Hay canciones o fragmentos de la lírica del Flaco que son impenetrables como la ignorancia de una vieja. También hay partes muy sencillas: “vos no me dejaste nena, vos no me dejaste, tampoco yo a vos”; “si no canto lo que siento, me voy a morir por dentro”; “justo que pensaba en vos, nena, caí muerto”; “lo peculiar de nuestro gran calabozo, es esta especie de terror por el bosque”; “se queda oyendo, como un ciego frente al mar”; “deja tu miedo atrás, alguien te sonreirá… abre tu mente al sol, todo irá mejor”; “y hoy que enloquecido vuelvo, buscando tu querer, no queda más que viento”; “yo te entrego, mi rosa más negra, nena nena boba era verde turquesa”.
Hace algunas semanas, mi tío murió de cáncer de estómago. Tenía más o menos la edad de Spinetta. Quizá porque no nos veíamos casi nunca, me entristeció su pérdida, pero no lloré. Sin embargo, ni bien me enteré de la desaparición física del “Flaco”, se me saltaron las lágrimas. ¡No pude parar de llorar por alguien que no me conoció nunca!
Fabián Casas decía, medio en broma y medio en serio, que un amigo suyo había inventado una teoría estética que dividía al mundo en dos: personas a quienes les gustaba el Flaco y a quienes no. En mi caso, no es sencillo que alguien que adore escuchar canciones de Almendra, Invisible o Pescado Rabioso, me caiga torcido.
Cualquiera que me confiese su pasión por Spinetta, suma puntos inmediatamente. Es cierto que semejante prejuicio no debe tomarse muy en serio, porque la identidad es pluridimensional y la hijadeputez es como el ser aristotélico: se dice de muchas maneras. Se puede ser un spinettiano convencido y al mismo tiempo un canalla o un idiota, aunque no deja de parecerme una flagrante contradicción.
Sé de amigos que se aburren escuchando “El jardín de los presentes” de Invisible, no soportan la música de Pink Floyd, creen que Riquelme no es más que un “pecho frío” y/o que Messi debe ser suplente en la selección argentina. Y sin embargo, los quiero.
La verdadera experiencia, y el arte auténtico, tienen esto en común: siempre son mayores que nuestra comprensión. En medio de tanto fascismo de la ignorancia, las canciones del flaco fueron una especie de antídoto contra la estupidez. El tipo te abría la ventana para que ingreses a un mundo nuevo: los textos de Artaud o Nietzsche, la poesía surrelista, Bataille, Led Zeppelin, las teorías foucaultianas...
Cuando somos chicos, el mundo de la experiencia no tiene nombre: vagamos por él en un estado de perplejidad y asombro, con la cabeza llena de balbuceos e intuiciones. Los libros que leemos, las letras que escuchamos, nos ayudan a nombrar un objeto, un momento de gozo, angustia o desesperación. No importa si las vivencias preceden al acto de nombrar: a veces la experiencia ocurre primero, y años después nos reconocemos en un fragmento lírico que nos representa mejor que nosotros mismos. Otras veces se da la situación inversa, y es la experiencia la que arroja luz sobre una letra que teníamos guardada en la memoria:
No terminé de comprender en toda su dimensión la parte de Muchacha donde Spinetta susurra un “sueña un sueño despacito entre mis manos, hasta que por la ventana suba el sol”, hasta el momento en que tuve mi primera experiencia amorosa con una mujer de la que estaba enamorado.
En la adolescencia solía ir a ver una banda de rock donde era guitarrista uno de mis mejores amigos -actual creador de Colder Than Diablo- que tocaba todos temas propios, salvo algún que otro cover. Entre los pocos temas ajenos recuerdo tres: uno era "El tren de las 16" de Pappo, y los otros dos eran de Spinetta:“Post Crucifixión” y “Rutas argentinas”. Cada vez que sonaba el temazo de Pescado Rabioso, el ambiente se sacudía.
“En el mar, naufragó, una barca que nunca zarpó”: es reconocida la capacidad del Flaco para seguir buscando lenguajes nuevos a lo largo del tiempo. El tipo parecía impermeable a la nostalgia: "mañana es mejor". El barco de Spinetta estaba siempre listo para zarpar a otros puertos; en ese sentido era nietzscheano (1), porque rompía permanentemente con el lastre del pasado, lo cual le permitía moverse con libertad en territorios poco explorados:
LA DICTADURA MILITAR
Hölderlin decía que donde abunda el peligro, crece lo que salva. Sobre todo a partir de marzo de 1976, civilizar fue suprimir toda disidencia, exterminar, fomentar el exilio. En los regímenes dictatoriales, la perversión del lenguaje es inexorable: las palabras se cansan o alteran su sentido. Las confusiones semánticas se multiplicaban como manchas de aceite: el régimen secuestraba a cientos de personas, las internaba en campos de concentración o las volaba con explosivos, y esos secuestros los presentaba como “desapariciones”. Se llamó "guerra" a lo que era matanza de civiles desarmados, "recuperación" a la tortura, "seguridad nacional" al terrorismo de Estado. La palabra “Patria” comprendía inundar el mercado de productos extranjeros, y nacionalizar la totalidad de la deuda externa.
Quienes vivieron a pleno esa época aseguran que la resistencia provenía, en gran medida, de la música rock, con Charly y Spinetta como valores inestimables. En la actualidad, hablar de libertad, amor en las calles, caminar sin documentos, nos parece ingenuo; en ese entonces era subversivo. La opresión puede ser la madre de la metáfora: muchas letras se disfrazaban para no atraer a la censura.
En los 90’s, cuando ser un nabo estaba de moda, al Flaco no le permitían grabar un disco más o menos a la medida de sus aspiraciones:
"Leer basura daña la salud, lea libros" fue el mensaje del cartel con el que Spinetta salió en la tapa de la revista Gente durante su romance con Carolina Peleritti. Sin embargo, esa postura, pasada de rosca, muchas veces desembocaba en un hermetismo que a veces se confundía con el elitismo, la solemnidad o la pose intelectual. Como si la carga simbólica de Spinetta se hubiese desplazado de su extraordinaria música a su estereotipo (el Artista Complejo, el defensor de la Cultura, el Poeta, es decir, Luis Almirante Brown). En ese sentido, el recital de las Bandas Eternas fue un acto de justicia y una revelación. Spinetta reunió a 40.000 personas en una cancha de fútbol y se reconcilió con su veta popular, aquella que hace que hoy todos estemos llorando, intentando escribir o decir o recordar esa frase de ese tema que sintetice todo lo que sentimos y no podemos expresar” (Il Corvino).
Mientras escribía este post, recibo un mensaje de texto de mi hermano: "Hola amigo! Ayer me fui a laburar moqueando como un nene por lo de Spinoza (es la manera que tenemos con mi hermano de aludir a Spinetta, tal vez para sentirnos más "exclusivos"). Ese tipo sí que era un jazmín lleno de gracia".
El post termina y siento que no dije lo que quería decir. Escucho Dime la forma y reparo en la letra: "ríe para vivir, solo sirve y ríe para vivir". El tipo no habla de "vivir para reír", como un bufón, sino de la risa como motor de la existencia. Gracias a él, vivir es una experiencia mejor.
A estos hombres tristes : Salva tu piel, la ciudad te llevó el verano. / Ponte color, que al morir los hombres son blancos/ más blancos / que al volar sin volver, / sin volver, que al volar sin volver. / Tú tienes pies y tienes manos pero no se ven. / Si tus pies hoy nacieron viento déjalos correr /y si tus manos con las plantas, /déjalas crecer. /Vive de azul, porque azul /no tienes domingos / Ríete al fin, que llorar / trae tanto frío / Mas frío, que olvidar como ver, / como ver, que olvidar, como ver. /Una vez vi que no cantabas / y no se porqué / si tienes voz , tienes palabras / déjalas caer / cayéndose suena tu vida / aunque no lo creas. / Cuanta ciudad, cuanta sed / y tu un hombre solo. / Cuanta ciudad, cuanta sed/ y tu un hombre solo. / Cuanta ciudad, cuanta sed / y tu un hombre solo. / Cuanta ciudad, cuanta sed /y tu un hombre solo. / Cuanta ciudad, cuanta sed / y tu un hombre solo.
Nota:
(1)“Sólo hay una forma de honrar a nuestros clásicos, y es la siguiente: proseguir buscando con su mismo coraje y en su mismo espíritu y no cansarse de hacerlo. Colgarles, en cambio, el vocablo “clásicos”, que es una palabra que tanto incita a reflexionar: ir a buscar en sus obras cosas “edificantes”, es decir, entregarse a esas lacias y egoístas emociones que nuestros teatros y nuestras salas de concierto prometen a todo el que paga la entrada, y además erigirles acaso estatuas y dar su nombre a asociaciones y a festividades –todas esas cosas son únicamente pagos a cuenta hechos en moneda contante y sonante, pagos mediante los cuales busca el cultifilisteo llegar a un arreglo con los clásicos, para así no conocerlos más y, ante todo, para no verse obligado a imitar su ejemplo y continuar buscando. Pues la consigna del filisteo reza así: no está permitido seguir buscando” (Nietzsche, Consideraciones intempestivas I).
snif snif, buah! Abrazo grande para vos y tu hermano!
ResponderEliminarExcelente. Suscribo x completo!!
ResponderEliminarBrillante flaco, te felicito.
ResponderEliminar“Necesitamos una región de poesía y música que desbarate, que confunda. Que inflame, que derroche. Que ilumine, que desborde, que enceguezca. Necesitamos hacer sonar una campana, para que su sonido nos sacuda y nos inunde. Para recordar, para evaluar, para emerger. Para seguir estando aquí y cantar por una generación fumigada”. (Manifiesto de la reunión de Almendra, setiembre de 1979). para mí, fue todo eso.
ResponderEliminarMuy bueno rodri, abrazo grande.
ResponderEliminarUn post a la altura del posteado. Abrazo enorme "buácho"!
ResponderEliminarMuy lindo escrito che. Casi siento q t tengo afecto y no sé quién sos.
ResponderEliminarSaludos!
Johnny groso! Tanto tiempo!!
ResponderEliminarCine como siempre con sus citas más que acertadas.
Gracias Pau y Anónimo x pasar.
Saludos!!
Como músico (bastante obsesivo), corro el riesgo de que mi comentario se transforme en un aluvión de aburridos tecnicismos tendientes a elogiar aún más la obra del Flaco (porque su música, además de su lírica, también fué -y es- fuera de toda serie).
ResponderEliminarNo.
Prefiero quedarme en silencio y disfrutar de cada una de las emotivas palabras de este excelente post y, en todo caso, limitarme a decir solamente: Gracias Flaco, por la magia y el misterio, y... hasta luego!
Gracias x sus palabras Cosmo!!! Suscribo x completo.
ResponderEliminarTá luego!!
Muy bueno amigo, tu face no anda
ResponderEliminarGracias purrete! Mi cuenta personal anda, ocurre que la cerré por un tiempo.
ResponderEliminarAbrazo!!
Gracias por compartir esto! Amamos a Spinetta.
ResponderEliminarPor nada che, saludos.
ResponderEliminarMuy bueno su comentario amigo. Lo leí recién ahora (septiembre de 2012) pero sigue siendo válido. Coincido con vos en casi todo. Lo único que lamento que el Flaco haya abandonado su veta rockera para hacer ese jazz-rock que lo alejó del buen rock que hizo en su primera época: Almendra, Pescado Invisible. Esa fue su época de gloria.
ResponderEliminarSaludos
Mario Pernigotti
Muchas gracias Mario.
ResponderEliminarSaludos!