martes, 17 de enero de 2012

EL “ELITISMO”, EL GUSTO Y LA ENTROPÍA ESTÉTICA


En el próximo post que estoy escribiendo, quiero discutir acerca de la herencia de Spinetta, que a mi juicio es mucho más rica que la de cientos de temas del rock chabón, punk y rolinguero.


Mi intención es recrear una discusión muy interesante que leí hace poco en el siguiente link:

http://www.tallerlaotra.blogspot.com/2009/12/las-caras-que-asoman-la-ventana-quieren.html

Se dice que la lírica y la música del flaco es “elitista” y “pretenciosa”, y más aburrida que chupar un clavo. Por eso, antes de postear mi opinión sobre la discusión que provocó Oscar Cuervo, quiero aclarar algunos aspectos que me parecen pertinentes:

La democracia moderna, para Claude Lefort, es inseparable de la indeterminación de sus fundamentos, de la infigurabilidad del poder, de la ley y del saber. La democracia implica el desvanecimiento de los referentes últimos de la certeza. Esto no implica relativismo, pues la democracia es esa forma de sociedad que convierte la búsqueda sin garante, sin término, de identidad, en una forma de identidad. Todo esto se conecta con el proceso de desencantamiento del mundo, con el desarrollo del sujeto autónomo y la mar en coche que da como resultado la producción de artistas que deciden cagar, enlatar su propia mierda y exponerla en un museo como obra de arte. Otros hacen arte aplicándose cirugías estéticas sobre su propio cuerpo. En fin...

ELITISMO:


Según Terry Eagleton, “es un error confundir jerarquía con elitismo. El término “elite” es lo suficientemente nebuloso que a veces se lo confunde con “vanguardia” (se esté de acuerdo o no con las vanguardias), que es algo bastante diferente. El elitismo es una creencia en la autoridad de unos pocos selectos, lo que en términos culturales suele sugerir que los valores son o deben ser preservados por un grupo privilegiado, elegido por sí mismo o de otra manera, cuya autoridad deriva de cierto status además de su formación cultural (su origen social o religioso, por ejemplo) o sólo su barniz cultural”. (Las Ilusiones del posmodernismo, capítulo 5: "Falacias").


El término “jerarquía”, en sentido amplio, nos remite a cierto orden de prioridades, con lo cual si bien no todo el mundo es “elitista”, el mundo es necesariamente jerárquico. La democracia no implica la ausencia de ranking, sino privilegiar los intereses del pueblo como un todo por sobre los intereses de los grupos poderosos y antisociales.

Como es obvio, no se puede pensar sin discriminar: si Messi nos parece tan buen jugador como Cellay no somos democráticos, sino personas que miran el fútbol con dos fetas de salame en los ojos. O quizá lectores compulsivos de Olé, o televidentes convencidos de que el contenido de los programas de Fernando Niembro o Alejandro Fantino nos revelan la verdad de la milanga futbolera por medio del análisis de cuántos quilómetros recorrió Xavi o por qué tal o cual jugador no grita el himno con la mano en el pecho.

LA ENTROPÍA ESTÉTICA

Hoy en día, la cultura estética es más rica y compleja que cualquiera que la humanidad haya vivido en el pasado: nuestro mundo está cada vez más constituido estéticamente, y somos atravesados por el discurso y las imágenes de infinidad de medios de comunicación, información e intercambio. A nadie se le escapa que estamos inundados por redes de información que crecen en progresión geométrica, y nos abruman con una inmensa cantidad de datos que afectan e incluso anestesian nuestros sentidos.

La enorme dificultad e incapacidad del juicio estético para argumentar con fundamentos teórico-conceptuales en relación con el arte contemporáneo, no se debe tanto a estolidez o endeblez mental, sino a un cierto estado de entropía estética, motivada en parte por el agotamiento de las diversas neovanguardias. Y ni hablemos del rock, donde ya todo nos suena a “pastiche” de música que ya se ha hecho (lo cual no quiere decir que uno no la pueda llegar a disfrutar mucho). ¡Hemos visto, escuchado y leído demasiado acerca del rock (y acerca de casi todo)!

Como bien nota el filósofo catalán Gerard Vilar, hubo un tiempo en que cualquiera sabía qué era el arte, cuál era su lugar y para qué servía. Incluso en plena Edad Media, el campesino más analfabeto de un valle perdido en los Pirineos podía reconocer un Pantocrátor, un San Pedro o al Tentador e interpretar los acontecimientos de la historia sagrada o los símbolos a los que aludían los frescos, los retablos o los altorrelieves de la pequeña iglesia local. El arte narraba una historia sagrada cuya referencia era clara. “Como el arte era algo tan obvio, pocos o ninguno se preguntaban por su existencia, su naturaleza y su razón de ser” (G. Vilar)

Para un campesino de la Edad Media, el siguiente fragmento acerca de la utilidad de la literatura escrito por Georges Bataille sería ininteligible:

“Lo que a menudo distorsiona el asunto es la preocupación por ser útil que tiene un escritor débil.

Cada hombre debe ser útil a sus semejantes, pero se vuelve su enemigo si no hay nada en él más allá de la utilidad.

La caída en la utilidad por vergüenza de uno mismo, cuando la divina libertad, lo inútil, acarrea la mala conciencia, es el comienzo de una deserción. Se les deja el campo libre a los arlequines de la propaganda.

(…) No puede ser útil porque es la expresión del hombre-de la parte esencial del hombre- y lo esencial en el hombre no es reductible a la utilidad. A veces un escritor se rebaja, harto de soledad, dejando que su voz se mezcle con la multitud. Que grite con los suyos si quiere –mientras pueda-, si lo hace por cansancio, por asco de sí mismo, sólo hay veneno en él, pero les comunica ese veneno a los demás: ¡miedo a la libertad, necesidad de servidumbre! Su verdadera tarea es la opuesta: cuando revela a la soledad de todos una parte intangible que nadie someterá nunca. A su esencia le corresponde un solo fin político: el escritor no puede sino comprometerse en la lucha por la libertad anunciando esa parte libre de nosotros mismos que no pueden definir fórmulas, sino solamente la emoción y la poesía de obras desgarradoras”.

Hay muchas formas de definir al hombre (o al “ser humano”, para decirlo de un modo más contemporáneo): el animal que ríe, el animal que sabe su muerte, el animal racional...

Según Vilar: “hay otras especies que juegan, que tienen lenguajes, que en algún sentido trabajan, que hacen herramientas, que son altruistas, etc., pero ninguna crea nada ni remotamente parecido a las obras de arte. Es algo único de la especie humana que nos diferencia auténticamente del resto de la naturaleza, acaso lo único que nos separa realmente de las demás especies”.

6 comentarios:

  1. Está excelente lo que dices, pero escribes bastante complejo... siento que a veces no te puedo seguir.
    ¡Lees demasiado!

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  2. Y, me quedaron dos post muy largos. Para hacerlo más simple debería trabajar más el texto, y no tengo ganas jeje.
    Saludos!

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  3. Luego quiero leer tu nota con mayor detenimiento pero, me animo a ir señalando un par de cosas, a mencionar determinadas cuestiones que creo pertinentes ...

    Sobre el final del artículo decís algo "Por ejemplo, para mí, Spinetta (Invisible, Almendra y Pescado Rabioso) es mucho mejor que el "rock chabón", coincido con vos y me permito sumar algo, vos usás la expresión "para mi", entiendo, o al menos creo, el porqué de esa expresión en ese lugar, si no la pusieses cualquiera podría venir y tildarte de "autoritario, elitista, snob ..." y varios epítetos mas ...

    Yo no pretendo ser una "autoridad" pero estudié desde joven guitarra con profesor particular, luego muchísimos años en el conservatorio, y, en la actualidad soy profesor de dicho instrumento y música, estoy lejos de ser "un genio" pero si tengo conocimientos sólidos en la materia, y me animo a decir que tu apreciación, a saber "es mejor" no es un tema de "opinión", vos tenés razón, de modo objetivo.

    Amplio un poco, en la música hay estructuras, rítmicas, melódicas, armónicas, no son "subjetivas", están estudiadas y analizadas, es todo un lenguaje (esto es obvio incluso para el que no es músico) esto si bien no deja fuera a la subjetividad si permite un análisis, una evaluación de dichas estructuras internas en una obra (canción o lo que fuere) ...

    Desde ya una obra con gran nivel musical puede, por muchos motivos no "llegarnos" tanto, sin duda, no niego que puede también gustarnos mucho algo que no es particularmente elaborado, sin duda, pero, como dije antes existen estructuras que pueden ser analizadas, no es todo "subjetivo" ni "relativo" ...

    Espero me permitas un ejemplo grosero, pero que, por grosero ilustra muy bien mi punto, si yo escucho la novena sinfonía de Beethoven, y luego el feliz cumpleaños, está muy claro cuál es superior, no es un tema "opinable", alguno dirá "pues bien, a mi no me gusta la novena y si el felíz cumpleaños" y yo diré, tiene todo el derecho si, pero no es opinable "cuál es mejor", no está sujeto a "voto" ...

    Suena antipático para algunos, pero es así, se confunde "ser democrático y tolerante" con igualar lo genial y lo mediocre ... El día de mañana por "votación" podría ganar que "la suma de los ángulos interiores de un triángulo es de 200 grados" y no por eso se tranformaría en verdad ...

    Yo creo que hay que mantener la mente abierta, estar dispuestos a "calibrar" nuestras apreciaciones, a revisar nuestros conceptos si, pero no a dejarnos llevar por una movida "relativizadora a ultranza" ...

    Luego si, en muchos casos trataremos de comparar cosas (artístas en este caso) que, por ser muy diferentes tal vez nos "compliquen" a la hora de determinar "mejor y peor" ... También habrá artistas que entren en terrenos no explorados y en un primer momento se discuta si son "genios o locos" la historia del arte (y del mundo) está plagada de ejemplos, sin duda, pero de ningún modo dejan de existir muchísimas herramientas y medios para determinar el nivel de las creaciones ...

    Saludos.

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  4. Yo tampoco creo en el relativismo. Esa gente que se disfraza de tolerante y larga frases tipo "yo respeto todas las ideas" no me cabe. Las personas son todas, a priori, respetables; no todas las ideas lo son. También es cierto que cierta idea de "gran arte" oprime tanto o más de lo que libera. El punk (como el grunge) es liberador para aquellos que no tienen tiempo, guita ni voluntad como para anotarse en un conservatorio. Ese discurso del "cualquiera puede hacerlo" tiene un costado muy democratizador, que para mí es muy bueno. Lo que molesta es la gente que reacciona de manera medio facha, y desprecia por "elitista" todo lo que sea complejo (y por complejo no me refiero a "complicado" sino a lleno de matices).

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  5. Vos señalás un par de cosas que creo que son el eje del tema:

    "Las personas son todas, a priori, respetables; no todas las ideas lo son."

    "Lo que molesta es la gente que reacciona de manera medio facha, y desprecia por "elitista" todo lo que sea complejo (y por complejo no me refiero a "complicado" sino a lleno de matices)."

    También comparto lo que señalás sobre el punk, a mi incluso hay bandas bastante precarias a nivel musical que me gustan mucho, la música tiene la capacidad también de ser "excusa" para transmitir ideas interesantes ...

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