"Ese pobre Swann –dijo aquella noche la princesa a su marido- sigue tan
simpático como siempre, pero tiene un aire tristísimo. Ya le verás, porque ha
dicho que va a venir a cenar una noche. En el fondo me parece ridículo que un
hombre de su inteligencia sufra por una persona de esa clase, y que, además, no
tiene ningún interés, porque dicen que es idiota”, añadió, con esa prudencia de las gentes que no
están enamoradas y que se imaginan que un hombre listo no debe sufrir de amor
más que por una mujer que valga la pena; que es lo mismo que si nos
asombráramos de que una persona se digne padecer del cólera por un ser tan
insignificante como el bacilo vírgula”. (Marcel Proust, “Por el
camino de Swann”)
Desde la primera vez que lo leí, ese fragmento del primer tomo de En busca del tiempo perdido me pareció maravilloso. Y es que con frecuencia ignoramos, fingimos ignorar u olvidamos que el amor-pasión es, antes que nada, una ilusión; una especie de fantasma que habita en la imaginación enfermiza de quien ama.
Desde la primera vez que lo leí, ese fragmento del primer tomo de En busca del tiempo perdido me pareció maravilloso. Y es que con frecuencia ignoramos, fingimos ignorar u olvidamos que el amor-pasión es, antes que nada, una ilusión; una especie de fantasma que habita en la imaginación enfermiza de quien ama.
"Y es que con frecuencia ignoramos, fingimos ignorar u olvidamos que el amor-pasión es, antes que nada, una ilusión; una especie de fantasma que habita en la imaginación enfermiza de quien ama."
ResponderEliminarignoramos. es muy buena la frase. pero solo una cosa da y no defrauda. aunque hoy es muy dificil prestar atencion.
Estimado, al final vamos a juntarnos a leer "La gran transformación" de Karl Polanyi. Si podés venir avisá x mail!
EliminarSaludos
Ahí te mande un mail. y buena la elección!, parece muy interesante este polanyi.
Eliminarun saludo!
"...amor-pasión es, antes que nada, una ilusión..." En sintonía con esa idea propia del período romántico que influyó, con posterioridad, en las formulaciones de Freud. El objeto del deseo concebido como el deseo mismo, más que como deseo de un objeto.
ResponderEliminarSaludos!
Tanto tiempo estimado. ¿Cómo dice que le va?
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