“Con Borges decimos que no se
puede ser peronista sin ser canalla o idiota o las dos cosas. Desde luego no
basta con ser antiperonista para ser buena persona, pero basta ser peronista
para ser una mala persona” (Adolfo Bioy Casares)
Muchos creen que el término "gorila" no sirve para pensar, sino para descalificar al que piensa distinto y para clausurar el debate. Pese a que hay algo de cierto en esa queja, no coincido plenamente. Para mí, el término sigue teniendo vigencia, aunque ahora los cañones "gorilas" estén dirigidos a "la Yegua". Al respecto, traigo a colación una
definición de Ticruz, dicha en otro contexto, con la que mayormente coincido:
“Existe un viejo reclamo en torno a la
palabra “gorila”, principalmente de parte de las izquierdas tradicionales. ¿Es
posible no ser peronista y tampoco gorila? ¿Es sencillamente “gorila” un
sinónimo de “opositor”? Se ha usado así, y coincido en que no tiene sentido el
término de esa manera. El gorilismo, si es de alguna manera una palabra que
representa algo, no es la oposición al peronismo, sino la reducción del
peronismo a eso: a un fenómeno primitivo, infernal, visceral. No hay
desacuerdo, no hay discusión, sólo odio y desprecio. El otro no piensa
diferente, o es cómplice del mal, o es víctima de su estupidez”.
Y un poco más adelante:
“Tampoco nadie pensaba que Perón era un
orangután irracional, todo lo contrario. El gorililismo piensa que el líder es,
de hecho, un estratega maquiavélico, con una capacidad especulativa brillante,
que manipula a una masa irracional. El primitivo no es el líder para el
gorilismo -véase el Rosas de “El matadero” y el “Facundo”- , sino sus
seguidores. Sólo puede haber dos razones para seguir a ese líder: la idiotez y
la maldad. Y el corolario necesario de eso es que el otro, el seguidor de ese
líder, deja de ser sujeto válido de diálogo, no es atendible en tanto sujeto
pensante. Hacia él sólo queda el odio y el desprecio, la lástima si se es
generoso. Eso implica poner al otro en el lugar del salvaje o del bárbaro, en
categorías de Lévi Strauss. Esa reducción del otro a la oposición entre
civilización y barbarie, es, propongo yo, el gorilismo. E insisto: veo eso en
Sarlo”.
No me interesa elucidar si Sarlo
es gorila o no lo es, sino ayudar a entender qué es el gorilismo, aunque
intuitivamente sea algo que todos conocemos. Ahora bien, ¿por qué es nocivo el "gorilismo"? Porque descalifica en automático, porque impide la crítica lúcida, porque confunde el pensamiento con el reordenamiento de los prejuicios, porque suele desembocar en el honestismo y el intencionalismo.
No es de extrañar que el “gorila” –aunque no exclusivamente- tenga una noción reductora y prejuiciosa acerca del “clientelismo”. En el transcurso de una entrevista que le hicieron para el suplemento Enfoques del diario La Nación, Javier Auyero –autor de ¿Favores por votos? Estudios sobre clientelismo político contemporáneo- dijo que el vocablo clientelismo suele ser una asociación estigmatizadora de que los pobres son clientes, son masa manipulable:
"La idea de que porque va una heladera o un par de zapatillas
viene un voto es asumir como cierta una presunción. Hay que indagar. Esas
relaciones recíprocas nunca funcionan así. Uno nunca sabe si fue la heladera o
la relación afectiva con un puntero. Para saber eso hay que plantarse desde el
otro punto de vista, no desde el que da la heladera sino desde el del sujeto.
Mucha gente de clase media, media alta, vota a alguien porque le va mejor.
¿Llamamos a eso clientelismo? No".
Y luego agrega: "EL CLIENTELISMO NUNCA GARANTIZÓ
RESULTADOS ELECTORALES NI LOS VA A GARANTIZAR".
Uno lee y disfruta de la prosa de escritores extraordinarios como Bioy Casares y Borges: tipos que conocen varios idiomas, que han leído muchísimo, y que al mismo tiempo demuestran un conocimiento de la política de su tiempo, absolutamente maniqueo, infantil y canallesco.
BORGES Y EL GORILISMO:
Me resulta difícil adherir a la
creencia popular acerca del “apoliticismo” y la “ingenuidad” de Borges, y al mismo
tiempo conciliar ese prejuicio con la aparición del panfleto anti-peronista
titulado La fiesta del monstruo (1). Es un cuento que, como bien se sabe, abreva en la herencia de La Refalosa de Hilario Ascasubi y El matadero de Esteban Echeverría.
"Este relato -le dice años después Bioy a Matilde Sánchez- está escrito con un tremendo odio. Estábamos llenos de odio durante el peronismo", Clarín, 17/11/1988.
"Este relato -le dice años después Bioy a Matilde Sánchez- está escrito con un tremendo odio. Estábamos llenos de odio durante el peronismo", Clarín, 17/11/1988.
Según Ricardo Piglia, el panfleto trata de la fiesta atroz de la barbarie popular
contada por los bárbaros:
“La fiesta del
monstruo” combina la paranoia con la parodia. La paranoia frente a la presencia
amenazante del otro que viene a destruir el orden. Y la parodia de la
diferencia, la torpeza lingüística del tipo que no maneja los códigos. (…) es
un relato totalmente persecutorio sobre el aluvión zoológico y el avance de los
grasas que al final matan a un intelectual judío (…) No diría que increíble, es
un texto límite… Difícil de encontrar algo así en la literatura argentina”.
Seguramente para Don Jorge Luis, la Revolución Libertadora -para otros "fusiladora"- es parte del sueño civilizatorio de Sarmiento.
Si uno lee el Borges de Bioy (2), se puede encontrar con una larga ristra de frases y reflexiones “gorilas”:
Si uno lee el Borges de Bioy (2), se puede encontrar con una larga ristra de frases y reflexiones “gorilas”:
Por caso, el 26 de junio de 1955,
Borges cuenta que ver las iglesias incendiadas le dio ganas de llorar. Pero no
hay una palabra en el diario para el bombardeo sobre la Plaza de Mayo en el que
murieron cientos de personas.
Pongo otros ejemplos, que no son exhaustivos:
En agosto de 1957 asesinan a un chofer en el barrio de Nueva Pompeya. Bioy apunta:
"Aunque persona de edad, el chofer se defendió y lo mataron de catorce puñaladas. Se asustaron de lo que habían hecho y huyeron sin sacarle el dinero. Borges opina que todos esos criminales son el fruto del peronismo: 'Antes uno decía el crimen del Silletero del año 20...' BIOY: 'Ahora hay que decir: 'el crimen del Silletero de las tres de la tarde, el de las cuatro', etcétera. BORGES: Habría que fusilar a toda esa gente'".
Páginas más adelante:
“Bioy: –El individuo que tiene
más probabilidades de ganar la elección de presidente es el individuo más
desvergonzadamente demagógico. Vale decir, la peor persona del país: Perón,
Frondizi, Solano Lima”.
Los soviéticos, en octubre de 1957, lanzaban al espacio el Sputnik 1, el primer satélite artificial.
"Bioy: –Tuve ganas de hacerle una
broma a tu madre: preguntarle si sabía la noticia y, cuando ella preguntara
cuál, decirle que Perón había lanzado un satélite.
Borges: –Ya está enojada contra
ese satélite. Dice que es un juguete insignificante y que quién sabe si no cae
en la Tierra y no produce alguna Monstruosa hecatombe".
Aramburu convoca a elecciones y
Borges lo lamenta, “desea que el gobierno se quede”. Manuel Peyrou se felicita
del llamado y lo ve como un triunfo del gobierno.
"Borges: –Sí, el gobierno queda
muy bien para la Historia, pero Peyrou no puede ver muy lejos: el país saltará
en el vacío".
El 9 de diciembre del mismo año, Borges y Bioy
hablan “de un match de box, ganado por un tal Pascual Pérez, que fue un mignon
de Perón”.
"Borges: –Qué lástima que haya
ganado un peronista inmundo".
Para seguir leyendo:
Borges y el dilema civilización vs barbarie:
Borges y Bolaño como polemistas:
El arte no nos hace mejores:
Acerca del resentimiento:
http://dialogandodemiconmigo.blogspot.com.ar/2012/03/acerca-del-resentimiento-y-la-envidia.html
(1) El
12 de octubre de 1955 leen en Marcha, de Montevideo, la publicación del cuento La fiesta
del monstruo, que firmaron como Bustos Domecq (Borges y Bioy Casares). “En
esta reescritura antiperonista de El Matadero de Echeverría, una turba
abominable lapida hasta la muerte a un estudiante judío que se niega a saludar
a la foto del Monstruo. (Durante la década peronista no hubo actos de
hostilidad hacia los judíos, Perón fue el primer presidente que tuvo judíos en
su gabinete, apoyó a una organización judía pro peronista e inauguró las
relaciones diplomáticas con Israel, mientras en las páginas del libro abundan
las frases y chistes antisemitas, que Borges cuenta en presencia de amigos
judíos y luego le sorprende que en vez de reír se entristezcan.)” (Horacio
Verbitsky)
(2) Adolfo Bioy Casares, Borges. Edición a cargo de Daniel Martino. Ediciones Destino, Colombia, 2006, 1663 páginas.
(2) Adolfo Bioy Casares, Borges. Edición a cargo de Daniel Martino. Ediciones Destino, Colombia, 2006, 1663 páginas.
Aclaración un poco obvia: que existen kirchneristas talibanes que ante cada crítica, por nimia que fuere, te tildan de gorila, no niega lo que expongo en el post. El fanatismo no es monopolio ni del peronismo, ni del radicalismo, ni de nadie... es como la estupidez: nos afecta a todos.
ResponderEliminarA propósito del post, recuerdo que la vieja de Borges, esa figura castradora, le decía que no tenía que comer asado (o las achuras del asado) porque eso era comida de peones. Había una fortísima cuestión de clase, de cuna en todo eso, ¿no? Y, como siempre se dice, quizás Borges hubiera ganado el Nobel, de haber sido un poco más políticamente correcto. Un Bono de la literatura, je.
ResponderEliminarRodri, como dirias vos: un post "eseléntec"... aunque soy media gorila, je.
ResponderEliminarBorges es un producto de la biblioteca de su padre, anglófila, unitaria, mitrista. En su adolescencia tuvo un ratito rojo y en su juventud fue yrigoyenista (y ser de Yrigoyen en los años '20 o '30 era como ser peronista en los '50 o los '60, era invitar al desprecio de los bienpensantes). Con la madurez volvió al hogar.
ResponderEliminarLa relación con la madre era patológica... eso se ve en el libro de Estela Canto. Salió con la mina e interrumpió una cena a la noche para llamar a su madre, y tenía más de cuarenta años... no recuerdo bien la edad exacta. Es un festival para las interpretaciones psicoanalíticas, que en literatura me suelen parecer bastante plomas siempre.
ResponderEliminarMás allá de Borges, el "gorilismo" me parece nocivo porque dificulta el hecho de que tengamos un mejor gobierno y, sobre todo, una mejor oposición. Pensar distinto está perfecto, el problema es el maniqueísmo y la pereza mental.
Personalmente, el "gorilismo" que más me preocupa es el de la clase media. Ojo, yo tengo muchas contradicciones con el peronismo (porque el peronismo se presta para eso). Pero me molesta más el gorilismo.
ResponderEliminarEl gorilismo se agota en la negación, no tiene nada para ofrecer. Ese es el gran problema.
ResponderEliminarCine Braille: el problema es que ya muchos no necesitan ni ser gorilas para negar de plano todo. ¿Serán los neogorilas, serán?
ResponderEliminarEs lo más parecido que siento a cuando los curas en el colegio me corrían para que no se me ocurra comer carne vacuna durante la cuaresma.
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