica.
Se encuentran y Travis la invita a desayunar. La nena está absolutamente acostumbrada a lidiar con personas que sólo la perciben como un objeto sexual. En el transcurso de la charla, le reprocha que no sepa nada sobre la "líbido femenina". Un intercambio dialéctico entre un adulto idealista que da consejos sobre moral a una niña hipersexualizada, desencantada y cínica.
Una película excelente y terrible, que muestra las consecuencias psicológicas posibles que implica vivir en el infierno imperfecto de las modernas urbes capitalistas.
Es una de mis películas preferidas.
ResponderEliminarBeso!
Flor
Es una película excelente. A mí me encantó, es la segunda vez que la veo.
ResponderEliminarEs un clásico de clásicos, y esta buena tu sintesis, asi como varios post que estuve viendo (excepto los de futbol que no me interesan). Te voy a empezar a leer.
ResponderEliminarMuchas gracias Mariana. En fin... en el blog hay de todo, es desparejo y ecléctico. Obviamente pongo varias pavadas y cosas que me gustan a mí y no tienen porqué gustar a otras personas.
ResponderEliminarSaludos