lunes, 10 de septiembre de 2012

LAS INTERPRETACIONES SE PUEDEN "VER"



Hay una reflexión de José Nun que me pareció copada. La leí en el Dipló de septiembre y dice así:

"Resulta curioso, decía Ludwig Wittgenstein, que uno pueda "ver" una interpretación. Y, sin embargo, "vemos" interpretaciones todo el tiempo. En un desocupado, por ejemplo, un neoliberal "ve" alguien con pocas ganas de trabajar y un socialista, a una persona que necesita ayuda”.

A todos nos resulta habitual escuchar enunciados cuya estructura puede reducirse a: "¿Cómo puede ser que el conjunto de X hayan votado por el candidato Y?".

¿Acaso dos amigos sentados frente al televisor, no “vemos” partidos distintos? Un hincha de fútbol puede llamar “planteo inteligente” a que su equipo se cuelgue del travesaño y aproveche un contrataque, mientras que otro aficionado de paladar negro puede sentir indignación por la pobreza del espectáculo.

Recordé esto al leer un post de Ricardinho donde se cita un artículo de Fidanza, titulado "La aritmética del conformismo". Les pongo el fragmento del artículo que me pareció más jugoso, en el cual Fidanza se dirige a su propio público lector:

Un hombre canoso y educado me detiene en Juncal y Ayacucho para preguntarme, al borde de la angustia: "Fidanza, ¿por qué la sociedad no reacciona?". Me confiesa que a él le resulta intolerable lo que hace y dice la Presidenta, que las cosas marchan mal, que la inflación es desastrosa y la inseguridad, una amenaza cotidiana ante la que se siente indefenso. No entiende la razón de tanta apatía. Yo ensayo una contestación apresurada, tal vez incomprensible para un lego: "Es que no hay «una» sociedad, señor; lo que existe son muchos segmentos, diferenciados por el nivel de educación, la edad, el lugar de residencia de las personas. Lo que a usted le cae mal a otros no les molesta o incluso les parece bien, lo aceptan". El hombre me mira desilusionado, escéptico frente a esa muestra brutal de relativismo. Se despide cabizbajo, sintiéndose abandonado por el sociólogo en el que confiaba. Seguro que lo defraudé, pienso. Y me pongo a elaborar una respuesta que acaso él llegue a leer.

La perplejidad ante lo social no es un dato nuevo. Con frecuencia, los individuos, moldeados por sus experiencias y el sentido común, interpretan la esfera pública en términos sencillos, generalizando, omitiendo los matices, considerando irracionales a los que no piensan como ellos. Por eso al transeúnte de Recoleta le resulta difícil entender la indiferencia. Lo que él considera "la sociedad" es en realidad un archipiélago de infinitas islas, donde se hablan lenguajes distintos, se practican costumbres diversas y se cree en dioses muchas veces opuestos a los propios.

En la Argentina actual, un individuo educado de más de 50 años que vive en la zona norte de la ciudad tiene una visión del país y del Gobierno diametralmente opuesta a la de un joven con estudios primarios, residente en el segundo cinturón del Gran Buenos Aires. El extrañamiento y la frustración del primero ante la decadencia institucional, el embrutecimiento social, la violencia cotidiana, el populismo son sentimientos ausentes en el segundo, que vive otras experiencias, valora oportunidades que antes no tenía, come mejor de lo que comía hace una década.

En medio de esa diversidad extrema, difícil de asimilar, cada uno elabora la cifra de su bienestar relativo. El álgebra de su felicidad o su frustración. La aritmética que explica por qué está conforme o disconforme con el Gobierno. La ciencia política equipara este balance con los fundamentos de la legitimidad; es decir, con las razones por las que los individuos aceptan o rechazan a sus autoridades.

Tal vez más cerca del conformismo que de la conformidad, los que están de acuerdo formulan operaciones de este tipo: trabajo - inseguridad + planes sociales - inflación + mas Fútbol para Todos; otros, los disconformes, anotan, en cambio: auto y plasma nuevos + vacaciones - inseguridad + soberbia presidencial + corrupción. A unos les cierra, a los otros, no. Ésta es una metáfora de la contabilidad personal que determina el voto, remueve o confirma a los líderes, decide la calidad de la clase dirigente de un país”

Esto que dice Fidanza es muy obvio, y sin embargo muchas veces se pasa por alto al analizar una gestión de gobierno. A un sector de la población, “Fútbol para todos” o la "asignación universal por hijo" le parece más importante que la remodelación del Teatro Colón o la compra de dólares. Y a otro sector le parece mucho más grave lo que ocurrió en Once -con indudable responsabilidad del gobierno- que el "abuso de la cadena nacional" de la presidenta, que tanto indigna a un Nelson Castro.  Muchos ponen en el "debe" y/o se indignan ante lo que otro sector pone en el "haber". ¿Tan jodido es entender algo tan simple?

Es lo mínimo que debemos tener en cuenta para no pifiarle fiero en el análisis de cualquier gestión de gobierno.

ADENDA ACLARATORIA: No sostengo que no podamos diferenciar los hechos comprobados de la ficción; es más, me parece que la distinción es fundamental. Al respecto, remito al siguiente link:



8 comentarios:

  1. Bien, existe la segmentación, la diferencia de percepciones, pero debe haber algun dato objetivo que nos indique para donde es mejor dirigirse, no siempre todo "cierra" para todos, si existe la decadencia de valores o moral, por poner un ej. , no lo justifica el hecho de que los "descamisados" estén un poquito más contentos...

    Mr Gabi

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De acuerdo: existen datos con mayor o menor nivel de objetividad que nos ayudan a interpretar la realidad. En la metáfora del partido de fútbol, uno debe tener en cuenta las situaciones de gol, cuántos expulsados hubo, la actuación del árbitro, en qué momentos se produce el primer gol, etc.
      La frase nietzscheana que dice que no existen hechos sino interpretaciones se presta a confusión. Hay un montón de datos y análisis serios que te permiten criticar al gobierno.
      Por otro lado, cualquier interpretación de la realidad tiene efectos inslusive "físicos" sobre el intérprete. Suponte este video:
      http://www.youtube.com/watch?v=iIzjm-CAtxU&feature=relmfu

      El tipo se define como "socialista de Palacios" que está "precarizado". Uno podría decir: "si este muchacho está precarizado, qué le queda a un pibe de Ciudad Oculta que no tiene estudios secundarios cuyos padres no tienen un laburo estable, etc. Más allá de eso, para aquellos que creen que este gobierno es fascista, autoritario, lleno de chorros, y que la presidenta es una yegua hija de puta... DE MODO RELATIVAMENTE INDEPENDIENTEMENTE DE CUÁNTA RAZÓN TENGAN, la están pasando realmente mal. Es muy común que las interpretaciones funcionen con relativa autonomía de la realidad "objetiva". A mí tía le puede parecer terrible que un pibe se fume un porro, o las relaciones prematrimoniales; y a una mina de Puán que estudia antropología (y fuma porro) por ahí le parece grave que no hayamos llegado a legalizar el aborto.
      Lo digo un poco precariamente porque son las 4 de la mañana y me tengo que ir a laburar y la puta madre que lo parió!!

      Abrazo!

      Eliminar
    2. Quiero decir: creo en la importancia del "dato" y de los estudios estadísticos serios. Es evidente que "democracia" no equivale a "cualunquismo", aunque a veces la línea se vuelve bastante difusa.

      Eliminar
  2. Concuerdo con Fidanza, salvo en una apreciación: la oposición "individuo educado de zona norte"/ "joven con estudios primarios, residente en el segundo cinturón del Gran Buenos Aires" peca de extremadamente reduccionista. Seguramente F. buscó dos extremos para ejemplificar pero sucede que esos dos polos tampoco son representativos como tales.
    En la zona norte de la ciudad, muchos de estos individuos "educados" están atravesados por abrumadoras lagunas de supina ignorancia en muchísimas áreas del conocimiento (basta con leer un foro de La Nación o, incluso, con comprobar la incomprensión del educado vecino norteño señalada por Fidanza) que contrastan notablemente con el nivel que se puede encontrar en sectores no tan altos.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  3. Muchas veces, lo que creemos convicciones profundas son meros prejuicios. En los otros, claro. Éstas son mis convicciones, al menos. Si no te gustan, tengo otras, como diría Groucho Marx.
    Salu2

    ResponderEliminar
  4. Cosmocosme: absolutamente de acuerdo. Fidanza le está hablando a su público. De hecho no coincido con muchas cosas que dice Fidanza en el resto de su artículo.
    El voto de los sectores más precarizados es mucho más racional de lo que muchos creen. Por eso el término "clientelismo" se ha usado, se usa y se seguirá usando como una forma de estigmatización. Nadie acusa de "clientelizado" a aquel que votó por Menem porque el uno a uno le permitía irse a Miami. Auyero, entre otros, han tratado el tema.

    Groso Groucho!
    Abrazo!

    ResponderEliminar
  5. "Lo que dice Fidanza es muy obvio" y a quién se lo dice también, como bien aclara Cosmocosme, mientras leía el artículo pensaba que yo, mayor de 50 años, educado (?), no sé si estoy más cerca de la visión del joven del segundo cordón, pero estoy muy lejos de la del Sr. de "zona norte".
    Quizás sea porque vivo en el oeste (cercano)...:)
    Pero que "...para aquellos que creen que este gobierno es fascista, autoritario, lleno de chorros, y que la presidenta es una yegua hija de puta... DE MODO RELATIVAMENTE INDEPENDIENTEMENTE DE CUÁNTA RAZÓN TENGAN, la están pasando realmente mal." es absolutamente así, no hay ninguna duda, y si no que le pregunten a mi suegra.
    No importa la realidad de lo que pasa sino lo que creemos que pasa.
    Espero que los equivocados no seamos nosotros.

    ResponderEliminar
  6. Sobre el tema de las interpretaciones y lo que observa cada uno, me parece interesante esta parte de una entrevista a la actual Presidenta:
    Noticias: ¿A Menem lo votó en el ’89 y en el ’95?
    CFK: Sí, absolutamente y creo que no me equivoqué.
    Noticias: ¿Y por qué entonces parece tener una cierta tirria contra el menemismo?
    CFK: El menemismo representa un modelo de hacer política con el cual no estoy de acuerdo. Me molesta esa suerte de gerenciamiento de la política que impone.
    Noticias: ¿Y por qué lo vota entonces?
    CFK: Porque el cincuenta por ciento de los votos que tuvo Menem en su reelección, sirve para legitimar políticas, no para legalizar escándalos. Entonces cuando se plantea un tema como el de Camilión o Angeloz, yo no puedo aceptar que haya “obediencia debida” en el Senado. No soy la “recluta” Fernández y a partir de Menem el servicio militar es optativo y yo no pienso hacerlo.
    Noticias: ¿No hay una contradicción demasiado visible entre esa rebeldía suya en el Senado y el apoyo con los votos a Menem?
    CFK: ¿Y qué tienen de malo las contradicciones? Peor es caer en ese mal de los políticos, para los que si sos oficialista todo tiene que estar bien, aunque vaya contra tus íntimas convicciones. Y si sos opositor, todo tiene que estar mal y decir a todo que no. Y no es así: no vivimos en el paraíso, pero hoy estamos mejor que en la Argentina inflacionaria.
    http://blogs.perfil.com/retro/2012/09/10/cristina-fernandez-de-kirchner-vote-a-menem-en-el-89-y-95-y-creo-que-no-me-equivoque/
    "el cincuenta por ciento de los votos que tuvo Menem en su reelección, sirve para legitimar políticas, no para legalizar escándalos." ¿Que tal? ¿Se pondrá ahora el sayo Cristina?

    ResponderEliminar