Aclaración casi innecesaria: no
quiero que Caparrós se calle, quiero que
siga escribiendo. Si cada tanto leo algo suyo que no me gusta y me dan ganas de
expresar mi desacuerdo lo haré, aunque seguramente con escasa frecuencia, por el simple hecho de que el pensamiento de MC me seduce poco y nada.
Sin forzar demasiado el texto, podemos traducirlo así: “soy Martín Caparrós, escribí un libro excelente acerca de un tema del que ahora todos los giles hablan sin saber. No necesito que ningún funcionario me compre con un puesto en el Estado porque soy un librepensador de izquierda que publica en algunos de los diarios y editoriales de mayor tirada de la Argentina y España”.
“Que cualquiera pueda decir lo
que quiera decir y escribir lo que quiera escribir. Estoy en contra de la
censura y de la autocensura. Con una sola condición, como dijo Alceo de
Mitilene: que si vas a decir lo que quieres, también vas a oír lo que no
quieres”. (Roberto Bolaño)
Me parece que cuando la fuerza del lenguaje se
subordina a la debilidad de sus protagonistas y la ironía remplaza y desplaza
la solidez argumental, el pensamiento, por más que se disfrace de incisivo, termina resultando bastante fofo. El miedo a aburrir que afecta a tantos intelectuales, francamente me aburre.
Respecto de Caparrós, comparto
plenamente el juicio del chamigo Cine Braille:
"A Caparrós se lo comió el personaje.
El tipo no se permite tener una sola opinión transitada: se siente obligado a
escandalizar siempre -preferentemente al lector progre, escandalizar a Mirtha
Legrand es tan trillado. A este paso, en poco tiempo lo leeremos defendiendo el
canibalismo, el fernet con Pepsi (puajjj) o el River de Simeone (my God!)”
Suele ocurrir con los “pensadores” más o menos conocidos a quienes les gusta escandalizar y tomarse demasiado en serio a sí mismos, remplazando la argumentación por la ironía y el sarcasmo: irreductiblemente caen en la tentación de varios participantes de Gran Hermano, donde “peor
que hablen mal de vos, es que no hablen”. Algo similar, aunque sea “del palo”,
le suele ocurrir a Lucas Carrasco cuando se le da por escandalizar "militontos" mediante el ejercicio literario del bukowskismo petardista. En el caso de Carrasco no deja de ser una picardía, porque cuando se pone serio y centrado sabe decir y escribir
algunas cosas interesantes.
Digresión: es cierto que conviene no ceder a la tentación contraria, que consiste en "ser escrito" por los lectores "del palo"; vale decir, acallar "la voz extraña", la "piedra en el zapato" (Casas dixit) que habita en nosotros mismos, y que casi siempre nos sirve para ir a contra corriente de nuestra propia comodidad.
Digresión: es cierto que conviene no ceder a la tentación contraria, que consiste en "ser escrito" por los lectores "del palo"; vale decir, acallar "la voz extraña", la "piedra en el zapato" (Casas dixit) que habita en nosotros mismos, y que casi siempre nos sirve para ir a contra corriente de nuestra propia comodidad.
La concepción de la política y la
historia en Caparrós es la de una inmensa ruina, una especie de tango Cambalache que sólo da lugar al lamento o al nihilismo irónico. La forma en que
Caparrós se opone a la clase política, y en particular al kirchnerismo, me
parece boba, como de pose adolescente. En su Kirchnerismo: una controversia cultural, Horacio González cita la
vez en que Caparrós describió su encuentro casual con NK:
“A fines de los 90 vine con mi
hijo a pasar cuatro días en este hotel, su vista es extraordinaria. Juan tenía
siete años y nos lo pasábamos horas en la sala de juegos –pool, ping pong, un
par de flippers y máquinas de correr
y hacer gimnasia.-. Una de esas siestas jugábamos al pool en la sala vacía: al
cabo de un rato llegó un señor de mediana edad, rubión, pelo llovido, equipo de
jogging –y se puso a correr en una máquina-. Cuando terminó se acercó y me
distrajo con una tacada decisiva:
-Quería decirte que leí los tres
tomos de La voluntad, me interesaron
mucho.
-Bueno, gracias.
Le dije, y volvía a mirar la bola
11.
-No, de verdad, me pareció un
gran aporte.
-Gracias, de verdad.
Le dije yo, y él se dio cuenta de
que yo no entendía.
-Vos no sabés quién soy yo.
-No, disculpáme.
-Yo soy Néstor Kirchner,
gobernador de Santa Cruz.
Para mí, entonces, un gobernador
del partido menemista era mucho peor que un desconocido, así que persistí en el
taco y la bola.
-Ah, qué bueno, gracias.
Después, en la pileta, cada vez
que nos cruzábamos, el señor gobernador y su señora miraban para algún otro
lado. Esa tarde perdí mi gran oportunidad de postular para la Dirección
Nacional de Asuntos Biblioratos, digamos, la Subsecretaría de Vacas Tuertas y
ahora, de vuelta al lugar, me río de nuevo”.
Sin forzar demasiado el texto, podemos traducirlo así: “soy Martín Caparrós, escribí un libro excelente acerca de un tema del que ahora todos los giles hablan sin saber. No necesito que ningún funcionario me compre con un puesto en el Estado porque soy un librepensador de izquierda que publica en algunos de los diarios y editoriales de mayor tirada de la Argentina y España”.
El tipo se muestra como una
especie de rebelde rocker por haber despreciado a un lector que se le acercó a
felicitarlo por su libro. ¿Qué tiene de interesante semejante desprecio? ¿Cómo sabía Caparrós que Néstor Kirchner era un lector
impostor? ¿Sólo por su carácter de funcionario público? ¿Todos los políticos, y
en especial los peronistas, son corruptos e hipócritas? Tampoco se entiende cómo
es que Caparrós sería el derrotado de la escena. Como Pergolini cuando Menem le atendió el teléfono, su postura no parece demasiado valiente: jamás le dijo en la
cara que lo consideraba un despreciable “gobernador del partido menemista”.
Horacio González concluye: “¿Ante
quién rechazó el puestito de Director Nacional de Asuntos Biblioratos? Ante la
República de los letrados cocoritos, rezongando en la lejanía, mucho tiempo
después”.
CAPARRÓS Y LA HISTORIA COMO
CAMBALACHE
Me gustó mucho una cita de Oscar Terán que leí en De utopías, catástrofes y esperanzas: “El optimismo suele ser un sentimiento bobo, y el pesimismo suele ser
trivial y convocar a la pereza intelectual. Prefiero la esperanza. Me gusta
citar a Octavio Paz cuando decía que quien conoció la esperanza ya no la
olvida. La sigue buscando bajo todos los cielos; entre todos los hombres, entre
todas las mujeres”.
O como diría Spinetta, “mañana es
mejor”. La concepción del mundo en el amigo Martín no es spinettiana, sino más bien parecida a la del pollo Abelardo de la canción de Pappo:
Dice que el pensamiento,
no existe más para él,
por eso está así cansado,
y no sabe lo que hacer.
No sufras más Abelardo,
para todos es igual,
solamente que las cosas,
hay que saberlas tomar.
Infeliz!
Al respecto pueden leer el
siguiente artículo, casi “discepoliano”, que Caparrós escribió en su columna de El País de España, donde asegura que la Argentina lo aburre, porque “todo es
igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor”.
A esta altura, ¿cuántos argentinos ignoran que generar crecimiento económico sostenido, con redistribución y baja inflación, es una tarea titánica de cuyo éxito no cabe hacerse demasiadas ilusiones? ¿Quiénes son tan giles de creer en el advenimiento de una especie de revolución que nos traerá el paraíso en la tierra?
A esta altura, ¿cuántos argentinos ignoran que generar crecimiento económico sostenido, con redistribución y baja inflación, es una tarea titánica de cuyo éxito no cabe hacerse demasiadas ilusiones? ¿Quiénes son tan giles de creer en el advenimiento de una especie de revolución que nos traerá el paraíso en la tierra?
Sin embargo, considero que las personas que no pueden percibir matices en los diversos procesos políticos o históricos son incapaces de pensar la continuidad y el cambio, y su pensamiento, aparentemente mordaz, muchas veces no es más que una neblina nocturna en la que todos los gatos son pardos. Como las minas que "son todas putas", el territorio argentino que es "una inmensa pampa húmeda donde tirás un canto rodado y crece un árbol" o el "todoschorroísmo incorregible y la hipocresía" de nuestra clase dirigente.
POST SCRIPTUM: nobleza obliga, vale la pena leer la siguiente nota de MC sobre Sudán del Sur:
http://blogs.elpais.com/pamplinas/2012/07/sigo-con-el-proyecto-hambre-ahora-en-sud%C3%A1n-del-sur-el-pa%C3%ADs-m%C3%A1s-nuevo-y-uno-de-los-m%C3%A1s-pobres-del-mundo-y-siempre-co.html
POST SCRIPTUM: nobleza obliga, vale la pena leer la siguiente nota de MC sobre Sudán del Sur:
http://blogs.elpais.com/pamplinas/2012/07/sigo-con-el-proyecto-hambre-ahora-en-sud%C3%A1n-del-sur-el-pa%C3%ADs-m%C3%A1s-nuevo-y-uno-de-los-m%C3%A1s-pobres-del-mundo-y-siempre-co.html
Caparrós tiene sus pro y sus contras, como todos tenemos, pero ha escrito algunas notas que los kirchneristas nunca le van a perdonar, por ejemplo esta: http://www.eblog.com.ar/4291/en-honor-a-la-famosa-memoria/
ResponderEliminarque comparto.
Tiene el mérito de haber sido uno de los primeros que contó como fue realmente la militancia, aunque en una versión un poco idealizada, lo fue en tiempos de que se hablaba más bien de víctimas, olvidando la condición de protagonistas, como lo ha recordando Hugo Vezzetti en "Sobre la violencia revolucionaria".
Dentro de los militantes en la violencia de esos años, Caparrós no es un gato pardo, por eso se lo critica, en tiempos que se busca que todos sean iguales, por lo menos para que el relato no presente fisuras.
Es posible que exista de mi parte una visión prejuiciosa que me impide justipreciar algunos textos de Caparrós. Por otro lado, como no soy un seguidor de su obra, no estoy en condiciones de hacer una crítica a fondo de lo que escribió. Me pasa con él algo similar a lo que me pasa con Lanata (aunque Caparrós me parece más inteligente y formado): me cae mal su soberbia, entre otras cosas porque creo que afecta su capacidad de reflexionar.
ResponderEliminarRecuerdo un debate que tuvo con Fernando Iglesias sobre el "honestismo": parecía un posmoderno al que no le entraba ninguna bala porque todo el tiempo le corría el arco.
ResponderEliminarMás allá de que Iglesias debatiendo, con todo "irrespeto", me parezca un nabo.
Es cierto, Caparrós muchas veces tiene aires de chacota, aunque también en ocasiones muestra una incisiva lucidez. Puede que no le ayuden los tiempos actuales, donde la seriedad de los análisis brilla por su ausencia y no deja de ser contagioso.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCaparrós también tiene cierto problema de autoestima exorbitante, por así decirlo. Si pudiera no dar la sensación de que nos está haciendo un favor al dirigirse a nosotros y bajarnos La Precisa, probablemente su inteligencia y su buena pluma serían mejor apreciadas. Pero a esta altura de la soireé, creo que ya no se acuerda de cómo se hacía.
ResponderEliminarLa anécdota de cómo conoció Caparrós a NK lo pinta de cuerpo entero: un engreído para quien un lector de su libro es alguien sin importancia, o por lo menos con menos importancia que una jugada de billar. ¿No se da cuenta que puede jugar al billar gracias a los lectores que compran sus libros?
ResponderEliminarPero en vez de hablar de Caparrós, el personaje, prefiero hablar de Caparrós el escritor. De las novelas de Caparrós, la única que logré terminar fue Valfierno, a pesar de ser una novela muy mal escrita. La lei en el subte, y me dio toda la sensación que tambien había sido escrita en el subte. De todos modos ya se sabe que el Premio Planeta es tan serio como el Nobel de la Paz que le dieron a Obama o el Martín Fierro de oro de Tinelli.
La novela de la vida de Soledad Rosas es otra novela (¿?) ilegible, con el agravante que uno de los personajes es el propio Caparrós. Un recurso que podría haber sido mejor utilizado en manos de otro escritor.
La Historia es una novela en la que se cuenta la Conquista de América desde el punto de vista de los conquistados. Una gran idea malograda en manos de un pequeño escritor. Eso si, sobresale junto con el Borges de Bioy Casares porque son los dos libros más voluminosos de mi biblioteca.
La Voluntad me gustó mucho, pero al que se lo diría es a Eduardo Anguita, que tiene mucho mejor onda que el sorete de Caparrós.
La matrix puso tu comentario como spam, recién lo leo. No leí nada de Caparrós como escritor. Si me comprara algo, lo primero sería La Voluntad. Me cae mal.
EliminarAbrazo!!
Como se observa, la crítica literaria a la obra de Caparrós se realiza desde la ideología. Es malo, porque critica al kirchnerismo y como no se puede decir lo mismo de "La voluntad", como ya se ha insinuado en otros sitios, en realidad la escribió Anguita, escritor funcional al poder en turno. Por supuesto: nada nuevo bajo el sol.
ResponderEliminarNo entiendo, en un momento decís que te gusto esta cita:
ResponderEliminar“Me gustó mucho una cita de Oscar Terán que leí en De utopías, catástrofes y esperanzas: “El optimismo suele ser un sentimiento bobo, y el pesimismo suele ser trivial y convocar a la pereza intelectual. Prefiero la esperanza. Me gusta citar a Octavio Paz cuando decía que quien conoció la esperanza ya no la olvida. La sigue buscando bajo todos los cielos; entre todos los hombres, entre todas las mujeres”
Y después, al toque, decís esto..
“A esta altura, ¿cuántos argentinos ignoran que generar crecimiento económico sostenido, con redistribución y baja inflación, es una tarea titánica de cuyo éxito NO CABE HACERSE DEMASIADAS ILUSIONES? ¿Quiénes son tan giles de creer en el advenimiento de una especie de revolución que nos traerá el paraíso en la tierra?”
te pregunto: con quien queres quedar bien? esta bien que ni los católicos creemos en un paraíso en la tierra, pero como decis que dice Oscar Terán siempre es bueno estar ESPERANDO que en algún momento se encuentre algo de luz.
p.d: lo de caparros no es para darle mucha entidad. Ni siquiera se tomo el trabajo de hacer una buena investigación sobre el “yuyo” como el cita la soja y otros cultivos en su escrito de “el pais”. La explosión de precios, la mejora de la genética de semillas y la optimización de los metodos de siembra estallo -sobre todo el tema de los precios-, del 2002 para aca y nunca hace 15 años. Igual la falta de saber sobre este tema de los yuyos -la falta de saber o la consciente omisión- es algo sobre lo que adolecieron casi todos los “intelectuales” de la oposición u oficialistas.
Cuando decís "lo de Caparrós no es para darle mucha entidad", refiriéndote al artículo que cité, coincido plenamente. Ojo, que es el primer post que hago sobre MC. No es que tengo una saña especial con él y le dedico mucho tiempo.
EliminarCreo que hay que tener esperanza, pero no hacerse demasiadas ilusiones nunca, y en eso sí coincido un poco con el artículo (que es bastante pobretón) de Caparrós. Lo que creo es que tira muchas peticiones de principio, como vos bien notás.
La fórmula "pesimismo del intelecto" y "optimismo de la voluntad" es una linda fórmula. El mundo que vivimos es difícil... los seres humanos somos jodidos. Así y todo, no hay que perder la fe, porque "donde abunda el peligro, crece lo que salva".
Con lo ultimo quiero decir: el gobierno de Duhalde, el laudado lavagna, comenzó a aplicar las retenciones porque recién en 2002 fue económicamente viable, antes equivalía a un suicidio, y como los precios fueron subiendo fueron subiendo también las retenciones . Quiero aclarar que las retenciones me parecen muy bien siempre y cuando lo que se obtiene se aplique con criterio. Y eso creo es el tema de discusión.
ResponderEliminarLes dejo un link para que vean, que con pequeños vaivenes, a partir de 2002 los crecimientos de los precios, que sumados a la avanzada en semillas y métodos de siembra: rindes, fueron exponenciales.
http://www.ambito.com/campo/Granos_hst.asp
Lo que debería haber causado una baja de precios ante un aumento de oferta a nivel mundial no sucedió por el aumento de consumo en ciertos mercados ( los chinos se avivaron que la buena alimentación –mas proteínas-, el capital humano, es la base del desarrollo material), y por eso, al contrario, aunque los rindes por hectárea aumentaron un 20 % -por las nuevas semillas y tecnología- y la cantidad de hectáreas cultivables a su vez creció en varios países (debido a la estandarización de una nueva tecnología de siembra: “siembra directa”), los precios igual siguen aumentando y de manera muy considerable.
A lo que voy con lo que dije es lo siguiente: de 1998 a 2002, la soja -por meter el grano mas significativo- se mantuvo alrededor de los 170 dolares. De 2002 acá aumento a un ritmo promedio de 50 dólares por tonelada por año, hoy día vale 630 dólares, esta tendencia alcista en todo sentido –del precio y de la tecnología: mas rindes-, a no ser que pase algo muy raro, no va disminuir, así que desde este sector vamos a seguir teniendo viento de cola para rato. ( En una hectárea se sacan, según la lluvia, el tipo de soja, y la tierra, mas o menos 2,4 toneladas. Saquen cuenta de cantidad de hectáreas cultivables del país -que enciman aumentan año a año- multipliquen por el rinde y el precio y retengan un 35% y van a ver que recaudación vamos a tener para rato. El tema es tener políticas inteligentes de inversión, responsabilidad y basta de mafias, persecutas, ineptitud para manejar fondos como pasa en bs as y mezquindades políticas).
Un saludo.
Lo que quise decir con no hacerse demasiadas ilusiones es que es de esperar que ni el kirchnerismo ni ningún otro gobierno vaya a implementar una revolución. Prefiero pensar en cambios de a poco, graduales. Soy reformista, no revolucionario.
ResponderEliminarsí, ahora entendi.
ResponderEliminarantes, hace bastante, me tenia medio embelesado el tema de la revolucion, pero despues vi que los horrores y consecuencias que provocan las revoluciones son casi incurables. es mejor otro camino. pero guarda con abusar de las reformas, porque muchas veces todo se termina burocratizando, falsificando demasiado y se pierde contenido, competencia. creo que las reformas deben ser pocas, estar muy bien pensadas -el largo plazo- y aplicadas -autoridad y transparencia-.
un saludo!
No todo el aumento de la soja en dólares es real: tengan en cuenta que el dólar cada vez compra menos cosas, gracias al empapelamiento que la Reserva Federal viene haciendo desde hace décadas.
ResponderEliminarPor eso a las discusiones sobre el atraso del tipo de cambio hay que complejizarlas un poco: con un dólar que pierde valor y un tipo de cambio estable, el peso se devalúa también, contra otras monedas como el real.
Aunque aclaro que estas dos observaciones son para matizar, nada más: efectivamente la soja subió mucho, efectivamente el dólar se está quedando atrasado.
Igual no se cuan atrasado esta el cambio. Es todo un tema ese.
EliminarPero eso que dijiste sobre el dólar y la maquinita me hace pensar. No tengo casi idea de economia y capaz digo burradas pero me hace pensar porque miércoles a pesar de haberle metido tanto a la “maquinita” como se sabe que le metieron los yanquis ( dicen que lo que hace una década emitían por año es igual a lo que hoy emiten por mes), la devaluación de dólar no corresponde con ese abuso?
La cuestión es me parece que el dólar en el mercado mundial deja de ser un valor de cambio para convertirse en una especie de bien. es el tema del capitalismo.
Y el valor de un bien deviene de dos variables principalmente, una, la oferta, es decir el nivel abundancia o escasez de dicho bien en el “mercado”, y la otra es la demanda que existe de dicho bien.
Una aclaración: que un bien resulte valorado a raíz de su escasez, en este caso, no significa que no sea abundante sino, simplemente, también puede significar que unos pocos lo poseen con mucha suficiencia y una mayoría con insuficiencia, es decir, lo que lo haría escaso, al sacarlo del mercado, seria el atesoramiento que producen los pocos. ( de esto se deducen muchísimas cosas con respecto al capitalismo que da para otro tipo de escrito)
Pero, como dijimos arriba, la alta valoración de un bien, además de provenir de la escasez de oferta, proviene también de la demanda, y la demanda significa la necesidad satisfacción, o mejor dicho, en este caso del dólar, significa la CONFIANZA que genera la satisfacción que da el obtener ese bien.
(sigo abajo)
Entonces, para aclarar un poco mas, si se genera la certeza de que un bien tiene determinado valor, como en este caso, y además se generan creencias que ese valor va a ser estable -o siquiera predecible- aparece cierto control, se produce un conocimiento y finalmente se crea la CONFIANZA en que ese bien es lo que se cree que es.
EliminarLas creencias sobre la estabilidad del valor van a provenir de diversos factores pero, ante todo, lo principal es que esas creencias a su vez se apoyen en otros bienes, cosas, tradiciones “confiables”, es decir, que de antemano se sepa que son lo que son. Este es el tema a resolver. Y esta es la diferencia del dólar con el peso. Acá entra la cuestión que antes discutí con vos, Rodrigo, el tema del “honestismo”, “intencionismo” y todo eso. (sigo abajo)
El problema que padecemos los argentinos para mi es una cuestión de confianza. No solo una cuestión de confianza en nuestra moneda sino, más que nada, de confianza en la idoneidad de nuestra clase dirigente para llevar la economía bien. Acá es donde eso del honestismo etc se vuelve un factor no solo fifi, sino sobre todo practico. La clave es la CONFIANZA. Porque de última lo que roe no solo la economía sino la confianza de la gente en esa economía -como es lo que pasa en el caso de la compra de dólares- es que las medidas no sean transparentes y los que la ejecutan no tengan la autoridad moral para hacerlo, es decir, la gente nunca llega a tener la certeza de que las cosas que se ven, dicen, sobre todo valen sean las que dicen ser – es mas, hasta hace algunos años, se creyó que nunca es posible tenerlas, por eso se genero una especie de indiferencia hacia lo político-. Por este mismo tema de la confianza, los escándalos por corrupción en otros países – sobre todo en yanquilandia- son tan importantes, recordados, pesan tanto. Y no digo que en yanquilandia no metan el perro, todo lo contrario, pero al menos hay un nivel de credibilidad que en argentina casi no existe. Por ejemplo la medida de Cristina de pesificar sus ahorros me pareció excelente. Pero después que mucha gente ignorante en el sentido más cabal de la palabra –economistas casi todos- medio se mofaban de la supuesta estupidez de ese acto. Esa reacción solo refleja la actitud cobarde, pusilánime que afecta a gran parte de los argentinos.
EliminarDesocupado mental : en uno de tus posts anteriores decís que tuviste otro blog. ¿ Ya no se puede acceder más o solamente dejaste de actualizarlo reemplazándolo con el actual ? En este último caso me gustaría saber cual es. Disculpá las molestias.
ResponderEliminarNo es ninguna molestia che! Se llamaba "pensando la argentina" o algo así. Y como ya había un blog que tiene el mismo nombre, lo saqué. Lo que hice fue borrar casi todas las entradas, algunas de las cuales las pasé a este blog y otras se perdieron para siempre (sin ninguna consecuencia perjudicial para la humanidad jaja).
EliminarAl final decidí poner lo que me pinte, y que el blog quede así, un mix de verduras.
Saludos