domingo, 19 de junio de 2011

LA FACILIDAD DE ESCUPIR A SCHOKLENDER

Este post es confuso, contradictorio, porque el "escándalo Schoklender" me pegó mal, lo debo admitir. Tomás Abraham escribe hoy en Perfil una columna que tenía ganas de debatir. Ya hemos hablado, como tantos otros antes, del honestismo. Y sin embargo...

Lo digo de una vez: tenía ganas de ser mucho más lapidario con el artículo de Abraham (me parece una pavada cuando tira frases tremebundas del tipo "nuestra sociedad está enferma", y estoy en desacuerdo con mucho de lo que sugiere en tono de Doña Rosa escandalizada con algunas lecturas filosóficas de más). Sin embargo me rectifico: las estructuras corruptas y la malversación de fondos con dinero público, la falta de control, no pueden dar lugar a nada bueno. Lo que pasó con Schoklender, más allá de la pelea con los medios y demás yerbas, ha sido muy doloroso. No podemos echarle la culpa de todo a Schoklender para que haga las veces de chivo expiatorio. En nuestro país, muy pocas veces los responsables se hacen cargo de sus errores. El nepotismo, la rosca interminable, no pueden reemplazar tan seguido al laburo serio y honesto de personas idóneas para un cargo. Ejemplo lateral: prefiero mil veces a Pekerman antes que al Diegote como DT de la Argentina. Me rompe las pelotas que hayan tirado a la mierda el laburo que se hizo en juveniles con el verso de la "mística del 86", Bilardo, Humbertito Grondona y toda esa lacra. En fin, me fui al joraca, prosigo:

Pienso votar a Cristina, aunque tengo millones de contradicciones (las mismas que me plantea siempre el peronismo). Sin embargo, uno no puede hacerse el pelotudo con aquello que no le gusta simplemente porque crea que la oposición es peor o "le hace el juego a la derecha".

El artículo de Tomás -con quien estoy muy en desacuerdo casi siempre- está en lo cierto en algunas de las cosas que sugiere. No tengo ganas de analizar el contenido con el cual discrepo, simplemente porque sería  una suerte de "diálogo de sordos tácito" con el texto. Vale decir: hay aspectos del artículo que me parecen muy pobres; sin embargo, hoy tengo ganas de hacer catarsis con aquello en lo que sí tiene razón y que más me duele.

Uno podría decir que se trata de un ejemplo más de artículo-sinécdoque -toma la parte por el todo- ; una suerte de paradigma de cierto inductivismo ingenuo: tal funcionario K es corrupto, ergo los K son corruptos, ergo lo más importante es derrotarlos en las elecciones como sea. Qué se yo, no tengo ganas de hacerme el logi y mirar para el costado. ¡¡Asumamos las miserias y no defendamos lo indefendible!!

Tal vez muchos coincidan en que Abraham suele ser un representante de lo que Bourdieu llamaba "fast thinkers", tema sobre el cual escribí en éste post. Quiero decir: es un personaje que siempre se muestra dispuesto a responder sobre casi cualquier requisitoria por parte de algún medio, con lo cual es muy jodido escucharlo decir "no sé" o "no tengo opinión sobre el particular".

Pero... dejemos la polarización y el fanatismo de lado: no se deben malversar fondos públicos poniendo a cargo a un tipo con los antecedentes de Schoklender porque la querida Hebe le tiene afecto. ¡No jodamos! Y ya está, no digo más nada sobre el particular porque tengo bronca y tristeza. Iba a escribir un post largo pero estoy sin ánimos de seguir.

Post scriptum: En enero de 2002, Abraham escribió un artículo titulado "Yo me acuso", donde con cierto estilo jocoso se autoflagelaba por haber apoyado el desastre que llevó a lo que todos sabemos: "Pensar que en el '99 yo quería que ganara la  Alianza y me pareció que el primer gabinete era un seleccionado poderoso. Una defensa de economistas pesados que no permitirían que los adversarios la metieran, y una avanzada de gente habilidosa, liviana, alegre. Economía de centroderecha, política de centroizquierda, y cultura de izquierda, el equilibrio clásico de una República capitalista moderna". (Abraham, "El presente absoluto: Periodismo, política y....", Sudamericana, página 70)

Como bien dijo Horacio González, el estilo de Abraham suele cultivar "brillos sentenciosos" y "tajantes giros despectivos". A mí me parece un tipo inteligente, más allá de que a veces sus textos adquieran el tono de "señora gorda en la cola del supermercado". Sin embargo, su aporte al análisis político creo que es bastante pobre en comparación con el de otra gente.

Aquí hay un comentario de Abraham sobre el tema "la ley de medios", en un tono exaltado, donde el tipo exhibe un muestrario variopinto de peticiones de principio, argumentos ad hominem, prejuicios de republicano escandalizado y una mezcla de verdades obvias con otras semi-paranoicas. Me resulta más interesante el periodista y analista político que investiga o sigue la secuencia de los hechos y los compara con un contexto más amplio en lugar del opinólogo que disfraza su sentimiento "sunescán dalunabúso" con frases tajantes y floripondios literarios. En ningún momento Abraham cita partes de la ley o algún estudio o declaración que avale sus afirmaciones. De la nada sale con que los lectores de Clarín leen el diario "por los chistes y por el fútbol" y son apolíticos. Por un lado se queja de los intelectuales o pseudointelectuales que se suben a un pedestal y por otro lado cree que los votantes e intelectuales que apoyan al oficialismo son semi pelotudos o idiotas que se tragan "espejitos de colores". En fin, no da para mucho más, otro día la seguimos. Me voy a escuchar "la marcha de la bronca" de Pedro y Pablo.

12 comentarios:

  1. Rodrigo:
    Te hago una pregunta.
    De donde sacaste que dice esas cosas Horacio Gonzalez?
    Ese señor es el único que me cae bien de todos los intelectuales kirchneristas, es respetuoso y respetable, siempre habla desde la sensatez y la humildad, nunca mezcla, no intenta jamás ningún tipo de coerción intelectual a través del poder que tiene al ser oficialista. Un hombre hecho y derecho. A el deberían escuchar mas los kirchneristas.

    a mi la nota me gusto. pasa que es destructiva por donde la mires, pero vamos a decir que si la intencion era destruir con la palabra, eso esta genialemente logrado.

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  2. Libro: "Kirchnerismo: una controversia cultural". Autor: Horacio González. Editorial: Colihue. Capítulo 2: "La recepción cultural del kirchnerismo": páginas 117 a 121 dedicadas a Tomás Abraham.
    Cito: "Pensar la política a martillazos parece ser el motto de Tomás Abraham, que posee una formación filosófica nietzscheana-foucaultiana y una escritura que cultiva brillos sentenciosos, y también tajantes giros despectivos" (pág. 117). Luego si quieres pongo algo más.
    Esto decía Abraham hace tiempo:
    http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-37023-2004-06-21.html
    Rescataba algunos aspectos del kirchnerismo. El tema con Tomás es que sus artículos no son "falsables". Se apoyan en la autoridad de su opinión. Eso jamás ocurre con Verbitsky, a quien se le pueden hacer mil críticas "ad hominem", pero quien siempre se apoya en datos. Igual es entendible, su afán de opinólogo y ensayista obtura la posibilidad de discutir sobre bases más o menos firmes con Tomás. Igualmente viene bien leerlo, porque es inteligente. Luego agrego algo más al post, ahora no tengo muchas ganas de leer la nota de Tomás.

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  3. Quiero decir: Tomás pretende abarcar tantos temas (fútbol, economía, política, filosofía, arte, literatura) que termina construyendo relatos enormes cuyo basamento es él. Esto es así porque sí, porque lo digo yo que escribo lindo y soy provocador.
    Uno repasa otros blogs kirchneristas que apoyan sus afirmaciones con enlaces a otras páginas. Fijáte www.mundoperverso.blogspot.com Obvio que tienen su visión sesgada, como la de cualquiera, pero permiten la discusión. De hecho ni tan siquiera moderan los comentarios. Fijáte www.artepolitica.com Son blogs mucho más interesantes que la mayoría de los artículos de periodistas que escriben en Perfil, La Nación o Clarín.

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  4. Y en esos blogs hay mucha mayor ida y vuelta con el autor. No son mayoría de elogios tipo "felicitaciones profesor bla bla bla, sus palabras son un soplo de aire fresco en medio de tanto dolor y humillación y bla bla bla".
    ¿Me explico?

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  5. Gracias por los datos. La verdad me sorprende.
    Entiendo, entiendo lo que me decís pero es complicado el tema. A mi a veces me pasa que no tengo nada que decir, pero hay que reconocer que el estilo es bastante demoledor. Y es todo un tema lo que planteas Rodrigo porque si supones que todos tenemos visiones sesgadas y no hay verdades mas justas que otras, es difícil entablar un dialogo verdadero y solo se cae en el propagandismo. En esa posición estas justificando el discurso de Abraham pues el estaría haciendo “propaganda” a un lado contrario, pues no es kirchnerista. Entiendo que poco sirven a la verdad estas posiciones esteticistas, pero es como dijo Ernesto sobre su posición en el caso de menem: Ernesto solo concedería algo y haría autocríticas y se mantendría imparcial si el tema se tratara con justicia y no bajo la mirada de la simple inercia mediática (aunque su defensa a veces roza el delirio hay que decir que su razón, es una buena razón – y aclaro por las dudas: no soy menemista ni nunca lo fui ni lo sere). Vos hablaste de honestismo, de lanata y compañía –a mi lanata tampoco me caía bien, todos los trabajos que hacia en aquel famoso programa eran o pagos o por política-, eso tampoco sirve, aunque creo que tampoco sirve esa categorización “honestistas” para algo concreto e inteligente, sino esos tipos de descripciones solo para descalificar, elevar la moral, las “razones militantes” y hacer propaganda. Pero creo que esas calificaciones a priori (que son casi lo mismo de las ad hominem porque desautorizan el discurso de un supuesto honestista y ya no s elo toma seriamente) confunden mucho a la larga y generan separaciones y odios en los que no hay vuelta atrás. Esas calificaciones platean el tema político como si fuera un partido de fútbol vos sos de river -o sea gallina, elegante, de buen fútbol, clase media- o sos de boca juego fuerte, ganar o ganar, popular. Esas clasificaciones no son dañinas porque son de un juego, pero claramente son falsas y por lo tanto manipulables, porque hay de todo en todas partes y lo único que facilitan es a mantener una especie de idiosincrasia, para generar cantitos, generar tendencias a la hora de elegir técnico, presidente, jugadores. Esto en un juego es algo inocente, porque no hay mucho problema con que alguien pierda, pero si alguien pierde dentro de un país la pagamos todos, como vos muy bien sabes sobre la causas de inseguridad, y otros temas económicos y de injusticia social que lo único que hacen es hacer a la argentina un país de inútiles que se creen que son maradona de bolsillo, tarzanes de maceta, pero a la hora de trabajar somos presa funcionamiento burocráticos corruptos llenos de iniquidad e inequidad.
    Un saludo Rodrigo.

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  6. Me atrajo el nombre de tu blog y me he quedado leyéndote.
    Vuelvo :)
    Sin lugar a dudas

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  7. Ahí varié un poco el contenido del post Santiago. Asumo tus argumentos y en gran medida los comparto. Hay cosas que son indefendibles en este gobierno, y también es cierto nuestra idiosincracia dificulta (por causas que no son fáciles de resumier) el diálogo y la búsqueda de consensos.
    PD: Gracias por pasar "Recomenzar".

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  8. "no se deben malversar fondos públicos poniendo a cargo a un tipo con los antecedentes de Schoklender porque la querida Hebe le tiene afecto"

    Schoklender tiene antecedentes de haber matado a sus padres, por lo cual fue sentenciado y cumplió su condena. Y durante ese tiempo estudió y se hizo de un título universitario. Que yo sepa no tenía antecedentes de malversación de fondos. No lo defiendo de ninguna manera a Schoklender, pero no creo que esté mal en sí darle una segunda oportunidad a alguien. No se si había señales que indicaran a todas luces que el tipo era un cagador (mas allá de las sospechas que algunas personas fueron levantando en los últimos tiempos, pero que tienen que ver con su accionar concreto en el pasado cercano y no con sus antecedentes).

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  9. No me refería a lo que hizo con los padres, sino a que no había antecedentes de que haya sido eficaz en la gestión, o en la construcción de viviendas, etc. No estoy informado a fondo sobre la cuestión, pero supongo que no era una persona con idoneidad probada en la construcción de viviendas. Y no se puede dar guita a alguien sin que funcionen adecuadamente los organismos de control. No puedo decir: "no, es amigo de Hebe y me merece toda mi confianza". No es serio. Es guita de los contribuyentes. Y ojo, que yo no soy de decir "lo estatal es de todos lo privado del dueño que haga lo que quiera". Es muy sospechoso que no lo hayan controlado, ¿qué querés que te diga?

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  10. Ya conocemos como son los "buitres de siempre", ¡¡no le sirvan en bandeja argumentos para despreciar la lucha de las madres!!

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  11. Pensaba en la función del intelectual, esto que decís acerca de una mirada sobre los intelectuales que apoyan el oficialismo como si "se tragaran espejitos de colores", y me preguntaba qué cosa es más digna de un intelectual que saber dónde está parado y poder decirlo. Abraham me recuerda a Lanata en mucho...

    Yo quiero reivindicar a los intelectuales que apoyan un proyecto, sobre todo, porque nos hemos quedado con la idea de que la resistencia al poder es la resistencia al Estado. Cuidado! Ya Foucault nos advertía hace muchos años que el poder no está en el Estado -solamente-, que en todo caso es una visión que simplifica. Lo difícil hoy, creo, es saber a qué debemos resistir. Los intelectuales deben resistir al poder, claro, ¿pero quiénes son hoy los que más ejercen el poder, quienes pretenden relaciones de dominio, estables, duras? Para mí está claro, la resistencia es a las grandes corporaciones. Y la política un lugar posible a esa resistencia. No me da ni miedo ni falso pudor que un intelectual se asuma K. Cuando de resistir se trata.
    Y no hablemos más de Schoklender! Que sea juzgado y punto!
    Saludos

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  12. Excelente aporte Silvana, muchísimas gracias!!
    Adhiero.

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