"A vos te amaban porque, cuando te miraban, veían lo que querían ser. A mí me odian porque, cuando me miran, ven lo que son" (Nixon a J. F. Kennedy)
Antes que nada, voy a eludir dos lugares comunes que me parece que impiden analizar el juego desde el punto de vista sociológico: 1) Gran Hermano es “como la vida misma”. Respuesta: ¡No! Como bien dice Bauman:
“GH no es una fotografía, copia o réplica de la realidad social de estos días. Es, más bien, un modelo condensado, destilado, purificado; podría decirse que es un laboratorio en el que se experimenta con ciertas tendencias de esa realidad social, que de otro modo habrían permanecido ocultas, diluidas o reprimidas, y se las pone a prueba para hacer visible todo su potencial”.
2) Por otro lado, la comparación del juego con el “Big Brother” del libro 1984 de George Orwell, de donde se toma el nombre “Gran Hermano”, presenta las siguientes particularidades: a) casi con toda seguridad, la mayoría de los televidentes y todos o casi todos los participantes, nunca han leído el libro. Jamás he visto un participante de GH que sea un fino lector de grandes clásicos de la filosofía, la literatura o las ciencias sociales (ojo, no es un juicio moral sino más bien descriptivo... se puede ser muy buena persona y lector de libros, buena persona y poco lector, muy lector y mala persona, etc.); b) la magnífica obra de Orwell era, entre otras cosas, una metáfora del régimen totalitario en general, y del estalinismo soviético en particular. Vale decir que el “Big Brother” de Orwell era sinónimo de un poder despiadado e inescrupuloso que marcaba el camino a seguir, prescribía la manera en que debía seguirse e instauraba un régimen donde los hombres no sólo debían obedecer, sino desear ser esclavos. No sólo la desobediencia se pagaba con la propia vida, sino que Gran Hermano exigía de sus víctimas, incluso, amor y gratitud. En ese reino, la esclavitud significaba libertad; el dolor, cura; y la opresión, emancipación.
En síntesis: asemejar un entretenimiento televisivo –por más que pueda fomentar el egoísmo, la mentira o el salvarse individualmente por sobre la solidaridad- con la obra de Orwell me parece una total exageración. El "espíritu individualista" de GH no implica que los integrantes no puedan desarrollar una amistad profunda fuera de la casa. De hecho han habido muchas parejas y amistades que se han originado dentro del programa. Es obvio que nadie puede eliminar las emociones y ser un puro calculador en un juego donde interviene la interacción humana y la convivencia. El concepto orwelliano, a diferencia del entretenimiento televisivo, nos habla de una distopía donde se trataba de que la individualidad quedara absolutamente reprimida y todos pensaran igual.
Respecto de los "placeres culturales culposos" que asaltan a algunos hacia quienes pueden llegar a mirar Gran Hermano e interesarse por "el fenómeno Cristian U", los remito a este sitio:
En fin, sigamos con Bauman: “el Gran Hermano de los programas de televisión no tiene rostro. De todas maneras, no necesita uno, porque ahora, a diferencia de su anterior encarnación, ya no exige amor, ni a tal efecto devoción o lealtad. Este Gran Hermano es un tipo eminentemente útil (es, después de todo, “el resto del mundo”, y no habría mundo sin ese resto), y lleva a cabo su tarea con la sola condición de que sus discípulos se abstengan por completo de interferir con él y acepten sus designios sin manifestar curiosidad, y menos aún mostrarse inquisitivos, por sus motivaciones. Bajo esa condición fácil de aceptar, y no particularmente engorrosa, GH provee a sus pupilos de todo lo que necesitan para hacer su juego: un set completamente equipado, camas y ropa de cama, comida y utensilios de cocina; incluso juguetes e ideas para nuevos juegos que alejen el aburrimiento y mantengan a los reclusos entretenidos y contentos”.
Más allá de los análisis de Bauman, me resultó muy interesante el fenómeno que se produjo en Gran Hermano 2011 con un participante llamado Cristian Urrizaga: desde los apasionados seguidores que son capaces de hacer una marcha para pedir su reincorporación al programa, hasta los sentimientos racistas de algunos televidentes que no lo soportan porque "es un negro de mierda". Escribo algunas reflexiones un poco dispersas al respecto, que son una mezcla de olvido y recuerdo de cositas que pude ver y/o leer.
Mientras los demás participantes no terminaban de asumir la lógica del juego (que tiene mucho de perverso), él fue el único que comprendió de qué iba la cosa. Eso hizo que la mayor parte de los participantes lo vieran como una suerte de monstruo y proyectaran en él, muchas veces, sus propios temores, pasiones y miserias. Dicho de un modo sintético: pareciera ser que este pibe fue el único que asumió abiertamente y de entrada que "iba por la plata y para jugar". Los demás integrantes, en cierto sentido, asumieron la actitud de la señora pudorosa que va al cine y se queja de las imágenes sin tener en cuenta -o fingiendo no darse cuenta- que ni bien hacía su ingreso a la sala conocía que se trataba de una película triple x.
Cristian Urrizaga es un treintañero de Barracas, ex ludópata y con mucha más "calle" que los restantes integrantes del programa. Muchos lo veían y lo siguen viendo como un jugador frío y calculador, que actúa todas sus emociones. En mi opinión, se trata más bien de un jugador intuitivo, impulsivo, emocionalmente cambiante y que entendió mucho mejor que la mayoría de los demás integrantes la lógica que propone el juego. Desde un principio pareció mucho más sincero que los demás, y sin embargo su sinceridad fue vista como falsedad o cinismo. Su pasión por ganar lo hizo pasarse de revoluciones, y terminar muchas veces por convertirse en su peor enemigo. Por diversas razones que no voy a abordar acá, el tipo sacó las peores miserias de los integrantes de la casa, y suscitó la adhesión fanática de muchos televidentes que están "afuera", hasta tal punto que no es descabellado pensar que puede llegar a ingresar nuevamente (previa alteración mínima de las reglas del juego). De más está decir que jamás se me ocurriría juzgar la calidad moral de cada participante en términos absolutos y tan siquiera relativos, ya que sería un acto de soberbia ridículo. No conozco personalmente a ninguno de los integrantes del juego. Sí admito que, por lo poco que he visto del programa, Cristian U me cayó bien.
El sociólogo francés Pierre Bourdieu nos dice que el buen jugador es, en cierto modo, el juego hecho persona. El que sabe jugar intuitivamente hace, por lo general, lo que demanda y exige el juego en cada instante. Esto supone una invención permanente, indispensable para adaptarse a situaciones indefinidamente variadas y nunca perfectamente idénticas. En todo juego existe una libertad ilimitada a partir de ciertas reglas. En el ajedrez, por caso, las combinaciones posibles que permiten sus reglas son innumerables. De todos modos, Gran Hermano no es un juego similar al ajedrez. No es un juego que carezca de moral (ninguna interacción humana está exenta de moral), sino que tiene una ética autónoma donde se permite la mentira, la traición y las alianzas momentáneas.
Nada es más libre ni más restringido que el buen jugador. En el fútbol, por caso, el buen futbolista es aquel que se encuentra muy naturalmente en el sitio en que caerá la pelota, como si la pelota lo mandase y, al mismo tiempo, él mandase a la pelota. Está claro que en todo juego interviene, en mayor o menor medida, el azar.
Perfil general de los integrantes:
Sin ser un estudioso de las diferentes ediciones nacionales e internacionales ni mucho menos, imagino que el perfil de los participantes de Gran Hermano es relativamente homogéneo en todo el mundo: siempre interviene la chica pulposa que quiere salir en televisión o convertirse en vedette, los que intentan ser famosos como fin en sí mismo, quienes van por el premio, etc. Casi todos tienen entre 19 y 30 años, y el número de integrantes se acerca a veinte (por lo común diez hombres y diez mujeres). El programa se da en verano, para que los cuerpos jóvenes y muchas veces trabajados en el gimnasio puedan lucirse en pantalla. Me animo a decir -y sé que esto es un prejuicio mío- que casi todos los integrantes son muy poco lectores, salvo libros de autoayuda tipo Osho, Bucay o Ari Paluch. La gente que critica el programa dice que “son todos vagos que se la pasan tirados”, olvidando que el ocio y el encierro estimula el hecho de que los temas se agoten, el pensar en el premio juegue su rol e indefectiblemente los integrantes hablen mal de sus compañeros o cuenten anécdotas de su vida privada a un mar de televidentes desconocidos. El encierro, el aislamiento y el cotilleo constante hace que las emociones -tanto positivas como negativas- se potencien. Por otra parte, Gran Hermano se diferencia de otros juegos en ser no sólo un juego de estrategia sino también de convivencia; por eso no puede ser asemejado totalmente a juegos como el truco, donde interviene la mentira "blanca", o la ruleta, donde el azar es un componente abrumador.
Tal vez una de las cosas que mayor bronca me da de la emisión argentina es la manera en que la misma gente que gana plata con ellos se burla de la cara, el carácter o la inteligencia de los participantes en varios informes a lo largo del día. Les hacen pagar el derecho de piso a todo aquel que quiere ingresar a la farándula denigrándolo. El mensaje es: si luego los chicos se vuelven famosos con trayectoria, ya tendrán el derecho de "denigrar y basurear al nuevo famoso". Por eso no sorprende que los debates políticos verdaderamente importantes para el colectivo social estén llenos de chicanas y debates "ad hominem" y vacíos de propuestas... En fin, no me quiero desviar de la cuestión.
UN POCO DE HISTORIA
Como nos recuerda Bauman, Gran Hermano fue un invento de un empresario holandés, John de Mol, quien gracias a su ocurrencia hoy está entre las 500 o 600 personas más ricas del mundo. La inspiración le vino en 1999, al observar a un grupo de personas que habían sido encerradas por un mes en una cúpula de vidrio en el desierto de Arizona. Su creación fue puesta en escena en un canal privado, y al poco tiempo el formato se vendió a más de veinte países.
Los 5.400 millones de dólares por los que la productora Entertainment -la compañía de De Mol- le garpó a Telefónica de España, nos puede dar una idea del enorme negocio que implica. El formato varía un poco según el tiempo y el lugar, pero básicamente se trata de mujeres y hombres "dueños de un pasado desconocido y de un futuro divergente, que pasan algunas semanas juntos, enfrentados a la tarea de construir a partir de la nada una forma de vida común sin promesa alguna de durabilidad. Saben desde el primer momento que desaparecerán de la compañía, uno por uno, y que su tarea es precisamente hacer que los otros desaparezcan primero... Si fallan, esas mismas personas a las que no habían querido o podido expulsar los expulsarán a ellos”.
Este tipo de programas, como el francés Loft Story o el angloamericano The Weakest Link, son una suerte de ensayos públicos sobre la desechabilidad de los seres humanos: aquí nadie o casi nadie es indispensable... En rigor, creo que el participante Cristian U es indispensable para el entretenimiento de GH 2011. Obviamente, también se trata de un entretenimiento. Por lo demás, no existe el monopolio legítimo de la interpretación y el consumo de un producto cultural.
En toda sociedad se juega al gran hermano solo
ResponderEliminarque sin premio ni televisación, es muy perverso
donde sale a relucir lo peor de cada ser humano.
de Mol es el único beneficiado, tendríamos que
mirar más a nuestro alrededor para ver que negocio
podemos hacer y presentarlo en algún canl de tv.
Saludos
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ResponderEliminar"Eliminar a los demás uno a uno" quise decir.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstá muy bien Roberto, es atendible tu postura. Personalmente me resultó muy interesante lo que pasó con este pibe,Cristian U. Fue condenado por sus compañeros por hacer esencialmente lo que el juego pide: tratar de eliminar a los demás uno a uno, tratando de quedarse con el premio. Me parece un fenómeno interesante desde el punto de vista sociológico, psicológico y mediático. Lo mismo que la forma de comunicar de Jorge Rial (un tipo que me cae realmente mal pero a quien le reconozco una capacidad muy acorde con estos tiempos individualistas de la sociedad de consumo). Rial tiene una gran facilidad para vender pescado podrido. Respecto de lo que despierta en la gente el participante Cristian U, basta poner su nombre en el google y te das cuenta: salen más de 9 millones de entradas. Y luego el funcionamiento de las redes sociales, que cambiaron el rumbo del juego. En fin, es largo de explicar.
ResponderEliminarUna cosa que me llama la atención: no estoy segura, porque no vi muy asiduamente las sucesivas ediciones de este programa, pero creo que, cada vez más, se va perdiendo esa actitud de señora pudorosa entre los comentaristas y panelistas, que son quienes, de algún modo, marcan la pauta de lo que está bien y lo que está mal en ese microclima moral.
ResponderEliminarAntes creo que había más tendencia a defender al que tenga a toda la familia a punto de morir a menos que se hagan costosas operaciones, al pibe familiero y de barrio, a los buenitos aburridos. Ahora directamente le dicen al público que lo importante es mantener en el show tanto tiempo como sea posible a los que insultan, traicionan, escupen y golpean a los demás, porque eso es "más divertido" (ojo, no al que "juegue" mejor o tenga más chances de ganar, sino al más violento, traidor o sexual que es lo que genera cosas divertidas de ver).
Igual, seguro que es sólo un blanqueo de algo que sucedía desde siempre.
Sí, es posible que tengas razón. Acuerdo con lo de "blanqueo". Habría que comparar las sucesivas ediciones de GH Argentina. Creo que ahora en Europa no le dan pelota a Gran Hermano. Fue furor a principios de 2000. En ediciones extranjeras han habido situaciones de mucha violencia. En esta he visto mucha violencia verbal, que da mucha vergüenza ajena.
ResponderEliminarEn esta edición también interviene el fenómeno de las redes sociales, los "trolls" fundamentalistas de tal o cual personaje, etc. Eeeeen fin, bastante loco todo.
ResponderEliminara mi entender, esto reivindica la mala imagen de los que viven en la gran Ciudad, mentes insanas y sin códigos ni valores, que crean un ídolo de una persona con sus mismas característicamente, que prioriza el dinero sin importar el daño a terceros, mostrando las miserias mas carnales de esta humanidad (codicia) aparte fue claro este muchacho, su sueño son los dos mercedes sin importar si los de los demás sean por una razón de humanidad, creo que un momento U lo entendió y se fue, pero la avaricia de estos estudios de televisión le lavo la cabeza y lo volvió a introducir.
ResponderEliminarCristian Urrizaga (Buenos Aires, Argentina, 12 de octubre de 1980), también conocido como Cristian U., es un adiestrador de perros e instructor de kickboxing argentino que participó del reality show Gran Hermano Argentina durante 2010 y 2011.
ResponderEliminarCristian contó durante su estadía en Gran Hermano que desde su infancia tuvo episodios relacionados con la droga, con los robos y adicciones. Según él, a los 13 años manejaba un arma 9 milímetros participando en salideras bancarias. «A los 11 años, picaba cocaína con una tarjeta de crédito para que tomen los pibes» comentó Urrizaga. También dio a conocer que su padre le enseñó a fumar a los 10 años y que a sus 18 años decidió, junto a su novia, llevar a cabo un aborto para evitar tener un hijo no esperado.
ESTE ES EL IDOLO DE TODOS LOS IDIOTAS DE ESTE FORO.
ESTÁN MAS ENFERMOS QUE SU IDOLO.
¿Leíste la nota? Me resulta difícil debatir a partir de alguien que dice "Este es el ídolo de todos los idiotas de este foro. Están más enfermos que su ídolo". De ninguna manera es mi ídolo, ni me interesa su persona. Me interesa como fenómeno sociológico. ¿Qué se yo cómo es cada integrante como persona? Justamente, lo que menos me interesa es el debate ad hominem.
ResponderEliminarRespecto de "falta de valores", disiento. La historia evoluciona de modo tal que valores anteriores se van modificando. No existe una sociedad sin valores. El valor es aquello "que vale". La noción de valor varía según la época, el contexto social, la manera de ser decada uno. El barrabrava de Boca que se agarra a trompadas con otro de Chacarita no carece de valores: puede ser que tome al "coraje" como un valor más importante que el respeto por la vida, y considere que el "coraje" se demuestra a las trompadas. Obviamente que mi noción de "coraje" no tiene nada que ver con agarrarme a piñas. ¿Me explico? Para un católico devoto el aborto es inadmisible, para un agnóstico no. Repito: no existe sociedad humana sin valores, sí existen valores distintos. NO creo que la persona que escribió que soy un idiota yo y quienes participan del "foro" lo pueda entender, pero bueno. Espero haberme explicado lo mejor posible.
Acá no existe ningún "foro". Yo posteo alguna huevada que me parece interesante y algunos comentan. ¿Qué tengo que ver con los fanáticos de Cristian U o GH?
ResponderEliminarEspero se haya entendido lo que traté de decir sobre los "valores". No puedo extenderme al respecto. Pongo un ejemplo un poco burdo: para Aistóteles la esclavitud no era un "disvalor". ¿Se entiende? Digo simplemente que los valores cambian según épocas y personas, no que todo valga lo mismo y que la sociedad debe ser un viva la pepa. No postulo el relativismo moral. Tampoco se me ocurre ponerme en juez moral de quienes admiran o a quienes les entretiene este tal Cristian U. Así como no conozco a Cristian U, tampoco conozco a los televidentes. ¿Hace falta aclarar esto? ¡Qué lo parió!
Yo no "admiro" a Cristian U. Sólo digo que es un jugador que entiende (intuitivamente, porque no es un intelectual librezco) el carácter "intrínsecamente perverso" del juego. Este juego -gh- tiene un componente perverso que puede leerse como una metáfora de la "desechabilidad humana". Y también es un entretenimiento. En fin... ¡qué simple es ser malinterpretado!
ResponderEliminarA esta altura de los acontecimientos,Cristian U me parece un actor(estudio teatro) que encontro su gran personaje,inspirado en si mismo: un jugador excelente que dice ser ludopata recuperado... adentro de un enorme casino!
ResponderEliminarLos que son inquietantes son los fans, que ya no votan nada sino lo que U les ordena, tal como hicieron antes varios chicos de la casa, dejando de lado su capacidad de decision, cediendo su cirterio propio, personl y toda critica... para sentirse " a salvo " al lado de un lider exitoso.
En cuanto a los participantes y la descripcion que realizaste, te comento que varian de pais a pais, existiendo en los europeos cuerpos mas naturales en las mujeres y mayores edades que los treinta años que parecen ser el tope local, con un plus de ancianos, enanos y otras variedades de la fauna humana. Juegan con menos histeria y sutileza que los locales.
PD:
ResponderEliminarme gusto tanto el material que hay por aca, que me anoto y dejo el anonimato anterior.
¡Eeesa, gracias!! Jaja. Está bueno intercambiar divagues cada tanto.
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