No soy muy original: me interesan algunas mujeres, el fútbol, la filosofía, la literatura, la música-especialmente el rock-, la política, el cine, las ciencias sociales… Me hubiera gustado jugar en la primera de Boca y salir campeón mundial con la selección argentina de fútbol, pero no me alcanzó el talento. Tengo pendiente salir campeón con mis amigos de algún torneo amateur.
Escribo por varias razones, pero fundamentalmente para que me quieran.
domingo, 20 de enero de 2013
METER UN BUEN BOCADILLO O LA IMPORTANCIA DE LA BELLEZA FÍSICA: FABIÁN CASAS VS ALEJANDRO DOLINA
Dolina es un número 72 que empezó a escribir libros y hacer programas de radio para enfiestarse con las número 1 al 5. De otra forma,imposible,habrá pensado el ilustre conductor...que engaño cósmico de la naturaleza ni que nada.
Más cerca de Dolina que del bocadillo, la verdad. O, no, depende. Hablando de atracción, sí, puede parecerse a una lista de números. Un universo de unos, dos, setenta y ochos, etcétera. Pero nadie puede negar que hay nueves que son para la foto, hablan y se mandan al lugar sesenta sin escalas. O cuarenta y cincos que conoces y trepan al veinte. En ese punto tal vez estarán los programas y libros de Dolina. O por ahí se complementan las dos teorías. La explicación sobre la escena de la película, ponele, ya son dos (ochos, onces? no importa) que se habían juntado. Ya estaba empezado. La trampa está en 'estar interesado'. Interesado en qué, la foto de alguien, o alguien? Ah caramba, el título del post dice claramente belleza física. De pura fiaca no borro el comentario y lo dejo ahí. Saluts.
Un día inspirado, bien arreglado con un look que lo favorezca, un 70 puede pasar por 50. Igualmente, un 50 en épocas de baja autoestima puede estar accesible a un 86. Pero un 50 pasar por 10, difícil. Y después está el tema de si hay algo construido en la pareja. Una mujer casada, con un pibe chico y casa, va a pensar mucho en jugarse eso a la quiniela de darle bola a un tipo que le gustó más que el marido. Le tiene que gustar mucho, o estar muy harta del esposo. En conclusión, jugale al 28 a la tómbola de Montevideo, la vespertina.
Hoy, a través del blog de Lucas Carrasco accedí a este blog (DESOCUPADO MENTAL EN LA ERA DEL BLOG). Leí varias notas durante cerca de dos horas en las que disfruté de tus interpretaciones / reflexiones, y de los textos de otros autores que compartís. Gracias.
La teoría de Dolina sirve para el pantallazo general, para la aproximación rápida, a vuelo de pájaro. Es comparable incluso al BOCA - river del que algunos se quejan respecto del panorama político actual (de entrada, o apoyás k o sos anti k: después podés hilar más fino). Pero no por ello deja de ser cierta. La otra también sirve, pero opera sobre los baches deja el reduccionismo de la primera. Y ahí la cosa cambia, puedo dar fe: he festejado señoritas muy "bellas" que terminé percibiendo horribles y, viceversa, otras no tan "bellas" que, no sólo terminé viéndolas como Diosas, sino que, alguna incluso, me ha dejado culo pa' arriba, llorando por los rincones y con un cerebro sin poder decodificar cómo, alguien que en principio no me gustaba demasiado (físicamente) había terminado siendo una diosa del olimpo (físicamente, aunque no se crea), en un momento determinado de mi vida (un momento bastante pelotudo de mi vida que, afortunadamente, hace tiempo dejé atrás, creo y/o espero). Saludos y buen año!
A mí me parece que a Dolina no hay que tomarlo tan en serio, en el sentido de que su mezcla de "esteticismo a la Oscar Wilde" más la idea del "sentimiento trágico de la vida" onda Unamuno lo hacen sufrir como un perro. Inclusive el tipo lo reconoce: no asume la edad que tiene, se resiste, no soporta envejecer (no es que a nadie le guste envejecer, es que Dolina verdaderamente no lo soporta porque para él el amor está demasiado relacionado con la juventud y la belleza física). Gracias Antono por tus palabras. Qué bueno que Lucas Carrasco haya mencionado el post. Coincido estimado Cosme: el amor es una mezcla de cosas, y obviamente no se reduce ni a "un bocadillo" ni a cierto "darwinismo ingenuo". Pero bueno, obviamente la realidad del amor es más compleja que todo lo que podamos decir de ella. El post es un poco un juego. Por suerte, el amor es mucho más que cierta "ley de oferta y demanda". Desafortunadamente, el amor en cierto modo TAMBIÉN ESTÁ sometido a la "ley de oferta y demanda", por así decirlo. Eso es algo que discute, entre otros, Erich Fromm en "El arte de amar". El tema es que a Fromm le interesa el costado ético, y a Dolina el estético. Ambas esferas son autónomas, aunque estén relacionadas. Saludos!!
Alguien dijo que tiene exito aquel que no sabe que ama a determinada persona y que, en cuanto toma conciencia de que SI ama, comienza a perder ......O sea que el exito esta en NO saber que te gusta ella.
El problema es la uniformización de los gustos.. si el concepto de belleza es subjetivo, somos todos felices. Ahora si el concepto de belleza tiende a homogeneizarse, a consecuencia de cierto estereotipo de belleza fogoneado por la industria cultural, estás en un problema. No se puede competir con la publicidad, con personas que viven para su cuerpo y que responden a un modelo que se quiere instalar. Eso da como resultado que uno se sienta una mierda si no tiene los abdominales en forma de raviol y etc. ¿Me explico? Por algo existe la bulimia, la anorexia, y etc. Me faltó decir que estoy mucho más de acuerdo con Dolina que con "el bocadillo de Delfor".
Ambas teorías (que en un primer acercamiento se muestran contradictorias) confluyen en un mismo principio: el predominio de los "mejores", es decir, el establecimiento de jerarquías. Y por más cruel que suene así es la naturaleza, y no solo la humana, sino la naturaleza en su concepción más amplia. La diferencia discurre en los atributos y no en los argumentos, Dolina prioriza la estética, Casas (por así decirlo) el "discurso". Si salteamos el reduccionismo subjetivo del que todos estamos presos, bogando por uno u otro atributo, podríamos acordar que estar de acuerdo con uno es estar de acuerdo con el otro en lo fundamental de la argumentación: los atributos nos hacen deseables. Sin embargo e hilando más fino, podemos percibir una discrepancia irreconciliable: Casas argumenta que con un "bocadillo" caen hasta princesas, sin embargo Dolina describe como "engaño de la naturaleza" la enigmática esencia del amor: el tipo se enamora de la 54. Y es eso es lo maravilloso, eso es lo que nos separa del resto de las especies, y eso si es naturaleza solo humana. No solo buscamos el mejor espécimen para reproducir nuestros genes, sea cual fuere el atributo o serie de atributos que ponderemos... nos enamoramos, caemos presos del amor, y con él nos volvemos mejores. Es por este pequeño pero importantísimo detalle, que en esta estoy con Dolina, por contemplar el hermoso misterio del amor, la belleza de ser humano.
Dolina es un número 72 que empezó a escribir libros y hacer programas de radio para enfiestarse con las número 1 al 5. De otra forma,imposible,habrá pensado el ilustre conductor...que engaño cósmico de la naturaleza ni que nada.
ResponderEliminarJeje, muy buena respuesta estimado Número 80. Por ahí anda la cosa.
ResponderEliminarLa teoría de Dolina le hace muy mal a mi autoestima...maldito seas Desocupado mental!!!
ResponderEliminarMás cerca de Dolina que del bocadillo, la verdad. O, no, depende. Hablando de atracción, sí, puede parecerse a una lista de números. Un universo de unos, dos, setenta y ochos, etcétera. Pero nadie puede negar que hay nueves que son para la foto, hablan y se mandan al lugar sesenta sin escalas. O cuarenta y cincos que conoces y trepan al veinte. En ese punto tal vez estarán los programas y libros de Dolina.
ResponderEliminarO por ahí se complementan las dos teorías. La explicación sobre la escena de la película, ponele, ya son dos (ochos, onces? no importa) que se habían juntado. Ya estaba empezado.
La trampa está en 'estar interesado'. Interesado en qué, la foto de alguien, o alguien? Ah caramba, el título del post dice claramente belleza física. De pura fiaca no borro el comentario y lo dejo ahí.
Saluts.
Considero q la belleza física es lo primero. Si tienes eso, lo único q debés hacer es no embarrarla.
ResponderEliminarBesote!
Un día inspirado, bien arreglado con un look que lo favorezca, un 70 puede pasar por 50. Igualmente, un 50 en épocas de baja autoestima puede estar accesible a un 86. Pero un 50 pasar por 10, difícil.
ResponderEliminarY después está el tema de si hay algo construido en la pareja. Una mujer casada, con un pibe chico y casa, va a pensar mucho en jugarse eso a la quiniela de darle bola a un tipo que le gustó más que el marido. Le tiene que gustar mucho, o estar muy harta del esposo.
En conclusión, jugale al 28 a la tómbola de Montevideo, la vespertina.
Hoy, a través del blog de Lucas Carrasco accedí a este blog (DESOCUPADO MENTAL EN LA ERA DEL BLOG). Leí varias notas durante cerca de dos horas en las que disfruté de tus interpretaciones / reflexiones, y de los textos de otros autores que compartís. Gracias.
ResponderEliminarAntono.
La teoría de Dolina sirve para el pantallazo general, para la aproximación rápida, a vuelo de pájaro. Es comparable incluso al BOCA - river del que algunos se quejan respecto del panorama político actual (de entrada, o apoyás k o sos anti k: después podés hilar más fino). Pero no por ello deja de ser cierta. La otra también sirve, pero opera sobre los baches deja el reduccionismo de la primera. Y ahí la cosa cambia, puedo dar fe: he festejado señoritas muy "bellas" que terminé percibiendo horribles y, viceversa, otras no tan "bellas" que, no sólo terminé viéndolas como Diosas, sino que, alguna incluso, me ha dejado culo pa' arriba, llorando por los rincones y con un cerebro sin poder decodificar cómo, alguien que en principio no me gustaba demasiado (físicamente) había terminado siendo una diosa del olimpo (físicamente, aunque no se crea), en un momento determinado de mi vida (un momento bastante pelotudo de mi vida que, afortunadamente, hace tiempo dejé atrás, creo y/o espero).
ResponderEliminarSaludos y buen año!
A mí me parece que a Dolina no hay que tomarlo tan en serio, en el sentido de que su mezcla de "esteticismo a la Oscar Wilde" más la idea del "sentimiento trágico de la vida" onda Unamuno lo hacen sufrir como un perro. Inclusive el tipo lo reconoce: no asume la edad que tiene, se resiste, no soporta envejecer (no es que a nadie le guste envejecer, es que Dolina verdaderamente no lo soporta porque para él el amor está demasiado relacionado con la juventud y la belleza física).
ResponderEliminarGracias Antono por tus palabras. Qué bueno que Lucas Carrasco haya mencionado el post.
Coincido estimado Cosme: el amor es una mezcla de cosas, y obviamente no se reduce ni a "un bocadillo" ni a cierto "darwinismo ingenuo". Pero bueno, obviamente la realidad del amor es más compleja que todo lo que podamos decir de ella. El post es un poco un juego. Por suerte, el amor es mucho más que cierta "ley de oferta y demanda". Desafortunadamente, el amor en cierto modo TAMBIÉN ESTÁ sometido a la "ley de oferta y demanda", por así decirlo. Eso es algo que discute, entre otros, Erich Fromm en "El arte de amar". El tema es que a Fromm le interesa el costado ético, y a Dolina el estético. Ambas esferas son autónomas, aunque estén relacionadas.
Saludos!!
Alguien dijo que tiene exito aquel que no sabe que ama a determinada persona y que, en cuanto toma conciencia de que SI ama, comienza a perder ......O sea que el exito esta en NO saber que te gusta ella.
ResponderEliminarEl problema es la uniformización de los gustos.. si el concepto de belleza es subjetivo, somos todos felices. Ahora si el concepto de belleza tiende a homogeneizarse, a consecuencia de cierto estereotipo de belleza fogoneado por la industria cultural, estás en un problema. No se puede competir con la publicidad, con personas que viven para su cuerpo y que responden a un modelo que se quiere instalar. Eso da como resultado que uno se sienta una mierda si no tiene los abdominales en forma de raviol y etc. ¿Me explico? Por algo existe la bulimia, la anorexia, y etc.
ResponderEliminarMe faltó decir que estoy mucho más de acuerdo con Dolina que con "el bocadillo de Delfor".
Ambas teorías (que en un primer acercamiento se muestran contradictorias) confluyen en un mismo principio: el predominio de los "mejores", es decir, el establecimiento de jerarquías. Y por más cruel que suene así es la naturaleza, y no solo la humana, sino la naturaleza en su concepción más amplia.
ResponderEliminarLa diferencia discurre en los atributos y no en los argumentos, Dolina prioriza la estética, Casas (por así decirlo) el "discurso". Si salteamos el reduccionismo subjetivo del que todos estamos presos, bogando por uno u otro atributo, podríamos acordar que estar de acuerdo con uno es estar de acuerdo con el otro en lo fundamental de la argumentación: los atributos nos hacen deseables.
Sin embargo e hilando más fino, podemos percibir una discrepancia irreconciliable:
Casas argumenta que con un "bocadillo" caen hasta princesas, sin embargo Dolina describe como "engaño de la naturaleza" la enigmática esencia del amor: el tipo se enamora de la 54. Y es eso es lo maravilloso, eso es lo que nos separa del resto de las especies, y eso si es naturaleza solo humana. No solo buscamos el mejor espécimen para reproducir nuestros genes, sea cual fuere el atributo o serie de atributos que ponderemos... nos enamoramos, caemos presos del amor, y con él nos volvemos mejores.
Es por este pequeño pero importantísimo detalle, que en esta estoy con Dolina, por contemplar el hermoso misterio del amor, la belleza de ser humano.
Saludos!