jueves, 19 de enero de 2012

KIRCHNERISMO VS ANTIKIRCHNERISMO "REPUBLICANO"


Corto y pego fragmentos de un debate entre Rinconete, que apoya al gobierno; y Marcos Novaro, que es opositor. Considero que se trata de un post bastante pedagógico, con dos posturas diferenciadas que nos permiten entender un poco de qué se trata el disenso entre quienes apoyan y quienes son contrarios al actual gobierno. Una pelea que me parece importante dar es contra el maniqueísmo y la pereza mental, empezando por la propia.


Adelanto que yo voté al kirchnerismo en 2003, 2007 y 2011 porque me pareció la mejor alternativa, o la menos mala, como prefieran.


Me parece que decir "la menos mala" es una forma de presentarnos como "más críticos", pero al cabo es lo mismo. 


En síntesis, estoy diciendo que mi postura es similar a la de Rinconete. Cuando hablo de la mejor/menos peor alternativa, lógicamente me refiero a un representante con posibilidades de ganar. Mi ideología se ubica a la izquierda, pero sé que la sociedad argentina, el poder financiero y el orden mundial no son precisamente muy zurdos que digamos. Por eso, el kirchnerismo no me parece un progresismo, y es una suerte. El progresismo químicamente puro está condenado a ser testimonial. 

Para que nadie se pierda en las “formas” y discuta “el fondo”, traduzco el inicio del post de Rinconete:

“Para cierto paradigma antikirchnerista, el mínimo común denominador al que suscriben tanto Lilita Carrió como Ricardo Afonsín, Pino Solanas y Francisco De Narváez, sostiene que todos los aciertos del oficialismo eran inevitables mientras que sus errores fueron intencionales.

Se suele comparar al kirchnerismo en particular y al peronismo en general, con absolutos, con sistemas de tubo de ensayo, con intenciones, con fantasías y vapores varios, pero por alguna extraña razón, nunca con otras realidades, ya sean locales o planetarias.

Es una vieja tradición argentina, confundir las limitaciones de la condición humana con las intenciones peronistas. El peronismo, bajo esa luz impiadosa, inventó la ambición, el ansia y las luchas de poder, el verticalismo, las bolsas de gatos, el discurso hegemónico, las crisis de sucesión. Hasta el ´45, esas patologías no formaban parte de nuestra sociedad mansa y respetuosa, que resolvía sus conflictos con la civilidad de un cantón suizo”.

Les paso el link de la Mesa de Autoayuda K donde Marcos Novaro debate con Artemio López:


"Novaro sostiene que el kirchnerismo es un conjunto heterogéneo, con actores que se tienen mutua desconfianza, que solo se sostiene por un vértice muy poderoso, Cristina. Ese liderazgo se apoya en su alta popularidad y los recursos generados por una buena situación económica (que por supuesto parece ajena a las políticas desplegadas por el oficialismo), lo que le permite ¨poner y sacar candidatos¨ y mantener el orden. Novaro argumenta que eso no es un ¨sistema¨ y que sin esa popularidad, sin esos recursos y el apoyo electoral, su liderazgo se derrumbaría.


Artemio, al contrario, defiende esa manera de actuar: El poder se organiza en función de la popularidad y la capacidad electoral. Es sin duda un gran sistema democrático.


Pero en el fondo, Novaro tiene razón, sin su alta popularidad y sin la bonanza económica el liderazgo de Cristina entraría en crisis. Eso sin duda caracteriza a los liderazgos políticos peronistas, aunque también a casi todos los liderazgos políticos del planeta, al menos aquellos que optaron con interactuar con la realidad.


Mitterand, Lula, Indira Ghandi, Piñera e incluso el módico De la Rúa mientras duró su microscópico poder, ¨pusieron y sacaron candidatos¨ y ordenaron la tropa propia en función de su popularidad, de su bonanza electoral y de la situación económica. Ese es ¨El Sistema¨de las grandes democracias de masas, que define también el famoso ¨Pato Cojo¨ que anuncia la crisis de la sucesión.


Y en lo referido a la heterogeneidad y a la mutua desconfianza, no creo que la bolsa de gatos peronista se distinga mucho de la bolsa republicana norteamericana, de la bolsa de los gaullistas franceses o de la de la Alianza que gobierna hoy Chile.


Sin embargo, vaya uno a saber por qué, la tradición política antiperonista persiste en negarle al peronismo los favores de la realidad mientras sigue otorgándole a su oposición la prerrogativa del tubo de ensayo.


Actualización: Sobre la extraña idea de que el sistema implementado desde el 2003 es el invento apurado de una pareja de políticos pragmáticos sedientos de poder y riqueza, el gran Edgardo Mocca baja línea en Debate:


“Si la crisis hiperinflacionaria marcó el final del sueño de una Argentina que podría regresar a la inclusividad de los años setenta después del trágico hiato temporal establecido por la dictadura, sin transformaciones que dieran sustento material a la promesa democrática, la crisis de 2001 es el acto final de la ilusión de la prosperidad periférica de un país entregado a los designios de poderes no surgidos del juego democrático. La experiencia kirchnerista nace de ese fin de época”.


¿EL CAMINO HACIA UN KIRCHNERISMO RECARGADO? Publicado por Marcos Novaro el 2 de noviembre de 2010 en el diario Clarín.



Las breves palabras que Cristina Kirchner pronunció fueron de un fuerte tono personal: transmitieron el dolor por la pérdida, el agradecimiento por la solidaridad y el quiebre definitivo en la historia de vida de la presidente. Pero dado este tono general, adquieren particular relieve las frases escogidas para transmitir un mensaje político, en que se ligó la continuidad de la tarea de gobierno con el acontecimiento del deceso de Néstor Kirchner. En primer lugar, la celebración de la movilización juvenil, en términos que le permitieron establecer una hilación entre los “jóvenes de hoy” y los jóvenes de los 70, por intermedio del “joven Kirchner” que la presidente evocó como denominador común de unos y otros; continuando una mitificación del “Kirchner militante” que dio la vida por la causa.

En segundo lugar, la enunciación personalísima de la responsabilidad que le cabe a la presidente en el ejercicio del poder y en la tarea de continuar un “proyecto”: el destino la habría dejado frente a la necesidad de “gobernar sola”, y es lo que parece dispuesta a hacer.

En cuanto al rol de los jóvenes kirchneristas de aquí en más, y en particular de esos jóvenes militantes movilizados que hicieron oír sus gritos de guerra en las exequias, viene asomando una sospecha, que agita las aguas ya suficientemente encrespadas de la política argentina: la de un “kirchnerismo recargado”, que tome mayor distancia del peronismo tradicional, refuerce lazos con los “movimientos sociales” y “gire a la izquierda”. Cristina parece abonar esta hipótesis, y no sólo con sus palabras, sino con la selección de un círculo íntimo que es bastante más estrecho que el de su marido. Ello confirmaría la opinión de que Néstor era el pragmático y moderado de la pareja, y su ausencia sería por tanto ocasión para que sus iniciativas hacia los medios independientes, la justicia, los intereses empresarios o las relaciones exteriores se “profundicen”.

*Publicado en el diario Clarin

33 Responses

Rinconete says

Amigo Marcos

Creo que no cabe duda que Néstor era el pragmático de la pareja. Fue él quién negoció con Clarín mientras que fue ella quién apoyó la ley de medios. Cuando tuvo que elegir un presidente para el Central eligió a Redrado mientras que Cristina prefirió a Marcó.

Las iniciativas del gobierno de Cristina son mucho más principistas que las del gobierno de Kirchner, más proclive a la negociación. Como en tantas otras ocasiones, los mercados se equivocaron en su análisis de un hecho relevante como la muerte de Néstor.

Una duda: En el la plaza vi jóvenes, vi militantes e incluso jóvenes militantes pero en ningún momento vi jóvenes militantes que profirieran ¨gritos de guerra¨.

A menos que consideres, como mi tía Chola o Mariano Grondona, que ¨Fuerza Cristina¨, ¨No aflojes¨, ¨Gracias Néstor¨, ¨Hasta la victoria siempre¨, ¨Ni un paso atrás¨ y alguna referencia grosera a la madre de Cobos sean ¨gritos de guerra¨.

A este ritmo, entre la comparación entre Moyano y Lopez Rega y los ¨gritos de guerra¨ de los pibes en la plaza, en una semana te vas a quedar sin hipérboles.
Saludos cordiales,
r.

valentín says

En el estado emocional en que pronunció el discurso decir “Porque siento que de mí depende la suerte de todos los argentinos”, genera al menos incertidumbre.

2 noviembre 2010, 12:09 pm

Rinconete says

valentín
Hagamos un ejercicio contrafáctico. ¿Que pensarías si en el estado emocional en el que pronunció el discurso hubiera dicho: ¨Porque siento que de mi NO depende la suerte de los argentinos¨? Apuesto mi navaja de scout que estaríamos, también, hablando de incertidumbre.
2 noviembre 2010, 12:39 pm

Marcos Novaro says

Estimado Rinconete, supongo que te habrás dado cuenta que poner en la misma bolsa “fuerza Cristina” y “hasta la victoria siempre” es un poco grosero, pero además se te escaparon las autoidentificaciones como “los soldados de Kirchner”, que le daban un cariz aun más relevante a las raíces conceptuales de lo de la “victoria siempre”. Si vos querés llamar “principista” a esa postura es tu derecho, pero convengamos que es una formalidad, los principios que defienden no son los mismos que abraza la gente democrática, son revolucionarios y por definición antidemocráticos, puede que te gusten, a mí no, pero lo que más me alarma es que se quieran presentar como lo que no son, unos “principios y convicciones” que serían la quintaesencia de la democracia y los derechos humanos. Al menos Bonafini es más honesta y si junta firmas para la candidatura de Cristina aclara abiertamente que es para acabar con todos los que se le oponen. Entre los que me incluyo. Saludos muy cordiales.
2 noviembre 2010, 13:15 pm

valentín says

Riconete, Ni una cosa ni la otra. En una democracia hay instituciones, ministros, congreso, poder judicial. Que la suerte de nosotros dependa de una persona, no me parece muy sano. Evidentemente ella pretende hacer lo que hacía él: concentrar todas las decisiones importantes. Apunta a reemplazarlo.
2 noviembre 2010, 15:29 pm

Rinconete says

Amigo Marcos

A menos que se me haya perdido algo, creo que ninguno de los que allí fueron propusieron tomar el Palacio de Invierno sino algo mucho más modesto como seguir con un proyecto político que se inscribe dentro de nuestro sistema democrático y republicano. Si cada vez que alguien grita ¨hasta la victoria siempre¨ o se dice ¨soldado de mongucho¨ eso lo transforma en revolucionario y enemigo de la democracia, seríamos pocos los demócratas convencidos (es más, recuerdo haber tenido una remera del Che con la famosa frase, lo que me excluiría de la lista).

Hebe, además de sus exabruptos, desde hace treinta años sólo pide juicio y castigo a los culpables, es decir no la venganza sino el funcionamiento de las instituciones, una consigna algo reformista para ser la extremista exaltada que te va a ir a buscar por pensar distinto.
Entre la teatralización de la violencia y la violencia hay un trecho que diferencia una democracia de masas de una dictadura.

valentín

Creo que tu problema es con el presidencialismo, no con Cristina o Néstor.
2 noviembre 2010, 19:15 pm

Javier says

Marcos, me pregunto si está bien definir como antidemocráticas a las consignas principistas y revolucionarias de la juventud kirchnerista. Los intelectuales afines al gobierno vienen siendo bastante claros en defender una concepción antiliberal de la democracia. En ese sentido, la idea de que si el gobierno gana la elección tiene derecho a aplastar a quien considere necesario no sería necesariamente antidemocrática. Sin duda que esta concepción autoritaria de la democracia tiende degenerar en experiencias antidemocráticas, pero mientras tanto el escenario es super-democrático: los representantes de la mayoría, o de la primera minoría, gobiernan sin prestarle mucha atención al pluralismo y demás consideraciones propias del despreciado liberalismo.
3 noviembre 2010, 0:52 am

Marcos Novaro says

Concuerdo con Javier en su descripción del problema, y en su consecuencia esperable en caso de que esta gente siga en el poder: la democracia corroída desde adentro.
En cuanto a Rinconete, su defensa de Hebe de Bonafini es aún más sorprendente e insostenible: ¿que lo único que pide es “juicio y castigo”? ¿que lo demás son apenas “exabruptos” disculpables e inocuos? Mejor seguí paseándote con tu remera del Che por la Plaza de Mayo, al final tal vez escuches y veas algo más que lo que querés ver.

El acompañamiento entusiasta a ETA, las FARC, Chávez y demás joyitas de la política revolucionaria no es sólo diplomacia creativa, se reproduce en todas las prácticas que Bonafini avala en los “movimientos sociales” y en el gobierno, violatorias de las leyes y las garantías individuales en igual medida que las que frecuentan Moyano y su banda de matones. Rinconete me imagino diría: “es mucho bla bla, mucha “teatralización de la violencia” pero poca violencia, no hay que para preocuparse”, o peor, “una política transformadora necesita un poco de violencia, los que no lo entienden son liberales desarmados e impotentes”. Creo que el error es doble, este gobierno es más bien pobre en términos de reformismo social, ahí está el tercio de población en situación de pobreza para atestiguarlo, y su aval a la violencia social y política, aunque mas verborrágica que fáctica, se cobró ya un par de muertos y unos cuantos apaleados, así que alcanza para preocuparme y sobre todo paa merecer mi repudio.
Saludos
3 noviembre 2010, 9:37 am

alberto says

Rinconete

De la teatralización de la violencia a la violencia física no hay nada, de hecho escracharon y amenazaron a periodistas de radio continental, y la violencia simbólica por simbólica no deja de ser violencia y lo peor es que abre paso a la violencia física. Gritar “a los gorilas los vamos a matar” y después darle una patada en el pecho a Fontevecchia y escracharlo porque piensa distinto es preocupante, y ya pasó, gritar “Cobos traidor hijo de puta” y que después Carlotto en lugar de cuestionar eso diga que Cobos hizo bien en no ir porque sino iba a terminar internado… minimizarlo es infantil, que lo haga la representante de una organización de derechos humanos es preocupante.
3 noviembre 2010, 14:45 pm

Rinconete says

Amigo Marcos
Poner en una misma bolsa a ETA, FARC y Chávez puede ser útil para generar empatía con alguna señora asustada de Barrio Norte pero en el fondo es un ejercicio de pereza mental. Chávez es presidente de una democracia imperfecta, reconocida por todas las democracias del planeta y en la que periódicamente se eligen autoridades por voto democrático. Las otras son bandas armadas cuya única relación con la democracia es combatirla justamente con las armas, asesinando ciudadanos indefensos. Asimilarlas es tan creativo como sostener que Sarkozy es nazi o que Kirchner fue peor que Mussolini.

Los enemigos de la democracia no son aquellos que hablan sino quienes actúan. Es una diferencia que se le escapaba al senador McCarthy, pero que debiera ser significativa para nosotros que padecimos una dictadura cuyo drama no fueron los exabruptos de un tirano creyente, padre atento y buen esposo, sino sus asesinatos colectivos perpetrados desde el Estado.

Podemos discutir sobre las políticas sociales del gobierno, sobre su pobreza o virtud pero me parece insólito argumentar que da un ¨aval a la violencia política y social¨, siendo que la no represión de la protesta social fue una de sus obsesiones, como lamentablemente no fue el caso de los gobiernos anteriores.

Mariano Ferreyra, ya que creo que a él te referís con el par de muertes, fue asesinado por unos matones de la Unión Ferroviaria, mientras exigía lo mismo que pide Moyano cuando bloquea las salidas de las plantas de Clarín o Techint (es decir la efectivización de los tercerizados) y que imagino forma parte de tu imagen de ¨violencia social¨. Moyano aumenta su poder al aumentar el número de afiliados a su gremio que a su vez, aumentan sus ingresos al afiliarse. Pedraza, por el contrario, aumenta su poder reduciendo su anoréxico gremio y empobreciendo a los trabajadores ya que se queda con la parte del león de la tercerización. No creo que sean lo mismo, o al menos que logren los mismo para sus afiliados, que es como se debería juzgar a un sindicalista.

Pedraza es una verdadera política de Estado, de esas por las que clama el Grupo A. Sobrevivió y se enriqueció con todos los gobiernos, desde Alfonsín hasta Cristina y hace lo que pide a gritos la oposición: impedir piquetes. El gobierno no quiso o no pudo enfrentarlo, cosa que lamento. La confrontación como concepto no me quita el sueño, y me hubiera gustado que el gobierno avanzara en este como en tantos otros frentes. Pero me parece que asimilar a Pedraza al kirchnerismo es tan injusto como asimilarlo al delarruísmo o a cualquiera de los otros gobiernos, que tampoco lo enfrentaron.

La ¨banda de matones¨ de Moyano es también un comentario vaporoso, que podría englobar tanto a Moyano como a cualquier líder de una Union de camioneros norteamericana o a cualquier sindicalista francés de esos que con puntualidad inglesa paran el país, aplican la acción directa o amenazan al gobierno por reclamos sectoriales. Como Valentín con el presidencialismo, creo que tu problema son los sindicalistas combativos, no Moyano.

Me parece que tus obsesiones, los sindicatos, la militancia joven o las Madres, logran que te intereses cada vez más por los discursos, las imágenes, las intenciones o incluso las eventuales terribles consecuencias de todas esas calamidades en lugar de analizar las iniciativas políticas del oficialismo, hechos por los cuales se debería calificar a un gobierno.

Javier

Cuando el gobierno dispone de mayorías confortables, no busca el consenso sino llevar adelante su propia agenda política. Sólo acepta dialogar con la oposición cuando no tiene los votos necesarios.
Es sin duda una actitud típica de los kirchneristas, aunque también de los socialistas franceses, de los demócratas norteamericanos, de los fanáticos del Tea Party, de los seguidores del Partido del Congreso indio, de los legisladores de la Concertación chilena y de los legisladores de la Alianza chilena, de las administraciones del PSOE y de las del PP, del gobierno de Macri y del gobierno de De la Rúa.
Todos ellos consideran que el pluralismo consiste en respetar las elecciones libres, las leyes y la Constitución, no en la obligación de consensuar cada iniciativa con la oposición, tarea que tendería a infinito y que en el fondo sería funcional al statu quo.

Es normal que la oposición pida consenso, como es normal que Margarita Stolbizer pida un gobierno de concertación, así como un turista poco seguro del clima toma un seguro de nieve. Si la oposición estuviera en el poder con mayorías confortables o Margarita estuviera primera en los sondeos o el turista no dudara del clima, ninguno pediría lo que hoy exige.
En democracia decide la mayoría. Es tal vez injusto pero es la injusticia menos injusta que se ha encontrado hasta el momento.
Saludos cordiales,
r.

3 noviembre 2010, 16:19 pm

Rinconete says

alberto

No conozco el episodio de la patada en el pecho de Fontevecchia, pero no me parece que sea una iniciativa del gobierno, algo que lo califique como sí lo califica la nueva Corte, la AUH, la ley de medios, el matrimonio gay, su alianza con la CGT, los dibujos del INDEC o el hecho de que aún falta llegar a 2 millones de beneficiarios de la AUH.

Los episodios como el de Fontevecchia son hechos tan criticables como menores, que han ocurrido en casi todos nuestros gobiernos y no ponen en riesgo las instituciones.

Elisa Carrió sostiene en televisión que la gente quiere matar a la presidenta y que le piden que la derrumbe. Es un comentario deplorable y que habla más del contexto político argentino que la patada a Fontevecchia, pero no es el preludio a nada. Además de decir horrores y pronosticar lluvias de fuego, Carrió se presenta a elecciones, acepta el veredicto de las urnas, reconoce en los hechos las prerrogativas del Ejecutivo y lleva adelante su tarea de diputada. Insisto, me parece deplorable y la voy a castigar de la manera más extrema: retirándole mi voto y burlándome de ella en cada cena familiar.

Cien mil personas velaron a un ex-presidente diez años después del colapso terminal del ¨que se vayan todos¨. No hubo ninguna escena de violencia, no se palpó a nadie en la entrada, no se requirió la presencia policial que se hubiera requerido en otras épocas o en otros países.

La lectura de ese episodio hecha por ciertos medios es que los jóvenes militantes profirieron ¨gritos de guerra¨ y que los ¨dedos en V¨ de Máximo Kirchner evocan “aquellos traumáticos años 70″, o que la república está en peligro ya que no se invitó al vicepresidente al velorio.

Nuestro país, prolífico en catástrofes, matanzas y finales de presidencias en llamas, parece poder prescindir por una vez de esas calamidades. Eso no parece conformarnos y actuamos como señoras gordas asustadas por nimiedades cada vez más irrelevantes.
3 noviembre 2010, 18:13 pm

alberto says

Rinconete que vos determines lo que es importante o no para calificar al gobierno es como mínimo pedante, argumentativamente es risible. Estamos hablando de otra cosa, hechos de violencia concreta (de los cuales vos negaste su existencia diciendo que lo que hay es “teatralización de la violencia”) que se sustentan en un discurso que hace uso y abuso de la violencia simbólica, donde el que no está de acuerdo es automaticamente ubicado en la categoría de enemigo de la democracia, golpista, destituyente, antipatria y otras categorias deplorables.

Que ante el hecho concreto de un escrache con amenazas a periodistas de radio Continental cuando salían del trabajo el mismo día del velorio, a unos cientos de metros del lugar donde algunos cantaban consignas violentas contra los que se oponen al “modelo” , vos digas que no hubo ninguna escena de violencia ya no suena infantil sino cómplice ante la insistencia.

Ya que no conocés el episodio de la patada te dejo el link, sin duda no es una iniciativa del gobierno, nunca fue publicada en el boletín oficial, esa noche Néstor Kirchner no tenía idea de que D’Elía iba a “recuperar la plaza” de los “gorilas destituyentes” que la habían ocupado y tampoco tenía idea de dónde estaba la policía. Tus constantes referencias históricas absolutamente descontextualizadas y banalizadas parecen mucho más propias de la categoría de señoras gordas, una categoría que dice mucho más de quienes la utilizan que otra cosa.
http://www.perfil.com/contenidos/2008/03/26/noticia_0002.html
4 noviembre 2010, 20:44 pm

Javier says

Rinconante, yo no tengo problema en que el gobierno haga lo que está a su alcance dentro del marco institucional para llevar adelante su agenda. Mi temor es que de tanto insultar a los que piensan distinto y de tanto presentarlos como enemigos del interés popular, muchos terminen creyendo que con tal de vencerlos está justificado violar o cambiar un poco las reglas, como ya ha venido sugiriendo más de uno. Si respetar la regla de la mayoría fuese condición suficiente para estar dentro de los demócratas respetuosos de las instituciones, Hitler estaría dentro de este grupo.
4 noviembre 2010, 21:15 pm

valentín says

No tengo problema con el presidencialismo, sino con un sistema muy original que inventó NK. Lo podríamos llamar el “diputadoismo”. En él un diputado es obedecido y temido por los ministros, intendentes y gobernadores.

NK se dedicó a hacer alianzas ,o dicho de otra manera a rosquear. Consiguió el apoyo (aunque débil) de tipos como Sabbatella hasta Ischi, de Pedraza hasta media CTA, de organismos de DDHH hasta Menem. Eso se consigue con carisma, con dinero en el bolsillo, y con poder para amenazar y castigar. ¿Qué tiene que ver eso con el presidencialismo?
5 noviembre 2010, 2:09 am

Rinconete says

alberto

Si determinar lo que es importante o no para calificar al gobierno es risible, podemos reírnos todos ya que, justamente, es lo que todos hacemos. Marcos al escribir un artículo y vos y yo al comentarlo.
En un país como el nuestro, generoso en calamidades, en donde los dos últimos gobiernos terminaron su mandato prematuramente con muertes a manos de las fuerzas de seguridad, precedidas por un inútil estado de sitio en el caso de De la Rúa y por una operación mediática desde el gobierno en el caso de Duhalde, sostener que lo significativo del velorio de Kirchner fueron las ¨escenas de violencia¨ es sorprendente.
No digo que necesariamente seas vos, pero uno de nosotros dos vive en otro planeta.

Javier

Escribí que en democracia decide la mayoría, lo que excluye tanto a Hitler como a Atila que no gobernaron una.

Los hipérboles no son monopolio del oficialismo. La oposición denuncia cada mañana nuevas intenciones satánicas en cada gesto oficial, Solanas antes de descubrir que Kirchner fue un presidente valiente sostenía que era un traidor a la Patria, Carrió decía que era peor que Ceaucescu y que el kirchnerismo es un nazismo sin campos de concentración.

Es lamentable, pero no tiene nada de extraordinario. Según su oposición más extrema, el objetivo de Obama con la reforma sanitaria era practicar abortos y eutanasia a gran escala. El partido popular sostuvo que Zapatero era socio de ETA, una acusación que en España es solo un poco menos grave que la de haber matado a Cristo.

Unos y otros, además de hacer declaraciones desaforadas, no dejan de respetar las instituciones.
Apoyo el gobierno por las iniciativas que ha llevado a cabo en estos años (la Corte, los juicios por DDHH, la AUH, la ley de medios, el matrimonio gay, el aumento a los jubilados, el fin de las AFJP), no por su estilo, que en el fondo me da igual.

Lo relevante, lo que va a quedar, lo que cambia la vida de los ciudadanos, es lo que cada oficialismo hace en el tiempo que le tocó gobernar, sus iniciativas, sus leyes, no sus formas o estilos.

Un Alfonsín crispado, partidario del paradigma amigo-enemigo, fue quién llevó adelante el juicio a las juntas. Se llevó puesta la ley de autoamnistía de la dictadura (esa que varios juristas decían que era la norma más benigna, que derogarla era una mala señal…), definió como asesinos a personas aún no juzgadas, es decir inocentes y denunció un pacto militar-sindical sin prueba alguna. Si nos detuviéramos en las formas como solemos hacerlo con cada acto de gobierno kirchnerista, Alfonsín sería indefendible, mientras que Luder sería el hombre del consenso, de la mesura, de las formas. Quién sostenía que la autoamnistía era inderogable y que convenía unir y no dividir, olvidar viejos desencuentros y mirar hacia adelante.

Hoy no recordamos esas crispaciones como un hecho relevante sino a la iniciativa, el juicio, como algo fundante.

Saludos
r.

5 noviembre 2010, 9:04 am

Marcos Novaro says
Estimados, el debate me parece se pone interesante. Algunas diferencias de criterio entre lo que dice Rinconete y lo que había escrito yo, o lo que le contestan Alberto y Javier podrían suavizarse considerándolas “acentos”. Otras claramente no. Vemos algunas cosas de modo radicalmente distinto. Y el problema se complica porque además hablamos de “hechos” distintos. Mejor atengámonos un poco a algunos hechos duros, contundentes, a ver si podemos, si no ponernos de acuerdo, al menos encontrar un terreno común y aprender algo de lo que el otro dice.

Las Farc y Chávez no son lo mismo, claro. Pero llamar a lo de Chávez “democracia imperfecta” es forzar las cosas más que asociarlo con las Farc, a las que ha dado unos cuantos apoyos. Si Venezuela no es una tiranía, es por lo menos un régimen híbrido, en mucho similar al del primer peronismo, porque el estado se ha partidizado, las reglas electorales se cambian para que gane el gobierno aun cuando pierda la mayoría de los votos, en suma, para que no haya posibilidad de alternancia.

Argentina no es Venezuela, sí es una democracia imperfecta, y la discusión es si el kirchnerismo la está haciendo mejorar o empeorar. Pero además la “hipótesis de la chavización” está dando vuelta: creo que Rinconete tiene razón en señalar que ni la violencia ni los desequilibrios institucionales han llegado a niveles que no sean “reparables”, pero no estaremos en ese camino? No terminaremos pareciéndonos más y más a Venezuela?

Si uno cree que el chavismo no es un orden deseable y que de tener las manos libres y la oportunidad, Cristina nos llevaría en esa dirección, entonces tiene motivos para temerlo y tratar de evitarlo. Si a uno le gustaría que eso pasara entonces tratará de empujar para que esa oportunidad exista y se aproveche. Eso es lo que creen muchos kirchneristas entusiastas, por ejemplo Bonafini, aunque no todo el kirchnerismo, ni siquiera la mayoría. Si Cristina está en esa o no, para mí es un misterio, pero no lo descarto, al menos lo descarto en menor medida que en tiempos de Néstor. En el medio hay muchas otras posturas, están quienes piensan que la chavización no es posible, o no saben bien si sería buena o mala, o no saben bien qué es lo que quieren. Me da la impresión que Rinconete está en alguna de estas variantes, decime si me equivoco.

Si es así lo que sí reprocharía a Rinconete es que disimule, minimice o directamente ignore los aspectos que son más claramente criticables del actual gobierno, para convencerse (y convencer a otros) de que no hay nada de qué preocuparse, o de que todo va a salir bien porque la cordura por sí misma va a imponerse, o cosas por el estilo. Una cosa es decir “hay un problema de violencia, pero está acotado y hay motivos para esperar que no se desboque”, y otra decir “preocuparse porque funcionarios oficiales y referentes del gobierno insulten a los opositores y alienten abierta o solapadamente a que los golpéen si los encuentran, es una tontería, es de viejas gordas”. Me parece que los argumentos de Rinconete fueron más bien del segundo tipo y por tanto cuestionables y reveladores de una inconsistencia lógica: ves el problema, no podés ignorarlo ni explicar racionalmente por qué sería poco relevante, y tampoco justificarlo porque no sos un fanático, entonces lo descalificás y descalificás a quienes lo señalan para no preocuparte, ni que el asunto ensucie tu buena conciencia.

Aparte: defender la “falta de represión policial” por parte de este gobierno (salvo en Santa Cruz, curiosamente, donde los palos están a la orden del día) es no entender por qué usó y sigue usando sistemáticamente la violencia social, ni por qué le cabe una responsabilidad política en el crimen de Ferreyra; diferenciar a un Moyano responsable de sus trabajadores de un Pedraza mezquino y corrupto es risible, y el problema no es que los Kirchner “no frenaron” a Pedraza, sino que lo alimentaron sistemáticamente, cosa que también hizo Menem, efectivamente, pero al menos le sacó alguna reforma a cambio, y decir que lo hicieron en igual medida los radicales es además de falso, recurrir al incómodo “mal de mucho, consuelo de ….”, por último, suponer como hacés en tu referencia a Stolbizer que los opositores harían lo mismo que los K si tuvieran el poder es históricamente falso, cuando tuvieron el poder fueron mucho más democráticos que esta gente, y de nuevo, “mal de muchos….”.
Saludos.
5 noviembre 2010, 10:06 am

Rinconete says

Marcos

Volvemos una y otra vez sobre la violencia verbal y física. Su asimilación o, al contrario, su separación como dos realidades diferentes, definen el tipo de opinión que nos genera el gobierno.

Creo, como escribió Eduardo Fidanza (http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1317858) que el peronismo, como movimiento nacido desde el Estado, ha sido más un amortiguador que un generador de violencia. Su paradigma es la Comunidad Organizada, no el Hombre Nuevo de Pol Pot.

Políticamente el kirchnerismo se inscribe dentro de esa matriz, con agregados ¨exógenos¨ que le han permitido incorporar la AUH (que contradice el paradigma peronista del trabajo como única solución a la exclusión social) o incluso el matrimonio gay.

Con respecto a la seguridad y la represión policial, el kirchnerismo fue marcado por la muerte de Kostecky y Santillán, lo que generó la decisión de no reprimir la protesta social (llegando incluso Kirchner a ordenar que la policía fuera desarmada, lo que implicó la renuncia de su primer ministro de Justicia). Es una gran decisión, en fase con la opinión pública que más allá del fastidio que le genera los piquetes, no tolera la violencia explícita (la muerte de Ferreyra así lo demostró).

Con respecto a Pedraza, el gobierno tiene sin duda la responsabilidad política de no haber avanzado en esta capa geológica mafiosa. Quisiera, como lo escribí, que hubiera avanzado en este frente como en tantos otros. Probablemente lo haga ahora. Pero asimilar a Pedraza con Moyano como si todo gremialismo fuera lo mismo es tan risible, para retomar un término tuyo, como sostener que todos los políticos son chorros, inútiles o malvados.

Retomando el artículo de Fidanza (referido justamente a la muerte de Ferreyra): ¨¿Cómo se ubican los Kirchner en esta saga? Al menos hasta ahora, y que yo sepa, juegan con fuego sin quemarse. Usan la jerga agresiva de Perón, pero no puede atribuírseles ni un rasguñado. Los arrebatos discursivos de Néstor y Cristina, los exabruptos de Hebe de Bonafini y el empujón de D´Elia a un ruralista forman parte del psicodrama político argentino, no de su tragedia.¨

Volviendo a Stolbizer, no escribí que si ella estuviera en el gobierno haría lo mismo que lo que hoy critica. Dije que si estuviera primera en las encuestas, como Dilma en Brasil, no estaría proponiendo un gobierno de concertación sino que, como Dilma, prepararía sus equipos para gobernar.

El clima de crispación que vivimos, de piña a un ruralista, de pedidos de muerte a la presidenta, de traidores a la Patria y de discursos afiebrados, hablan de un contexto político que tiene más que ver con decisiones de fondo que tomó el gobierno que con las formas.

Mariano Grondona critica la hegemonía del ejecutivo kirchnerista y defiende al congreso como última valla contra la tiranía mientras que veía en Menem un político de raza que garantizaba la gobernabilidad contra la politiquería parlamentaria.

La diferencia entre ambas apreciaciones son las políticas llevadas a cabo por ambos ejecutivos, no las formas.

Focalizar en los estilos, tanto del gobierno como de la oposición, es dejar pasar lo que realmente va a perdurar, las iniciativas políticas.
Saludos,
r.
5 noviembre 2010, 14:52 pm

alberto says

Rinconete

Lo que es risible es que pretendas imponer unívocamente los parámetros sobre los cuales se debe medir a un gobierno, lo que lo califica y lo que no, y desestimes cualquier análisis ajeno simplemente porque no figura dentro de tu jerarquía de sentido.

Yo jamás sostuve que “lo significativo del velorio de Kirchner fueron las ‘escenas de violencia’”, eso es propio de tu argumentación en términos de absolutos, lo que te llevo a hablar de que no hay violencia sino “teatralización de la violencia” lo cual es desmentido por la realidad. Luego dijiste que en el velorio “No hubo ninguna escena de violencia” cuando a los cánticos contra los enemigos del modelo lo sucedió un escrache con amenazas a periodistas de radio Continental.

“Si nos detuviéramos en las formas como solemos hacerlo con cada acto de gobierno kirchnerista, Alfonsín sería indefendible”
Si hay algo que estimuló este gobierno, sobre todo insistió 678 durante meses, fue la idea de que Alfonsín era un político que confrontaba, repitieron hasta el cansancio el discurso en la Sociedad Rural y la idea no era que eso lo hacía “indefendible” sino que precisamente eso lo hacía defendible y lo ponía en una praxis política que lo acercaba a Néstor Kirchner, a la vez que instalaban la idea de que hasta la llegada de Kirchner nadie había hecho nada por los derechos humanos, el Juicio a las Juntas fue invisibilizado y negado hasta hacerlo inexistente.

No tengo certeza de en qué planeta vivís, pero descalificar a quien cuestiona tus inconsistencias lógicas parece bastante humano por lo que supongo que estás con el resto de nosotros los mortales.

5 noviembre 2010, 15:25 pm

Rinconete says

alberto

Vos argumentás algo, yo otra cosa. No me queda claro en qué parte intento imponer algo.

Volviendo a uno de nuestros temas, insisto en que el hecho que 100.000 personas hayan participado del velorio de un ex-presidente 10 años después del ¨que se vayan todos¨ es un hecho político mayor y auspicioso. Además que, a 10 años de las 30 muertes de De la Rúa y a 7 años de las de Kostecky y Santillán, la violencia que tanto te preocupa se traduzca en una patada y en consignas como ¨ni un paso atrás¨ o ¨hasta la victoria siempre¨ es una mejora significativa.

No logro entender tu referencia a 678. No se qué piensa el gobierno o que piensa Barone de Alfonsín y la verdad es que no me quita el sueño. Como te dije antes apoyo al gobierno por la mayoría de sus iniciativas, no por todo lo que dice o piensa o por lo que dicen o piensan periodistas oficialistas.

Mi argumento es que el mejor Alfonsín fue un político que usó el paradigma amigo-enemigo, que crispó la sociedad con su elección de juicio e impuso un nuevo paradigma. Quién representaba la mesura, el diálogo y el consenso en ese momento y en ese tema, era Luder, que incluso argumentaba que la amnistía de los militares no tenía vuelta atrás.

El ejemplo apunta a señalar que si miráramos a ese Alfonsín con los ojos que critican cada iniciativa del gobierno no por el fondo sino por la forma ¨crispada¨, ¨avasallante¨ o ¨confrontativa¨ no pasaría la prueba ácida. Prueba que sí sortearía Luder.
5 noviembre 2010, 17:52 pm

Rinconete says

valentín

Recién leo tu respuesta a mi comentario.
Escribís: ¨ NK se dedicó a hacer alianzas ,o dicho de otra manera a rosquear (…) Eso se consigue con carisma, con dinero en el bolsillo, y con poder para amenazar y castigar. ¿Qué tiene que ver eso con el presidencialismo?¨

Efectivamente rosquear, amenazar y negociar no tiene que ver necesariamente con el presidencialismo, sino con cualquier sistema político colegiado. Mi referencia al presidencialismo iba en respuesta a una crítica tuya en la que lamentabas que Kirchner centralizara las decisiones importantes.
Volviendo a la ¨rosca¨, a las promesas y a las apretadas a legisladores, es la manera en la que cualquier ejecutivo de democracias de masa resuelve el voto de leyes o el apoyo a iniciativas con su mayoría parlamentaria o con eventuales aliados.

El Estado norteamericano es generoso en repartija de fondos federales para convencer a senadores reticentes, así como la Concertación chilena, un modelo de mesura, fue impiadosa con sus legisladores más autónomos.

El parlamento no es una burbuja en la que cada legislador vota con la exclusiva presión de su propia conciencia. Los jefes de bancada, el Ejecutivo, los medios, los empresarios, la Iglesia o sus votantes lo presionan a través de amenazas, premios y castigos.
8 noviembre 2010, 10:32 am

Marcos Agustín says

Estimados, me resulto muy interesante todo lo que escribieron, se puede aprovechar mucho para pensar la realidad. Porque sobre todo Rinconete, mantiene buenas maneras para argumentar, más claro, se muestra como el más civilizado de la discusión.
Sus buenas e inteligentes formas de argumentar revelan una contradicción con su idea de “lo relevante no son las formas”. Si en esta discusión nos beneficiamos por las buenas formas, porque no podemos pensar que en una democracia nos beneficiaríamos por lo mismo.
Me parece que el punto de la discusión es la disyuntiva; lo más importante en un democracia moderna es: ¿quién gobierna? o ¿cómo gobierna? Pienso que hay muchas personas actualmente que como creen que gobiernan sus afines ideológicos (o por lo menos los enemigos de sus enemigos) les perdonan todo, del otro lado pasa lo mismo, y no le perdonan nada. Siguiendo el razonamiento le daría la razón, por lo menos en parte, a Marcos. Pero aclarando que al parecer llega a ella por mal camino.
10 noviembre 2010, 14:29 pm

Rinconete says
Marcos Agustín

Gracias por tus elogios pero en realidad valoro los argumentos inteligentes más que las buenas formas.
De la misma manera sostengo que así como lo relevante en una discusión son los argumentos más que el estilo, lo relevante de un gobierno son sus iniciativas políticas.
Creo también que no soy el único que piensa de esa manera e incluso sospecho que mayoritariamente la gente piensa así.

Los medios que hoy describen a CFK como una desaforada ávida de poder, saludaban a Menem como un político de raza que aseguraba la gobernabilidad frente a la politiquería del congreso o el desenfreno de los gobernadores. Saludaban a energúmenos como Cavallo o Lopez Murphy por avanzar sin perder tiempo con sus cirugías mayores mientras que hoy exigen consenso y diálogo con la oposición para cada decisión de gobierno.

La discrecionalidad del ejecutivo era sinónimo de buen gobierno mientras que hoy es sólo corrupción y desmanejo.

La diferencia no está en el estilo, presidencialista, de mesa chica, binario en ambos casos, sino en las políticas que les eran afines en el gobierno de Menem y no les son afines en el de CFK.
Pensar que el estilo de maestra Siruela de la presidenta, sus discursos encendidos o el paradigma amigo-enemigo (una tradición nacional) son las causas de que gente seria como Santiago Kovadloff o Luis Alberto Romero escriban lo que escriben sobre el gobierno, es subestimar su inteligencia.
Saludos,
r.
11 noviembre 2010, 10:06 am

Marcos Novaro says

Estimado Rinconete, la alusión a Mariano Grondona te delata: solito establecés un paralelismo entre él y vos, a él le gustaba Menem y entonces le perdonaba cualquier desprolijidad, y lo mismo hacés vos con los que te simpatizan. Volvés además con la referencia a Pedraza y su supuesta diferencia con Moyano, que yo sepa hay más muertos en las internas de negocios y poder de camioneros que en la de ferroviarios, que son nenes de pecho al lado de lo moyanitos. En qué fundás tu afirmación de que el “error” en todo caso de los Kirchner fue “no avanzar en contra” de la mafia sindical? Es una petición de principio, en la que hay que creer, como hacés vos, o no creer? No hay algún tipo de información en que basarse? Por ejemplo, lo que se hizo con negocios del transporte, de los APE, de ls medicamentos, de las elecciones gremiales? El problema me parece es más general: es un estlo de discusión, que me perdonará Agustín pero tiene poco de elegante y mucho de maniqueo e ideológico, no discutir hechos sino supuestas intenciones y virtudes morales. Yo no creo que vos ni ningún otro kirchnerista tenga ningún defecto moral, al menos no ninguno que no tenga ningún otro de nosotros. Simplemente creo que o no ven los hechos o prefieren ignorarlos, en cualquier caso por una petición de principio, este es “un gobierno popular”, y los otros políticos “no lo son”. No es que yo no crea, trato de ser menos ideológico y discutir hechos. Saludos
14 noviembre 2010, 20:34 pm

alberto says

Rinconete, vos decís que no hubo ni hay violencia sino “teatralización”, te menciono un caso concreto que desmiente tus dichos y otro que desmiente tus dichos en un contexto más reciente (en el velorio “No hubo ninguna escena de violencia” ). Esto supone que tu afirmación es falsa, en lugar de rectificar tu posición insistís haciendo una valoración del grado de violencia contando muertos con vagas referencias históricas, ciegamente reafirmás el error en lugar de revisar la falacia y me decís lo que opinás del velorio comparado con el “que se vayan todos” (¿?) como si tuviera algo que ver con algo de lo que se está discutiendo: es “sólo” violencia simbólica, como afirmaste falazmente, o lleva a violencia física, palpable. Te mencioné dos casos concretos que deberían llevarte a repensar tus categorias de análisis de la violencia y tus afirmaciones concluyentes, ya no espero que lo hagas sobre la base de lo que sigue a continuación:
Siguiendo tu argumentación lo mismo podriamos decir de Kosteki y Santillán, a la vista de los 30 mil desaparecidos ellos dos tampoco son gran cosa, y lo de Fuentealba también es una “mejora significativa” con respecto a Kosteki y Santillán, estás muy cerca de la argumentación de quienes le quitan importancia al genocidio sobre la base de las cifras de la Conadep, tu discurso deja de funcionar sobre la base de falacias para hacerlo como una solapada justificación de la violencia (que además no existe como insistís), es miserable lisa y llanamente.
Desde mi punto de vista no tiene sentido debatir nada más, te dejo con tus argumentos inteligentes, saludos.
14 noviembre 2010, 21:31 pm

Marcos Novaro says

Ah, me olvidaba de la referencia a la nota de Fidanza, “El karma de una sociedad embrutecida”, que a mí me pareció, contrariamente, lo peor que se escribió sobre el tema del asesinato de Mariano Ferreyra. Que un crimen en el que hay responsabilidades políticas directas y claras se quiera atribuir al estado de toda una sociedad me parece un despropósito, que lo haga un sociólogo que se supone es analista político me pareció aun peor. También me pareció muy floja su referencia a la ajenidad entre peronismo y violencia, no porque crea lo contrario, que la violencia en esta sociedad se deba al peronismo, que sin él seríamos un mar de armonía. Pero pasar por alto que entre los sesenta y setenta se instaló una fórmula política en el peronismo que permitiría que poco después, según una cruda pero gráfica expresión, hubiera peronistas de los dos lados de la picana, es un claro error de Fidanza, que se vuelve aun más problemático en el presente, en que el oficialismo reivindica ese peronismo (y lo mismo hace Moyano, aunque en su caso no se sabe qué lado de la picana es el que reivindica), y se apela al mismo formato de “violencia social” en detrimento de la “violencia estatal”, que supuestamente sería contraria a la democracia y la política popular porque es por definición represiva. Esta es la fórmula que está en la raíz de la muerte de Ferreyra, la que justifica que un piquete se frene con una patota. Quién hizo posible que esto se legitime? Magoyita? Lo hizo hablando, convocando a los “movimientos sociales a defender al gobierno nacional y popular” y actuando, “sacando a la policía y quitándole su responsabilidad”, para que Anibal Fernández pueda decir “no nos hacemos cargo”. Un irresponsable como este necesita de muchos otros irresponsables que ignoren los hechos. De eso trata esta discusión.

Por último, y dale con la idea de que Stolbizer haría lo mismo que Cristina si pudiera. De nuevo, en qué hechos te basás para que lo que decís no sea simplemente una “petición de principio”? Si es en algún hecho de la historia sería bueno que lo especifiques. Por lo que se sabe de los gobiernos radicales, estando en minoría en general negociaron en el Congreso. Digamos, Alfonsín después del 87, con los renovadores y al final con Menem. Fue institucionalmente responsable, tal vez se equivocó en muchas decisiones, peo no planteó las cosas en términos de “se hace lo que queremos o el incendio”. Dónde está el crispado que polarizó la sociedad? El estilo de decir y repetir lo que uno cree y quiere que los demás crean hasta que parezca que tiene asidero es muy K, es lo que hace todas las mañanas Aníbal Fernández por las radios. Sería bueno que en discusiones que pueden ser más amenas te abstengas Rinconete de imitarlo.
14 noviembre 2010, 21:40 pm

Marcos Agustín says

Voy a insistir con la idea de la importancia de las formas en una democracia. Claramente Rinconete expone su idea de que las formas que utiliza la política son un tema menor. Los demás participantes de la discusión opinamos que el descuido de las buenas formas por parte del oficialismo es un tema no menor, que merece análisis. El oficialismo, por su parte, pretende mostrar como virtud su descuido por las “buenas formas”.
El problema de Rinconete es que se saltea un paso en su análisis, lo que le obliga a una excesiva simplificación de las motivaciones que le atribuye a las iniciativas políticas (tanto oficialistas como opositoras) y a la sobrevaloración de las reales posibilidades que tiene el oficialismo de llevarlas a cabo independientemente del juego de los demás actores sociales.

Mi tesis es que debemos juzgar al oficialismo por la calidad de las ideas que propone, o impone, al conjunto de la sociedad. Además sostengo que en una democracia las formas pueden hablarnos más claramente de estas ideas que las iniciativas.

Las formas que utiliza el ejecutivo para relacionarse con los demás poderes nos habla a las claras de la idea que tiene sobre la democracia. Sería ingenuo pensar, en un régimen presidencialista como el nuestro, que estas formas utilizadas son consecuencia del estado o las actitudes del poder judicial y legislativo. Lo que justificaría, dado la situación actual, que el ejecutivo intente avasallar al resto de los poderes.
Es difícil reconocer en los medios de comunicación las características que le atribuyen el oficialismo. En cambio, es más fácil pensar que el monstruo clarín responde a las ideas de confrontación continua del kirchnerismo. Es claro que en su lógica el enemigo, al que se puede imputar todos los males, o por lo menos todas las culpas por las no soluciones, juega un papel fundamental.

Se puede pensar que las malas formas atacan a la raíz de la democracia. O se puede pensar, con Rinconete, que las malas formas son una especie de mal que contribuye al bien. Esta última idea, puede llevar a despreciar las demostraciones de malas formas por superfluas. Pero en realidad esta actitud se explica por la creencia de que las malas formas son una faceta necesaria de la política. Entonces, si la buena política tiene necesidad de las malas formas, las malas formas no serían, realmente malas, sino que serían una parte necesaria de la dialéctica de la política.

Mi tesis se demuestra si en un acto de sinceridad Rinconete nos reconoce que esta de acuerdo con el accionar de Guillermo Moreno en el directorio de la empresa papel prensa o en el INDEC.

El pensamiento dialectico en su faceta violenta atenuada, Rinconete, es lo que continua dominando le mente de tu generación. Esto suponiendo que en la década de los setenta tuviste suficiente edad como para asimilar ideas de tu contexto, y que has podido conservar hasta hoy de manera acrítica. Esto explicaría tu sorprendente desprecio por “las formas” en una democracia.
15 noviembre 2010, 0:47 am

Rinconete says

Marcos

Gracias por refutar lo que nunca sostuve.

Insisto, nunca dije que Stolbizer haría lo mismo que Cristina si sorprendentemente estuviera en su lugar. Dije que si Stolbizer estuviera primera en las encuestas con una probabilidad alta de ganar las próximas elecciones presidenciales, no estaría proponiendo un extraño gobierno de concertación sino que estaría eligiendo sus equipos de gobierno.

Alfonsín, cuando tuvo mayorías confortables, avanzó con su agenda mientras que cuando se quedó sin votos negoció. Es lo que hacen e hicieron los terribles kirchneristas, en particular el de Cristina, aunque uno te resulte más aceptable que los otros.

Mariano Grondona aplaudió a Menem por sus políticas y yo lo critiqué por lo mismo, no por su estilo, que era un tema menor. Hoy Grondona dice criticar a Kirchner por su estilo, pero en el fondo (como yo con Menem) lo que critica son las políticas.

Vos señalás que eso hace que yo le perdone ¨cualquier desprolijidad¨ al gobierno. Todo depende de la definición de ese término. Si la desprolijidad convive con el respeto a la ley y la constitución, no tengo inconveniente. No soy un obsesivo de la letra chica y me obsesiona más la inequidad que el respeto irrestricto a todo reglamento.

Por último, no critico intenciones. Me dan igual, se las dejo a los curas o a los analistas de nuestros gobernantes. Si Kirchner relanzó los juicios por terrorismo de Estado por oportunismo, por convicción o porque erróneamente creía que eso le iba a permitir invadir Polonia, es irrelevante frente al hecho en sí. Si Cristina decretó la AUH o lanzó la ley de medios por razones satánicas o angelicales, da igual.
Enuncié muchas de las iniciativas por las que creo que este gobierno merece mi apoyo, nunca hablé de intenciones.

No entiendo el final de tu último comentario. Me reprochás repetir aquello en lo que creo, ya que eso sería una terrible actitud K. No dudo que eso hago, repetir argumentos alrededor de mis ideas. Pero eso es también lo que vos hacés, con tus obsesiones de gritos de guerra, matones sindicales y gobierno violento. No critico que lo hagas, si esa es tu visión apocalíptica es razonable que intentes alertar a la sociedad. No me atrevería a compararte con Anibal por eso.
Saludos,
r.
15 noviembre 2010, 18:11 pm

Rinconete says

alberto

Creo que con un poco más de tiempo me podrías acusar de defender el holocausto.

Sostengo que como sociedad es un hecho relevante que a 10 años del rechazo frontal a toda la clase política, de implosión política, cien mil personas se hayan congregado para darle un último adiós a un ex-presidente. Es un dato objetivo, como la patada a Fontevecchia, pero a diferencia de la patada, cien mil personas haciendo cola, mostrando su dolor, entrando en la Rosada sin controles y sin policía visible, llegando a pocos metros de la presidenta que incluso abrazó a muchos de ellos me parecen un dato relevante que habla de un cambio de paradigma notable. La patada me parece un tema más puntual y que no define un hecho de la escala del otro. Probablemente en los manuales de historia futuros se hable de uno de los hechos y no del otro. Aunque no descarto que mi oficialismo incentive mi ceguera.

Con respecto a Kosteki y Santillán, fue una muerte anunciada. El gobierno, nacional y provincial, con la ayuda de los medios (en particular Clarín) instalaron la idea de que los piqueteros venían ¨por todo¨, que estaban armados y que había que pararlos a como diera lugar. Incluso luego de que fueran asesinados por la bonaerense, el poder político siguió apoyando la tesis del enfrentamiento ¨entre piqueteros¨.

Fuentealba es la víctima de una policía a la que el poder político envía a reprimir con armas de fuego.

La relevancia de estos crímenes tiene que ver con la actitud del poder político, de incentivarlos antes el hecho e intentar cubrirlos luego.

Nada de eso es comparable a la patada de Fontevecchia o a los supuestos gritos de guerra que Marcos escuchó en el velorio de Kirchner.

Pero, insisto, me puedo equivocar y no detectar los signos evidentes de una nueva época de violencia política.
Saludos,
r.
15 noviembre 2010, 18:34 pm

Marcos Novaro says

Como lo veo yo, a pesar de las vueltas algunas cosas van quedando en claro. Afortunadamente Rinconete no insistió con la supuesta diferencia entre Pedraza y Moyano, ni con la peculiar descripción que había hecho del “error” del gobierno en la materia como una “demora en meter mano en ese poder geológico” que supuestamente habría heradado así como lo conocemos y no supo bien cómo enfrentar. Tampoco se animó a desdecirse pero bueno, no se puede conseguir más que eso. Tampoco recogió el guante de Marcos Agustín para que identificara “formas menores” con hechos concretos por todos conocidos, como Moreno en el Indec, pero en algún modo lo hizo al insistir con su descripción de las exequias: una patada a Fontevecchia no va a pasar a la historia, no debería, así que se justifica no hablar de ello, eso es claramente para él “menor” y agrega, olvidable, porque la historia no debería recordarlo, y sí recordar la “fiesta popular”, lo que hacían las buenas gentes que abrazaban a Cristina. Que fueran los mismos que habían estado insultando y pateando afuera no importa. Sería bueno que siguiéramos precisando hechos y evitar discurseo inútil. Otro “hecho” al que alude Rinconete es Kosteky y Santillán, según él asesinados porque el gobierno de Duhalde con la ayuda de Clarín instalaron la idea de que los piqueteros venían por todo. Se olvida de otro hecho: si el crimen se esclareció fue, cosa curiosa, por una foto de Clarín. En qué quedamos? Sigamos: dice Rinconete que le preocupa “más la inequidad que el respeto de cualquier reglamento”. Este gobierno, después de disfrutar de condiciones infinitamente mejores que las que sufrieron todos los gobiernos en los cien años anteriores, nos deja el mismo porcentaje de pobres que Menem en su peor momento, a fines del segundo mandato, más o menos un tercio de la población, realmente le interesa la inequidad a alguien en el kirchnerismo? Son tan inútiles que con la cantidad de guita que hay no pueden resolverlo? Rinconete no lo ve, no lo quiere ver o nos va a hablar ahora de otra cosa, de lo que quiso decir pero no le quisimos entender porque siempre estamos queriendo ver el costado malo de las cosas, de tan negativos que somos, y no les dejamos disfrutar su fiesta, encima nos queremos meter a opinar y nos tienen que poner en nuestro lugar con “un hecho menor”, un par de insultos, unas pataditas. Decime Rinconete, qué otros temas menores tenemos que tragarnos? Seguí la lista así al menos sabemos a qué atenernos.
Saludos
15 noviembre 2010, 23:46 pm

Rinconete says

Marcos Agustín

Confieso que me perdí un poco con tu último comentario. Intentaré responder al menos lo que entendí.
¨Las formas que utiliza el ejecutivo para relacionarse con los demás poderes nos habla a las claras de la idea que tiene sobre la democracia.¨

Absolutamente de acuerdo. El de la Corte es un buen ejemplo. El gobierno atacó frontalmente a la Corte existente, un grupo colegiado mayoritariamente desprestigiado que había sido funcional a las políticas del gobierno menemista y que había sido respetado por la Alianza. Kirchner usó la cadena nacional para amenazar al Presidente de la Corte y el resto de los jueces con un juicio político. No fue respetuoso de otro poder sino que lo mostró frente a la ciudadanía como un reducto corrupto de escasa altura moral o profesional. El resultado fue objetivamente una mejor y más independiente Corte Suprema, aunque alberto o incluso vos podrían argumentar que si bien su ataque no fue ilegal tampoco respondió a las ¨buenas formas¨ que tu texto parece defender. Probablemente no lo harás ya que imagino que estás de acuerdo con el fondo de la cuestión, es decir llegar a una mejor Corte dentro del marco de la legalidad (A eso me refiero cuando digo que todos estamos más interesados por el fondo que por las formas).

La Corte es un gran activo de este gobierno, es algo que perdurará y que mejora nuestra vida ciudadana. Las quejas del jefe de gabinete o los exabruptos de una amiga del gobierno como Hebe (me adelanto a tus comentarios o los de Marcos) son irrelevantes, como bien lo señaló Zaffaroni.

Con respecto a la relación con el poder legislativo, este gobierno le ha dado una vida que hace tiempo no tenía, incluyendo el gobierno de Kirchner. Los debates son apasionados y sobre todo seguidos apasionadamente. El fin de las AFJP, la ley de medios, la ley de matrimonio gay, grandes iniciativas que el gobierno logró llevar adelante sin contar con mayorías propias logrando articular su base con mayorías circunstanciales son pruebas de una vida parlamentaria bastante intensa, no de un gobierno violento que desprecia al congreso.

¨Se puede pensar que las malas formas atacan a la raíz de la democracia. O se puede pensar, con Rinconete, que las malas formas son una especie de mal que contribuye al bien.¨ Creo que tenemos un problema semántico. Deberíamos definir ¨malas formas¨. Volviendo a mi ejemplo de la Corte, un purista mormón podría sostener que las ¨buenas formas¨ consistirían en haber mantenido la Corte existente, con el gran jurista Bubi Nazareno, en lugar de generar crispaciones con el poder judicial, amenazas y ¨malas formas¨ para cambiarla de cuajo. En ese caso, soy partidario absoluto de las ¨malas formas¨ (como, imagino, vos también).

No creo que Clarín sea un monstruo. Es una empresa con posición dominante que defiende sus intereses, como AT&T defendió los suyos cuando el Estado norteamericano la desmembró. Evitó que se modificara la ley existente, salvo a su favor. Eso habla tanto de su poder como del escaso poder político de las diferentes administraciones que fueron cajoneando proyectos más o menos similares al finalmente votado. Creo que la ley de medios es una buena iniciativa para la comunidad, fue discutida durante un año y votada con mayorías confortables. Si el gobierno la defendió por odio hacia Magnetto o por genuino sentimiento republicano, me es completamente indiferente.

En lo que respecta a Moreno, creo que la intervención del INDEC es una estupidez, como también lo de Fibertel. La compra de Papel Prensa me parece una historia siniestra, como la de Chacras de Coria o cualquier otro saqueo y asociación entre la mano de obra militar y el poder económico local. Frente a esa historia sangrienta, los guantes de box de Moreno no tienen entidad.

¨El pensamiento dialéctico en su faceta violenta atenuada, Rinconete, es lo que continua dominando le mente de tu generación.¨ Ahí me perdí…

Si ¨violencia atenuada¨ es respetar la ley y la Constitución, respetar el juego de las mayorías y el voto popular, soy sin duda un ¨violento atenuado¨.

Creo que estás obnubilado con las formas en el sentido más superficial del término. Insisto, no se qué entendés exactamente por ¨las malas formas¨.

Este gobierno, además de generarte cierto rechazo discursivo, desarmó a la policía frente a todas las protestas sociales, además de quejarse de la oposición, negoció y articuló con esta para votar leyes, además de quejarse de la Corte, permitió la mejor Corte de los últimos 50 años, articuló políticas con los gobiernos de la región e impulsó una instancia superior de resolución de conflictos. Además, aumentando el empleo fue disminuyendo el peso de los grupos piqueteros, por definición más antisistema que los sindicatos de trabajadores.

Son políticas que no tienden en absoluto a la violencia sino al contrario, a la contención de la violencia dentro del sistema democrático.
16 noviembre 2010, 0:12 am

Rinconete says

Marcos

Clarín ya tenía toda la secuencia del asesinato cuando publicó aquella maravillosa tapa de ¨La crisis causó 2 nuevas muertes¨. No hubo operación alguna, solo periodismo independiente.
No voy a insistir en diferenciar a Pedraza con Moyano. Que uno aumente su poder empobreciendo a sus agremiados y el otro enriqueciéndolos es un tema que imagino no representa una diferencia significativa para vos. Ya que vos sabés que son dos sindicalistas corruptos, violentos e impresentables, como todos los sindicalistas peronistas.

Tu análisis sobre la situación económica es de una gran profundidad: ¨Son tan inútiles que con la cantidad de guita que hay no pueden resolverlo?¨

¨Hay guita¨. Es muy bueno eso, su existencia no tiene nada que ver con las políticas del gobierno, son solo condiciones externas. Vilma Ripoll, Lopez Murphy o mi tía Chola hubieran generado los mismos recursos y acumulado las mismas reservas ya que ¨Este gobierno, (disfruta de) condiciones infinitamente mejores que las que sufrieron todos los gobiernos en los cien años anteriores¨. Es una especie de canto a la irrelevancia de la política. Cualquiera hubiera impuesto retenciones, congelado tarifas, negociado la deuda, sacado la AUH o eliminado la estafa legal de las AFJP si hubiera gozado de la misma alza de los commodities. Es lineal.

Menem tuvo su soja. Fue la venta de las joyas de la abuela y el crédito barato. El resultado fue que quebró el país.

Si por alguna extraña broma del destino Carrió fuera presidenta y Prat Gay fuera su ministro de economía, su plan económico consistiría (al menos hasta hace unos meses, ahora ya no se) en bajar las retenciones, compensar el déficit con ¨nueva deuda legítima negociada con los organismos internacionales¨ (sic Carrió) y esperar el famoso derrame que De la Rúa se fue a buscar en helicóptero. No ¨habría guita¨, pese a la soja.
Lo que define nuestras miserias o nuestros aciertos como sociedad es la política, esa que algo misteriosamente da el nombre a tu blog. No las condiciones externas tomadas como un hecho lineal (el concepto ¨hay guita¨ es francamente desopilante), ni las terribles fantasías que te generan los sindicalistas, los jóvenes militantes o las Madres.

Tus obsesiones describen una Argentina en donde los conflictos no se deben al enfrentamiento de distintos intereses y proyectos de país expresados por diferentes fuerzas políticas o factores de poder, sino a un gobierno desaforado que no respeta ¨las formas¨ y goza con la confrontación.
Es un poco escaso.
Saludos,
r.
16 noviembre 2010, 0:57 am

Marcos Novaro says

En mi opinión, a medida que las respuestas de Rinconete se han hecho más largas perdieron sentido y por tanto la discusión tiende a agotarse. Insistiré por última vez en atenernos hechos. La Corte es un hecho, sin duda, también lo es el desconocimiento de sus fallos en el tema de las jubilaciones y Santa Cruz. Moreno según Rinconete no tiene entidad frente a las atrocidades de papel Prensa. Pero además “lo del Indec es una estupidez”, de lo que se puede leer que es una estupidez del gobierno y otra de la oposición por exagerarlo. El Indec es la clave para gobernar sin presupuesto desde que llegó el Kirchnerismo, qué sentido tiene la afirmación de que Kirchner “jerarquizó el Congreso”. Eso sí que es una estupidez. Que reconozcas que Clarín hizo frnte a Kosteky y Santillásn “periodismo independiente” es en cambio un avance, que celebroy desdice la barrabasada que habías dicho antes. Pero volvés con la cuestión económica: que si se bajaran las retenciones no habría los enormes beneficios para los pobres que supuestamente se derivan de que este gobierno las ponga por las nubes, de economía nada, verdad: los países que exportan cereales y oleaginosas o no cobran retenciones o las ponern muy bajas, cobran otros impuestos, y es lo que proponen hacer las fuerzas de oposición, imitar a Mujica y a Lula, qué tiene que ver con todala perorata que largás sobre mis “obsesiones”. O te informás un poco más sobre lo que se discute en relación a las retenciones o por lo menos abstenete de dar cátedra. Lo mio fue escaso porque se trata de escribir cortito en estos blogs, lo tuyo fue largo y patético.

Por último, te arrepentiste de dejar el tema sindical y para repetir los argumentos de Wainfeld: Moyano consigue salarios más altos que Pedraza, luego Moyano es nac and pop y Pedraza neoliberal. Con ese argumento los trabajadores de sectores desfavorecidos por las políticas de transporte se vuelven los culpales de no conseguir mejores sueldos. Ya me cansé. Mejor dejemosló acá: no da para más y temo tu próxima perorata sea ya imbancablemente larga y hueca.
16 noviembre 2010, 12:57 pm

Rinconete says

Marcos

Me convenciste. En serio, no se que me pasó hasta acá.

Los conflictos de la Argentina se deben a un gobierno intolerante que con sus formas agrede al conjunto armónico de una república antes virtuosa, que neutraliza al congreso gracias a los dibujos de la armada Brancaleone del INDEC y que amenaza a la Corte con improperios y cuchufletas.
La oposición busca combatir la injusta matriz impositiva de nuestro país, aumentando Ganancias y grabando la renta financiera pero sólo habla de bajar retenciones por timidez.
Los sindicalistas son corruptos, las Madres están a punto de tomar la Corte y los jóvenes que hablan de la ¨hasta victoria siempre¨, son enemigos de la democracia.
Hay justo uno que me mira feo. Tiene una remera del Subcomandante…mejor me voy.
Saludos,
r.
16 noviembre 2010, 19:50 pm

14 comentarios:

  1. Amigo Desocupado

    Me había olvidado de este debate. Es bueno recordarlo, sobre todo a la sombra del gran, enorme, Dude.

    Un abrazo,
    s.

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  2. Rinconete, Dude es el Dios que ilumina mi camino.

    Marcos Novaro dice: "Que reconozcas que Clarín hizo frnte a Kosteky y Santillásn “periodismo independiente” es en cambio un avance, que celebro y desdice la barrabasada que habías dicho antes".

    Me parece que Novaro no entendió que Rinconete estaba siendo irónico. Es evidente que la cobertura de CLARÍN NO FUE INDEPENDIENTE. Dejo el siguiente link con un documental que habla del tema:
    http://www.youtube.com/watch?v=u8Z4dbwd0qk

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  3. Off topic no tan off: http://www.revistacabal.coop/carlos-heller-y-eduardo-aliverti-dialogos-de-los-sabados
    Como para discutir las cosas que quedan por hacer, que son muchísimas, obviamente.
    Me gustaría discutir eso del "peligro de chavización", que escucho muy seguido y me parece medio una boludez.

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  4. Otro punto, un poco lateral pero que se tocó en el debate. Cito a Rinesi:

    "En los noventa todos los políticos argentinos hacían cola para comer con Mirtha Legrand, ir a la cama con Moria Casán o comer fideos con Tato Bores. Y muchas veces para representar en esos programas los papeles que los libretistas armaban para ellos. Así, la política quedó doblemente subordinada: a la lógica de la economía del ajuste, como decíamos recién, y a la lógica de los medios. Que además son dos lógicas que sintonizan muy bien entre ellas. Me acuerdo perfectamente del programa de Mariano Grondona durante los noventa, y de su división en una serie de “bloques”. El programa tenía siempre un bloque “serio”, o un par de bloques “serios”, que eran los bloques en los que venían Roberto Alemann, Domingo Cavallo o cualquiera de los economistas del ajuste, que hablaban un lenguaje técnico supuestamente serio. Terminado eso venía el bloque, o a veces también el par de bloques, medio en joda, de los “políticos”, a los que se presentaba como corruptos, chorros, que decían tonterías, que eran patéticos, que se peleaban entre ellos. Y hacia medianoche, cuando ya nos queríamos ir a dormir, venía el último bloque, que Grondona llamaba “social”: curitas lacrimógenos o personas más o menos filantrópicas que lloraban porque había pobres. Era muy interesante, porque esa misma división del programa en una serie de bloques producía como una escisión entre esferas, poniendo claramente a la economía como dueña de la situación, a la política como saraza de unos chantapufis más bien impresentables y a la cuestión social como no teniendo nada que ver con las dos anteriores. Por cierto, eso replicaba un cierto modo de organización de los saberes académicos y de ciertos prestigios relativos dentro de ellos. Pero volviendo a la pregunta inicial: creo que lo que hoy podemos identificar como vuelta de la política, o de la dignidad de la política, tiene que ver con la inversión de esa doble subordinación. Hoy la política vuelve al centro de la escena frente a la economía. Hasta hace pocos años todos los políticos argentinos querían hablar como economistas. En la actualidad (digamos, de Lavagna para acá) hablan asumiendo el carácter político de su función. Basta escuchar hablar a Mercedes Marcó del Pont, que habla el lenguaje de la política, no de la técnica".
    Fuente: http://www.revistacabal.coop/eduardo-rinesi-%E2%80%9Ces-un-buen-momento-para-promover-el-debate%E2%80%9D

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  5. Hagan el siguiente ejercicio: lean los comentarios de los lectores en cualquier noticia sobre política que publique el diario La Nación, y ese discurso que promovía y promueve Mariano Grondona de políticos igual corruptos, infames, etc., está MUY presente.

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  6. Otro punto que trata Rinesi: hay tendencias republicanas, liberales y "jacobinas" en el kirchnerismo. Cito:

    "Nos pasa con frecuencia que regalamos innecesariamente algunas palabras. Para decirlo de otra manera: aceptamos demasiado rápido que el significado de algunas palabras solo puede ser el que impone su uso hegemónico en cada momento. Y tanto la tradición liberal como la tradición republicana aluden a un conjunto de conceptos que son mucho más ricos que los que solemos identificar hoy con esas palabras. El liberalismo no consiste solamente –y tal vez no consista en absoluto– en el desprecio por las mayorías ni en la arrogancia de las elites. El liberalismo tiene que ver con otras cosas: con el respeto a ciertos derechos fundamentales, con la no persecución de la disidencia política, con garantizar la libertad de expresión de todo el mundo. Y aunque no es habitual presentar al gobierno que hoy tenemos como un gobierno liberal, a mí, francamente, no se me ocurren muchos ejemplos de actitudes más liberales en el ejercicio del poder político que dos o tres actitudes que tuvo este gobierno en los últimos años. Decirle a la policía: señores, ustedes me mantienen el orden, pero van desarmados. Eso es notable, y no lo había hecho antes ninguno de los gobiernos de los partidos que hoy le reprochan al kirchnerismo no ser suficientemente liberal: lo hizo el kirchnerismo, y es algo que corresponde ubicar en la gran tradición liberal, no en la populista, ni siquiera en la democrática. Y, sin duda, la preservación de la integridad de quienes manifiestan es un valor fundamental. Como es perfectamente liberal la eliminación de la figura de las calumnias y de las injurias dentro del mapa de las posibilidades de censura estatal de la libertad de expresión en el país. Me parece que ahí hay componentes que pertenecen a esa tradición liberal. Como hay componentes del kirchnerismo que pertenecen a la tradición republicana. También la palabra república ha sido muy bastardeada, utilizada con mucha ligereza...

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  7. Identificar el concepto de “república” con lo que han hecho de ella los publicistas de Clarín, habiendo antecedentes tanto más interesantes, es en todo caso un desperdicio. Es cierto que la palabra “república” ha sido usada a través de los siglos en muchos sentidos diferentes. A veces hasta contrapuestos. Se la ha utilizado para decir todo tipo de cosas. Pero hay dos o tres que son sin duda fundamentales, y que habría que recuperar. Una: la tradición republicana, la idea de república, supone el reconocimiento de que la cosa pública (la res publica) es un campo común. Dos: el reconocimiento de que ese campo común no deja de ser –sin dejar por eso de ser común– un campo de batalla, de conflictividad. Eso está en la gran tradición republicana, desde Aristóteles y Cicerón hasta Maquiavelo, Hegel y el joven Marx. La gran tradición republicana siempre reconoció esos dos hechos: que hay una cosa pública que hay que defender y que esa defensa es peliaguda. Y otro componente fuerte de esa tradición es su condición estatista. Ni para Aristóteles ni para Hegel ni para ningún republicano de la gran tradición que a mí me interesa reponer el Estado está del lado malo de la historia. Distinto es el asunto para Marx, que irá descubriendo en forma progresiva, a lo largo de esos textos extraordinarios que escribe como loco en la primera mitad de los años 40, que el Estado está al servicio de la reproducción de cierta estructura social injusta. Esto por supuesto hay que recordarlo hoy también (no vamos a hacernos hegelianos pre-marxistas a esta altura del partido), pero no para suponer ingenuamente que del otro lado del Estado está la libertad, sino para pensar el problema del Estado con toda la complejidad que tiene.

    Me parece que algunas transformaciones recientes, de las que el kirchnerismo es claramente responsable, ponen al Estado del lado de la libertad y no como enemigo de ella. Del lado de la autonomía y no como su enemigo. La contraposición de principio entre autonomía, que es un valor típicamente republicano, y Estado, es una contraposición profundamente ideológica. Es mucho más autónomo el niño o el joven que hoy recibe del Estado una asignación universal que le permite condiciones mínimas de vida a partir de las cuales puede elegir lo que hace hoy y su futuro, que el niño que no recibe esa asignación y en ese sentido no “depende” del Estado, y que, por eso mismo, vive en una miseria que lo vuelve esclavo. Un tema que hoy me parece precisamente interesante de tratar es el del Estado y su relación con la libertad.

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  8. Uso la palabra “jacobinismo” en un sentido un poco provocador, no como una categoría muy rigurosa, porque en efecto cuando se la usa como una categoría histórica más precisa, sobre la que se ha escrito mucho, en especial en relación a la Revolución Francesa y demás, ahí el concepto se vuelve más preciso y al mismo tiempo se encoge un poco. Pero usándola con un poco de liberalidad, y un poco para provocar, lo que quiero decir cuando digo jacobinismo es la convicción de que el Estado o, incluso mejor, una elite política instalada en la cima del aparato del Estado, puede ser un sujeto de transformaciones progresivas, con un sentido emancipatorio y de redención social. Llamo jacobinismo al impulso a actuar “de arriba hacia abajo”, desde Estado hacia la sociedad, no siempre “escuchando” las voces de las demandas o de las protestas populares, sino al revés, señalando de arriba abajo derechos que a veces no se reclaman, necesidades que a menudo no son percibidas como tales por los propios sujetos que las encarnan. Eso, sin duda, está siempre en el límite de ser muy odioso. Lo señalo también como límite del kirchnerismo, pero como un límite que marca una posibilidad interesante.

    Una pregunta contrafáctica: ¿qué habría pasado si Néstor Kirchner hubiera hecho una consulta popular y nos hubiera preguntado a todos los argentinos si había que subirlo al general Bendini a un banquito y hacerle bajar el cuadro del dictador Videla? Es importante hacerse esa pregunta, y pensar en cuántos argentinos habrían dicho que mejor no, que qué necesidad. Y no me refiero a los conservadores, a aquellos a los que les parece bien que el retrato de Videla ocupe un lugar en un edificio público, sino a los progresistas, a los sinceros progresistas a los que ya estoy escuchando diciendo cosas como “Hummmm, bueno, no sé, no sé si es el momento”, o “En fin: no sé, sería nada más que un gesto simbólico”, o “¿Pero para qué enojar a esta gente si vamos bien, si la economía no sé qué cosa...?” El progresismo es así: cagón. Lo sabemos de memoria. Por suerte Kirchner no tenía nada que ver con esa tradición. Venía de otro lado, tenía otro modo de pensar el problema del poder. Y entonces agarró y dijo: Bendini, bajemé ese cuadro. Y el tipo se tuvo que subir a un banquito, y el cuadro de Videla no está más ahí. Y listo: a otra cosa. Creo que algunas de las cosas interesantes que hizo el kirchnerismo las hizo (y estuvo muy bien que las haya hecho) exactamente porque no preguntó mucho. Por supuesto que esto es antipático de decir, y no se puede hacer la apología de un gobierno del que decimos que está bueno que no haya preguntado mucho. Pero es claro que este momento, que esta dimensión del kirchnerismo no lo agota. Esto que estoy sugiriendo y por lo que usted me pregunta (que en el kirchnerismo hay un componente populista, uno liberal, uno republicano y uno jacobino) quiere decir que esos componentes son eso: componentes. O sea, momentos, dimensiones de una cosa más compleja".

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  9. Acá se puede ver la intervención de Novaro y Artemio López antes de las elecciones:

    http://www.youtube.com/watch?v=NoCzOZCLV4E&feature=related

    Hacia el final, Novaro tira un pronóstico re certero (?)

    Novaro: “Si es que gana Cristina: muchas veces se da por supuesto que Cristina es.. bueno, la que tiene más chance… Todavía hay que ver cómo candidata si es tan buena como ha sido presidenta/viuda en los últimos meses. Me parece que como candidata está mostrando algunas debilidades, y sus últimas dos presentaciones, incluso su lanzamiento, muestran de vuelta ese desborde, esa pretensión de usar el Estado como un recurso propio, partidario, que me parece que a buena parte de la sociedad no le simpatiza”. Vale decir: se ve que Marcos Novaro hace una generalización a partir de lo que opinan sus amigos o el círculo en el cual se debe mover, de lo contrario es difícil explicar tal nivel de negación.

    Artemio López, mucho más realista, contesta –reprimiendo una carcajada socarrona, como pensando: “¿en qué planeta vive este muchacho?”:
    “Yo creo que Cristina efectivamente está en condiciones de ser reelecta, con un triunfo en primera vuelta, con el agregado de que como hay una sobre oferta de centroizquierda (…) va a captar una buena parte del voto que Macri dejó vacante al bajarse de la candidatura”.

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  10. http://mundo-perverso.blogspot.com/2008/10/entrevista-nicols-casullo.html Rescato respuesta de Casullo, donde diferencia protesta en los 70's y en estos tiempos:

    -"Hoy la cuestión es diferente. En crisis el proceso de la revolución en occidente, fracasados los socialismos reales, teniendo esa mítica revolución proletaria industrial atrás y no hacia delante, se hace necesario repensar todas las cosas, replantear y ver cómo se constituye un nuevo sujeto y una nueva subjetividad para la transformación y el cambio histórico. Hoy, la situación que tenemos a la vista, esta nueva escena histórica es de protestas fragmentadas, de protestas balcanizadas, de protestas que muchas veces se encienden y mueren en la propia consumación de su problemática. Es decir, hay una protesta por violación de tres mujeres en un barrio, hay una protesta por la puesta de 5 o 10 semáforos que no existen, hay una protesta ecológica contra un basural, hay una protesta por Cromañón, hay una protesta sindical, hay una protesta por mal funcionamiento de un hospital. Son todas protestas que -y esta la característica de la época- parten de la reivindicación de la diferencia que las distingue, protestan por eso. Y, muchas veces, los propios cultores de esto dicen: "No, nosotros estamos discutiendo por esto pero no queremos politizar el asunto, a nosotros el peronismo, el socialismo, la política no nos interesa". Al contrario, ven a la politización como un elemento que corrompería a la propia protesta, contrario a esa clásica idea marxista y leninista del siglo XX de acceder a la conciencia política abarcadora del conflicto en su conjunto, y también peronista en cuanto todo desembocaba en una disputa política por el poder"

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  11. Otro fragmento de Casullo (quien fue profesor mío y a quien le tuve mucho cariño):


    -"Estamos sobre una campana cultural de época que se inicia en los años 80, que se llama la revolución neoconservadora en lo cultural y liberal en lo económico, donde vuelve a releerse el mundo en términos claramente de derecha. Entonces aparecen las políticas de ajuste, el "pueblo" como una mala palabra, el fin de las demandas abusivas, la recetas para controlar las democracias, las izquierdas siempre totalitarias, el individualismo como la única libertad de consumo que vale, el parlamentarismo como única forma de representación aceptable, el liberalismo como falso sinónimo de democracia, y la política como un cuadriculado luego de aceptar las lógicas performativas del mercado. Todo esto fue una tarea no solamente estructural de flujos de inversiones sino también periodística, intelectual, académica y de difusión. Podríamos decir que el 90% de los medios de masas responde hoy a estas doctrinas. El indígena del altiplano debe hacer política como lo indica la tradición anglosajona, debe venerar el voto aunque se cague de hambre. Lo que podríamos llamar "el intelectual de los movimientos populares", está trabajando en otra dimensión, en tareas militantes que apuntan a otra articulación, a otro tramado, otra lógica. El credo republicano liberal en América Latina tiene una triste biografía de entrega, explotación, represión militar, despojo y exterminio social. Su prontuario en la Argentina es tan infame y criminal que es irrisorio que pretenda enseñarle democracia a alguien".

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  12. No había leído este interesante post el cual acabo de encontrar por pura casualité.

    Tres consideraciones:

    1) me extraña el silencio de Rinconete ante las inexactitudes vertidas por Novaro respecto del gobierno de Chávez; y me extraña porque al parecer le sobran recursos.

    2) más allá del silencio mencionado (que de por sí no es prueba de nada), resulta impresionante la diferencia argumentativa entre ambos participantes, algo que se termina notando en el último comentario de Novaro, comentario en el cual pierde la compostura (calculo yo, ante la impotencia de ver muchos de sus argumentos destrozados) quedando al límite del insulto liso y llano.

    3) respecto de los comentarios de Novaro, en su mayoría, se trata de las mismas inexactitudes y chicanas repetidas hasta el hartazgo en estos espacios, escritas con interesante pluma, pero no por ello menos falaces. La idea subyacente parece ser la misma: "democracia es sólo la democracia liberal que conocemos y todo lo que se aparte es violencia (como si la democracia liberal no fuera hija y a la vez madre de la violencia), totalitarismo, etc".
    Es a partir de esta premisa falsa que parecen derivar el resto de las falacias.

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    1. Muy buen aporte Cosmo. A Rinconete lo conozco personalmente (he asistido a charlas de política con él y otros amigos suyos, empanadas y vino de por medio), y le tengo mucho afecto. Creo que se cansó de argumentar con alguien tan cerrado.
      Abrazo!!

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