miércoles, 15 de junio de 2011

SOBRE EL "HONESTISMO"

Tenía ganas de discutir en profundidad el tema del "honestismo".  Lo haré a partir de éste post aparecido en el blog Mundo Perverso. El tema cobra relevancia porque este gobierno no se caracteriza, precisamente, por estar libre de pecado (los manejos de De Vido, el escándalo Schoklender, la mafia de los medicamentos, etc).

Para ampliar el debate, remito a éste post sobre el "canalla legalista".

Al decir de Caparrós: "cuando periodistas muy bien intencionados iluminaban la corrupción menemista, Menem estaba cambiando la estructura socioeconómica de la Argentina como nadie lo había hecho. Mientras se consolidaba un modelo de exclusión que todavía estamos sufriendo, el periodismo estaba atento a la leche adulterada o al frigorífico. Ahora pasa lo mismo. Volvemos a la facilidad: "¡Ah, son corruptos, roban!". Yo le llamo a eso 'honestismo'".

Aquí puede verse una anécdota contada por el mismo Perón con el ofrecimiento de coima entre un inglés y el negociador argentino (Miranda) respecto de los ferrocarriles.

El "honestismo" es pariente del "intencionalismo". En éste post se trata muy bien el concepto de "intencionalismo".  Ricardo agrega la idea de "momentismo": está bien determinada medida pero "no era el momento adecuado" para llevarla a cabo. La otra noción poco feliz radica en analizar la coyuntura política reduciéndola a una anécdota personal: "tengo un amigo que trabaja en el Congreso y me dijo que X roba que da calambre". La anécdota va bien, sirve, pero es como la metáfora: se debe aplicar para ilustrar un argumento, como condimento y no como plato principal.

Para incorporar alguien que piensa distinto, cito a una persona que me responde a mí un comentario sobre el tema "corrupción y kirchnerismo/pejotismo", por ponerle una etiqueta. Quien responde está, comprensiblemente, podrido de la "corrupción estructural del PJ". Aclaración: pido respeto tanto para mí como para la persona a quien le "corto y pego" el comentario. ¡Por favor!

El comentario dice lo siguiente:


"Bien, la cosa es esta: en cualquier gobierno, hasta en el de Illia, podrás encontrar que alguien (no él) se afanó algo. Eso es malo e inevitable, aunque hay maneras distintas de reaccionar: ocultando la corrupción o denunciándola y mandando al frente a los que se sospecha culpables. Si el Dr. X es un gobernante decente y un colaborador suyo comete un ilícito, esto no debería ensuciar la imagen del Dr. X, en la medida de que éste aparte al sospechoso y lo entregue a la justicia.

La diferencia entre “actos de corrupción en el gobierno X” y el sistema “pejotista” es muy grande. Mientras en un caso no deja de ser una anomalía, independientemente de que esté más o menos extendida, en el caso del menemismo se transformó en una política de estado impulsada desde arriba, con una concepción del estado como un ámbito desde el cual hacer negocios privados. Ellos tuvieron principalmente el tema de las privatizaciones. El kirchnerismo, si se quiere, combina ambos estilos. Del sistema menemista hereda el concepto de estado como ámbito para hacer negocios, y como ya no hay privatizaciones, habrá que hacerlas de otro modo ¿cómo? según el criterio tradicional, de cobrar cometas o peajes. Caso típico, la “embajada paralela” en Venezuela o más o menos cualquier cosa que haga De Vido. A esto sumale algo intrínseco al peronismo, que es la falta de distinción entre estado y partido: el kirchnerismo se nutre de dineros públicos ya sea para financiar propaganda oficialista como para rentar militantes como para comprarse aviones u hoteles privados, da lo mismo.

Y a esto sumale el componente extorsivo que vos mismo reconocés cuando decís “sin el apoyo de Moyano se sabe que Cristina no podría gobernar” . Si eso es cierto, es terrible, ya te digo, y requiere a Moyano preso. (Es retórico esto último, la CGT es básicamente una organización dedicada al apriete).

Por eso te digo que el PJ en cualquiera de sus variantes es la garantía de que el país sea cada vez más berreta. Me atrevería a decir que en cierta medida el kirchnerismo es peor, ya que con tres o cuatro medidas para la gilada (dicho en el sentido de que, por más que me gusten, no cambian las estructuras en base a las cuales se asientan los peores problemas del país) pasan por ser “de izquierda” y tapan las políticas de fondo, que son terriblemente corruptas, conservadoras e injustas.

El PJ nunca atacará la corrupción porque se estaría atacando a sí mismo. Nunca democratizará la salud pública porque le estará quitando un negocio multimillonario a los burócratas sindicales. Nunca atacará al narcotráfico y a otras ramas del crimen organizado porque en ellas tiene un buen sistema de control social. Nunca promoverá la educación para todos porque estaría socavando la base sobre la que se asienta el clientelismo.

En fin, una pena no ser un reaccionario porque de serlo estaría entusiasmadísimo con este gobierno".

9 comentarios:

  1. Gracias Rodrigo por subir este post y también por remitir al de Mundo Perverso, que me pareció muy bueno. En cuanto al comentario que cortás y pegás, me parece un compilación de lugares comunes "honestistas" (justamente) y goriloides, bastante típicos en quienes se niegan a pensar un poco más profundamente en la complejidad de lo político.
    Pero pasando específicamente al tema de la honestidad / corrupción, yo creo que el problema de Argentina no es la corrupción. Aclaro: la corrupción es un tema gravísimo, que no debe ser tolerado, que debe combatirse y en el cual, lamentablemente, el kirchnerismo no muestra la mejor foja de antecedentes. Ahora bien, pongamos un ejemplo: supongamos que el gobierno de la Alianza no fue tan corrupto como el menemismo ni el kirchnerismo; supongamos incluso que no haya sido corrupto en absoluto. Está bien, pero ¿qué ganamos con eso? ¿De qué sirve un gobierno no corrupto si por cobardía y servilismo termina llevando al país a una de las mayores debacles de su historia? En 1999, cuando asume la Alianza, ¿lo que se necesitaba era un "menemismo de manos limpias" o, en cambio, un nuevo modelo de país, más inclusivo y menos desigual? Por lo tanto, para mí queda claro que no se trata tanto de tener las "manos limpias" (que ojo, son deseables, claro), sino ante todo de llevar adelante políticas decididas para ampliar derechos y para generar más igualdad y mejores oportunidades para todos. No quiero un gobierno que funcione "pulcramente" y tenga una forma de hacer política (o incluso una renuncia a la política) que deje todo en manos de los que siempre han mandado. En fin, la honestidad es deseable y a ella debemos aspirar, pero no puede ser la bandera principal de ninguna fuerza que quiera conducir un país: antes está la política.

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  2. Claudio,
    El que puso ese comentario fui yo, y de honestista ni goriloide no tengo nada, así que empecemos por ahí.
    El ejemplo de la Alianza es contradictorio. Por un lado es claro que fue un error político serio, porque había ideas bastante disímiles de lo que "debía ser", y precisamente la idea aglutinante, que era la denuncia de la corrupción del sistema menemista, explotó en mil pedazos al conocerse el caso de las coimas en el senado, así que también incurrió en una gran falla ética.
    Corrupción es robarle a los pobres ¿está claro? o para ser más preciso, un poderoso robándole a uno más débil. "Débil" es un concepto relativo. Puede ser un obrero, un profesional o un empresario, y "Poderoso", también. Y lamentablemente, debo decir, este poder suele ser el poder del estado ¿cómo? el policía o el inspector de hacienda que, amparado en el poder del estado te ofrece arreglar a cambio de ponerte o no una multa (y si no, te hacen la vida imposible, seas o no culpable).
    Eso, llevado a las altas esferas, termina en lo que termina. Ya que hablás de "honestismo" (falseando el concepto de Caparrós) explicame como se hace "un país más inclusivo" cuando los que detentan el poder del estado lo hacen en provecho propio o de sus amigos y en detrimento de las necesidades del pueblo. Porque en definitivamente de eso se trata la corrupción.

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  3. Hola Cholo,
    La Alianza sí me parece un buen ejemplo. La Alianza colapsó internamente por el caso de las coimas en el Senado. Pero hizo explotar al país (y ella misma "explotó en mil pedazos", para usar tus palabras) por renunciar a conducir políticamente al país por un camino distinto del que venía transitando en la década que la antecedió.
    Por otro lado, yo no creo que "débil" sea un "concepto relativo", más allá de la perogrullada de que en todo sistema las posiciones son relativas respecto de las posiciones de los demás componentes en el sistema. Pero acá estamos hablando de política en Argentina, y los débiles son unos mientras que los poderosos han sido tradicionalmente otros. Vos ves sobre todo el poder del lado del Estado (y encima lo demonizás), yo no: en la sociedad hay otros poderes al lado del estatal. Cuando en Argentina decimos "poderosos" no estamos hablando solamente del Estado (excepto que elijamos jugar a la ingenuidad republicana), sino también de empresas, medios, etc., o sea, de ese poder que no se nombra a sí mismo como poder pero que sin dudas lo es. La cosa se enturbia todavía más cuando como ejemplos del poder estatal mencionás a policías o inspectores de hacienda. Pero claro que esos tipos suelen protagonizar actos de corrupción, pero no podés hacer la traspolación de que el poder estatal es corrupto a partir de esos casos particulares, ni mucho menos intentar traducir eso automáticamente a las "altas esferas", porque lo que funciona en un caso y en otro son cosas muy distintas (salvo que caigas en la posición facilonga de que "los argentinos tenemos enquistado en el alma el mal de la corrupción" y que éste se manifiesta allí donde estemos y en la posición que desempeñemos).
    Por último, creo que sí se está construyendo un país más inclusivo. Porque aunque haya algunos amigos del poder y algunos miembros del aparato del Estado que probablemente se estén beneficiando de sus posiciones, este mismo Estado es el que está haciendo que mejoren los índices de inclusión, que bajen los coeficientes de desigualdad, que más gente acceda a más derechos, que la ciencia y la tecnología florezcan como hacía años que no lo hacían, que el sistema de medios pueda ser más plural, etc. El poder del Estado no será tan malo como decís, si (pese a la corrupción, a la cual, insisto, hay que combatir) se están logrando esas cosas y se está actuando para buscar recortar el poder de quienes siempre lo consideraron propio para darle algo más de poder justamente a quienes siempre se les retaceó.
    Saludos,
    Claudio

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  4. Te contesto rapidito, después la sigo.
    Yo no demonizo el poder estatal. Creo que solo el estado (y esperaría que así fuera) es capaz de garantizar de manera equitativa la provisión de los derechos fundamentales: vivienda, salud, educación, alimentación, libertad de expresión, etc.
    Si el estado se desentiende de esas cuestiones (caso menemismo) o es usado en beneficio de los amigos (kirchnerismo), es síntoma de que algo anda mal.
    La otra cosa es que, si bien no lo demonizo, no puedo caer tampoco en la ingenuidad de que controlar el estado es igual a cero en términos de poder.
    El verdadero cambio empezaría a partir de la construcción de un estado más transparente y dedicado a dar cobertura a esas necesidades fundamentales de las que hablaba antes, y dudo que el PJ haga algo de eso.
    Y no son prejuicios, sino la conclusión después de observar el accionar de un partido que gobernó 20 de los últimos 22 años ¿no les alcanzó el tiempo?

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  5. Muchísimas gracias por comentar Cholo y Claudinho. En otro momento haré algún aporte.
    Ahí incorporé las nociones de "intencionalismo" de otro blog.

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  6. Cholo: me dijo una amiga de la cuñada de una prima de un vecino que De Vido hace negociados. Me podés decir cuáles son los negociados de De Vido? Hay denuncias concretas? En la justicia, no en la TV, digo. Porque si no, creamos la muletilla "este roba" sin pruebas y entonces todo gobierno resulta corrupto.

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  7. Cholo: no sé a qué te referís con lo de "verdadero cambio", o, mejor dicho, no entiendo el uso de la palabra "verdadero". (De paso, tampoco sé qué contenido estás imaginando cuando decís "un estado más transparente").
    Creo que en la actualidad hay un proceso de cambios que se verifican en la realidad y que, por lo tanto, son verdaderos. Quizá no sean los que a vos te gustan, quizá sientas que no son suficientes, pero los cambios son reales y varios indicadores y hechos lo muestran. Y esos cambios se dan precisamente porque el Estado está dando cobertura a las necesidades que vos enumerás, y también a otras.
    Por otro lado, si vos dudás del PJ, yo dudo de que tu invocación al PJ sea pertinente en este contexto. En primer lugar por la dificultad enorme que implica definir qué es el peronismo y qué ha sido el PJ a lo largo de su historia sinuosa. En segundo lugar, porque no se puede identificar totalmente al kirchnerismo con el PJ. Yo creo que el kirchnerismo es una variante del peronismo, pero a la vez es más, y también es menos. Es más, y de ahí que pueda sumar apoyos de gente y de grupos que nunca fueron peronistas; es menos, y también de ahí que cada tanto surjan ruidos dentro del espacio tradicionalmente pejotista acerca de algunas decisiones (por ejemplo, el manejo de la relación con los sindicatos) y del lugar que se da a los no PJ dentro del proyecto kirchnerista. Por eso, decir que estamos ante "un partido que gobernó 20 de los últimos 22 años" me parece que no responde a las características del momento actual. El PJ es tan diverso, complejo, sinuoso, que bajo su paraguas fue posible un modelo como el de Menem y uno como el kirchnerista. Alguien puede etiquetar para después condenar por una supuesta mancha de origen, pero creo que mejor es valorar un proceso real: en los últimos años se vienen produciendo cambios positivos para el país.
    Saludos

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  8. Buenas,

    A mí me parece que basarse en el honestismo -como si fuera un sistema de pensamiento-, para entender la política o realizar elecciones política, es bastante pobre.
    El honestismo no es una categoría que permita tomar una posición. Si decimos derecha, izquierda, conservadurismo, liberalismo (hasta progresismo, mire lo que le digo), podemos hablar de categorías que nos permiten sustentar una posición. El honestismo, en cambio, no.

    Además, fue ampliamente utilizado durante el menemismo para censurar la corrupción. Pero esa visión es tan sesgada (y tan funcional al liberalismo al ultranza, tan posmoderna también) que se quedó en la corrupción y no fue capaz de denunciar (¿o siquiera comprender? ¿O sí las comprendían, callaban y, para desviar la atención, usaban a la corrupción?) los mecanismos de vaciamiento, la insustentabilidad del modelo de Convertibilidad, las flexibilizaciones y la apertura económica indiscriminada propiciadas por el Consenso de Washington.

    Aparte de colaborar en lo de la MAK, también escribí esto en mi blog:

    http://loshuevosylasideas.blogspot.com/2011/05/caparros-y-el-clientelismo.html

    http://loshuevosylasideas.blogspot.com/2010/04/corrupcion-el-nuevo-pecado-capital.html

    Saludos y perdón por los links, pero ahí desarrollé un poquito más la idea.

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  9. Anónimo, la verdad que a mí De Vido no me gusta para nada... y la misma Cristina no lo quiere.
    Mande link Ricardo, para eso están los comentarios!!
    Otro día amplío (hasta ahora ni aporté jaja).

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